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13 Compañia Lobos Espaciales Wulfen Wikihammer

Guerreros Wulfen de la desaparecida 13ª Gran Compañía de los Lobos Espaciales en combate

Tras haber sucumbido a la terrible maldición que encierra la Canis Helix, los Wulfen se han transformado en una grotesca caricatura del poder de los Lobos Espaciales. Trotan al combate a una velocidad sobrenatural debido a la extraña maldición que altera su anatomía de manera radical, adaptándola para la caza a la perfección. Persiguen y atacan al enemigo en una furia constante que apenas pueden contener. Blanden potentes artefactos: garras, hachas y martillos; los lanzagranadas de asalto bajo el control de violentos espíritus máquina disparan explosivos precediendo a la carga, y quienes oyen su aullido de guerra sienten cómo se les desboca el corazón.

Cuando se agrupan forman bandas de asesinos atávicos sin igual, cuyas cargas aullantes se ven guiadas por su ansia de sangre y no conocen la cautela. Han retrocedido a sus instintos más oscuros y viven sólo para atacar, mutilar y matar gracias a su fuerza bruta, clavando sus garras duras como el hierro en los adversarios indefensos. Libres de las limitaciones y distracciones del pensamiento, la manada rodea a su presa con una fluidez casi sobrenatural, atacando una y otra vez antes de que el enemigo pueda planear un contraataque. Los Lobos Espaciales que luchan junto a ellos no están completamente a salvo, ya que la extraña maldición que portan los Wulfen también les afecta, destruyendo su racionalidad y despertando a su bestia interior.

Con un aullido que hiela la sangre, los Wulfen se dirigen hacia su presa, con los colmillos descubiertos y las garras extendidas. En su apremio por calmar su insaciable apetito por la masacre, los Wulfen se lanzan a un ritmo abrumador: sus anatomías, alteradas por la extraña maldición que asalta sus cuerpos y almas por igual, están perfectamente adaptadas para la violencia de la caza.

Descripción[]

No es ningún secreto a lo largo y ancho del Imperio que las mejoras genéticas que se aplican a los Astartes, comúnmente conocidos como Marines Espaciales, les convierten en seres superiores a la media humana, otorgándoles grandes poderes (visión mejorada, fortalecimiento óseo y muscular, capacidad para resistir venenos y zonas con poco oxígeno, etc.), aunque algunas de esas mejoras pueden desembocar en problemas y enfermedades muy serias, como la Rabia Negra y la Sed de Sangre de los Ángeles Sangrientos o, como el caso que nos ocupa, los Wulfen de los Lobos Espaciales.

Los Wulfen son Marines Espaciales de los Lobos Espaciales que han sucumbido a la llamada Maldición de Wulfen, transformándose en salvajes y deformes mutantes lupinos. Dentro de la semilla genética de cada Lobo Espacial se encuentra una secuencia, conocida como la Canis Helix, que es la que otorga a los Lobos Espaciales los agudos sentidos depredadores de los Lobos Fenrisianos originarios de su mundo natal, Fenris. Cuando los Aspirantes se someten al proceso que iniciará los cambios físicos que los convertirán en Astartes sobrehumanos, no todos los candidatos son capaces de resistir a la salvaje maldición que desencadena la activación de la Canis Helix, sufriendo el horrible destino de convertirse en una de estas impías criaturas. Muchos Lobos Espaciales son capaces de resistirse al canto de sirena de la Maldición durante siglos, pero desde el momento en que un guerrero de los Lobos bebe del Cáliz de Wulfen deberá luchar continuamente contra la bestia que ruge en su interior hasta el fin de sus días. No son extraños los casos de Lobos Espaciales que acaban por rendirse, incapaces de contener en el calor de la batalla la ferocidad del lobo que habita en su interior.

Wulfens de la 13ª Gran Compañia[]

Ha habido mucha especulación en torno a los Wulfen desde que fueron descubiertos por Harald Lobo de Muerte. Su armadura y heráldica fueron las de la 13a Gran Compañía, unos guerreros que se perdieron casi diez mil años antes, durante el asalto a Próspero. ¿Son estos bestiales hermanos de batalla los mismos Marines Espaciales que persiguieron a los Mil Hijos? ¿Habían del alguna manera sobrevivido largos milenios dentro del Ojo del Terror? ¿Son sus enormes formas el resultado de un error en la Canis Helix? Las respuestas a estas preguntas y muchas más son desconocidas para los Señores del Lobo y los Sacerdotes Fenrisianos. Pero desde el momento en que aparecieron los Wulfen lucharon por su Capítulo con furia desenfrenada, y su rabia animal probablemente salvó a los Lobos Espaciales que lucharon a su lado.

Después de revelarse, los primeros Wulfen fueron llevados al Colmillo. Bajo las órdenes de Logan Grimnar, el Sacerdote de Hierro Hrothgar Swordfang probó las capacidades de los Wulfen, armándolos con espadas sierra y hachas, enfrentándolos a servidores de práctica. Para sorpresa de Swordfang, un enorme Wulfen manejó de forma torpe aquellas armas relativamente delicadas para él, desechándolas rápidamente y atacando a los servidores con sus propias manos. En el noveno día de pruebas, un guerrero Wulfen tomó una de las armas reliquia que permanecía colgada en los pasillos del Colmillo durante incontables siglos. El Wulfen pronto demostró ser muy apto para usar esta prodigiosamente grande arma ceremonial, envolviendo sus garras cuidadosamente alrededor del mango de la gran hacha de escarcha antes de levantar y oscilar la colosal hoja atravesando limpiamente una estatua cercana. Quizás este arma fue creada para guerreros de igual fuerza que existieron en el pasado del Capítulo; o quizás se había previsto la llegada de los Wulfen, y estas reliquias habían sido creadas específicamente para sus bestiales manos.

En cualquier caso, tras una búsqueda por el Colmillo se encontraron más armas antiguas, junto a otras herramientas adecuadas para ser utilizadas por los Wulfen, como los módulos de granadas activadas por impulsos que se integran a la perfección con el patrón de actividad neuronal de los Wulfen.

Preparados para la guerra, los Wulfen han sido devueltos al redil de los Lobos Espaciales, y desde entonces se han ido encontrando a otros de sus filas vagando por las estrellas. Pero a pesar de su poder y fervor, su lugar dentro de los Guerreros del Cielo ha sido causa de mucha controversia. Los Wulfen están siempre al borde de una furia berserker. Peor aún, aquellos que escuchan la sed de sangre en sus gritos de guerra sienten despertarse a su propia bestia interior. Esos hermanos de batalla que sucumben completamente a la Maldición de los Wulfen se transforman, en cuerpo y mente, y son absorbidos por las manadas de Wulfen.

La leyenda de Wulfen[]

Wulfen Lobos Espaciales vs Rapaces Guardia del Cuervo Herejía de Horus

Unos Wulfen de los Lobos Espaciales asaltan a los Rapaces de la Guardia del Cuervo durante la Herejía de Horus.

Al contrario de lo que parece, el nombre de Wulfen no tiene nada que ver con los lobos de Fenris. Las antiguas leyendas hablan de la llegada del Emperador de la Humanidad al planeta Fenris durante la Gran Cruzada, buscando a su progenie genética perdida largo tiempo atrás. Muchos de los que se habían convertido en los primeros Lobos Espaciales eran ya ancianos según los estándares de los Astartes, habiendo sido durante muchos años saqueadores o hermanos de espada de Leman, Rey de los Russ, antes de la llegada del Padre de Todas las Cosas a Fenris. Cuando finalmente se reveló la verdad acerca de la herencia de Leman, todos y cada uno de los guerreros del salón de banquetes del rey desenvainaron sus espadas y pidieron luchar a su lado, como deberían hacerlo los hermanos de espada. Pero ni uno solo de ellos tenía menos de 20 años terranos, por lo que el Padre de Todas las Cosas les dijo que ya eran demasiado viejos. Las pruebas que deberían haber superado les matarían sin ninguna duda, y sin importar lo valerosos o voluntariosos que fueran. Aún así, cada uno de los hombres que se encontraban de pie en el salón de Leman eran poderosos guerreros, héroes por derecho propio, por lo que no se arredrarían por la posibilidad de sufrir o morir. Leman, su rey, se vio conmovido por su devoción, y no tuvo fuerzas para decirles que no.

Se cuenta que Leman Russ, al regreso a Fenris desde la sagrada Terra, comenzó a formar su Legión, trayendo consigo una reliquia que se convertiría en la más sagrada del Capítulo, el Cáliz de Wulfen, en el que se mezclaban y contenían los componentes esenciales para convertir a una persona en un Lobo Espacial. Russ entregó el cáliz a sus seguidores, los primeros hombres de Fenris en unirse a las filas de la VI Legión, y les dijo que bebieran de él. Entre los elegidos había un jarl llamado Wulfen. Era un hombre poderoso, fiero y fuerte, orgulloso de su poder, y dotado como ningún otro en las artes de la guerra. Se decía que solo había sido derrotado una vez en toda su vida, y que quien le derrotó fue el mismo Russ, quien le humilló ante los suyos, pero que perdonó su vida al considerarlo un valioso guerrero, ofreciéndole un puesto entre sus guerreros. Russ habló a los hombres de Fenris reunidos ante él y les contó sus planes. Les ofreció poder y una larguísima vida si le seguían para luchar entre las estrellas. Los guerreros rugieron de acuerdo, y corearon el nombre de Russ. El Primarca Russ les contó que tendrían que ingerir un poderoso brebaje de la gran copa para que comenzara su transformación. Wulfen fue el primero en dar un paso adelante y en engullir de un trago el glorioso licor de Russ que había en el cáliz.

Sin embargo, aún quedaba algo maligno en Wulfen. Estaba consumido por un odio secreto y doloroso hacia Russ, y planeaba vengarse traicioneramente del hombre hecho dios. El espíritu guardián del cáliz advirtió el secreto en el momento en el que Wulfen posaba sus labios sobre la copa, y lanzó un hechizo sobre él, haciendo que su aspecto exterior reflejara el mal en su interior. Para horror de aquellos que presenciaban el acto, el gran jefe guerrero cambió ante sus ojos, convirtiéndose en una terrible cosa, medio lobo y medio hombre, que se abalanzó sobre Russ con un aullido de odio. Sin embargo, no pilló por sorpresa a Russ. Con un solo golpe, aplastó el cráneo de Wulfen y mató a la bestia en la que se había convertido. Después miró a sus seguidores y les dijo que Wulfen no había sido digno del don que le había concedido, y que aquel sería el destino de todos aquellos que bebieran del cáliz con el mal en sus corazones. También les dijo que todos aquellos que lo desearan podrían irse sin beber. Como corresponde a los 'ancestros' de los Lobos Espaciales, ninguno de ellos se fue, y todos bebieron y obtuvieron el poder que Russ había convertido en su legado. Aquella fue la verdadera Fundación de la VI Legión. Aquellos hombres dieron un paso adelante para inscribir sus nombres en la historia de todos los mundos de la Humanidad, convirtiéndose en los primeros Lobos Espaciales reclutados en Fenris. De los centenares que bebieron del Cáliz de Wulfen, casi doscientos sobrevivieron, una cantidad que sorprendió incluso al Padre de Todos en persona. En honor a su coraje Leman, que ya no era un rey, sino el Primarca de la VI Legión, formó una nueva Compañía con los supervivientes. Desde entonces, los demás guerreros de la Legión se refirieron a la 13ª Gran Compañía de los Lobos Espaciales como los Barbagrises.

Los Hermanos de Manada[]

Durante la Segunda Fundación, a finales del M31, el Capítulo de los Hermanos de Manada fue Fundado a partir de la semilla genética de la Legión de los Lobos Espaciales. Dirigidos por su primer Señor del Capítulo, Beor Arjac Grimmaesson, se pretendía que los Hermanos de Manada fueran tan numerosos y poderosos como sus antepasados genéticos. Se les concedió un planeta propio, Kaeriol, un planeta de hielo y fuego, muy similar a Fenris. Se les entregó la mitad de la flota, los arsenales y los Sacerdotes Lobo de la VI Legión. Se suponía que sería el primero de muchos Capítulos Sucesores en una línea de Capítulos de descendencia fenrisiana, los "Hijos de Russ", que podrían crear un imperio estelar que rivalizara en tamaño con el de Ultramar. Esa era la teoría, ser lo bastante poderosos como para rodear por completo el Ojo del Terror, evitando así que las Legiones Traidoras se atrevieran a salir. Se esperaba que los Hermanos de Manada y los demás Capítulos Sucesores de los Lobos Espaciales cumplirían su destino y encontrarían un nuevo propósito en la Era del Imperio.

Sin embargo, algo salió horriblemente mal, por lo que los Hermanos de Manada fueron dispersados por toda la Galaxia. El motivo es el mismo por el que no existen más Capítulos Sucesores de los Lobos Espaciales, esto es, la Bestia Interior. El código genético de los Astartes de los Lobos Espaciales, y en concreto la Canis Helix, es demasiado peligroso como para ser replicado. La misma herencia que otorga su increíble poder a los Lobos Espaciales también hace que su genoma sea inestable y proclive a las rápidas mutaciones. Los Hermanos de Manada, que se encontraban lejos de Fenris, pronto degeneraron hasta ser poco más que bestias. Esto se repitió cada vez que se intentaron replicar nuevas cepas de semilla genética del legado genético de Leman Russ.

Dicha inestabilidad está relacionada seguramente con la Maldición de Wulfen que sigue aquejando a los Lobos Espaciales, en especial a los miembros de la 13ª Compañía de los Lobos Espaciales. Algunos de los Hermanos de Manada se volvieron Renegados, convirtiéndose con el tiempo en Marines Espaciales del Caos al servicio de los mayores enemigos de los Lobos Espaciales, la Legión Traidora de los Mil Hijos, además de colaborar con otras partidas de guerra de Marines Espaciales del Caos, como los Corsarios Rojos. Algunos de estos Renegados siguen en libertad a finales del 41º Milenio, aunque la mayoría del Capítulo pereció hace milenios.

La realidad de la maldición[]

Garras Sangrientas 13 Compañia Lobos Espaciales Wulfen Wikihammer

Garras Sangrientas de la 13ª Gran Compañía de los Lobos Espaciales en la Batalla de Prospero

En realidad, los Aspirantes que se convierten en Wulfen, presa de la mutación inherente en la semilla genética de Leman Russ, no cambian nada más beber la mezcla de la Canis Helix, sino que el cambio se produce en las semanas y meses de entrenamiento que vienen después.

Antes de someterlos a tal proceso, son llevados a través de las Puertas de Morkai, un portal místico situado en las profundidades del Aett (El Colmillo), la masiva Fortaleza-Monasterio de los Lobos Espaciales, en donde las mentes de los Aspirantes son sondeadas por los psíquicos Sacerdotes Rúnicos (los Bibliotecarios) del Capítulo en busca de signos de corrupción o debilidad mental que pudieran hacerles presas fáciles de los halagos del Caos. Si el Aspirante es considerado digno de unirse a las filas del Capítulo, participa en una sagrada ceremonia en la que ingiere la Canis Helix, el Espíritu del Lobo. En realidad, lo que ingiere es un cóctel genético, extraído del genoma de Leman Russ y empleado como catalizador para activar la maquinaria viral diseñada genéticamente de la semilla genética del Aspirante, de forma parecida a como hacen los Aspirantes de los Ángeles Sangrientos, quienes beben del Grial Rojo la sagrada sangre de su Primarca Sanguinius para comenzar su transformación en Marines Espaciales.

Tras beber del Cáliz de Wulfen, los Aspirantes sufren una violenta transformación inicial en la que sus huesos se quiebran y retuercen, surgen ásperos mechones de cabello y sus mentes revierten a un estado bestial en el que ansían carne cruda y sangre. Uno de los aspectos más importantes de esta prueba es que el Aspirante ha de ser capaz de mantener a raya su lado bestial, incluso mientras se abre camino por los salvajes páramos y las duras condiciones ambientales de Fenris. Aquellos que fracasan se acabarán transformando en Wulfen. Si un Aspirante regresa al Colmillo tras superar la Prueba de Morkai, se le implantan los demás componentes de la semilla genética de los Lobos Espaciales, lo que estabiliza los efectos mutagénicos de la Helix. Aunque el procedimiento es extremadamente peligroso, los demás componentes de la semilla genética de los Lobos Espaciales no serán capaces de iniciar la metamorfosis del Aspirante en Astartes a menos que la Canis Helix sea implantada en primer lugar para actuar como catalizador para la transformación.

La siguiente fase de la transformación de un Neófito en un Astartes de los Lobos de pleno derecho es un periodo de prueba en el que las transformaciones físicas iniciadas por el catalizador genético de la Canis Helix comienzan a manifestarse. Entre los cambios más comunes se encuentra el aguzamiento de los sentidos del Neófito más allá de lo normal en otros Marines Espaciales, el alargamiento de sus colmillos hasta hacerlos capaces de rasgar el plastiacero, y el endurecimiento de su piel hasta adquirir la resistencia del cuero. Su masa corporal se incrementará en más de un ochenta por ciento y muchos de sus huesos se soldarán. Por desgracia, dichos cambios también despertarán a la bestia que habita en el interior de todo Lobo Espacial. Muchos de los Aspirantes continuarán desarrollando y adaptándose a sus nuevas capacidades e implantes genéticos, pero otros sucumbirán a la Maldición del Lobo e involucionarán para convertirse en uno de los gigantescos y salvajes mutantes sanguinarios conocidos como los Wulfen. Convertirse en una de dichas criaturas implica quedar alejado de la gracia del Emperador, y vagar por los bosques y montañas para siempre como una criatura surgida de la más oscura noche.

Transformación[]

Wulfen2

El Marine empieza a notar un fuerte y súbito dolor, acompañado de fuertes espasmos, que le obligan a quitarse el casco (de tenerlo puesto) y los guanteletes de su servoarmadura. De los dedos le brotan verdaderas garras, capaces de destrozar con facilidad los chalecos antifrag y armaduras de la Guardia Imperial. La transformación es mucho más evidente en el rostro, ya que los huesos de la boca y la mandíbula crecen hasta tomar la forma de un hocico lobuno, y sus ojos se vuelven de un color amarillo dorado. El Marine Espacial adopta una postura encorvada, lo que le permitirá moverse casi con igual comodidad tanto sobre sus piernas como a cuatro patas.

Amén de los cambios físicos, también se producen cambios mentales. Para empezar, el Astartes pierde la capacidad de hablar y su raciocinio, y su mente se ve inundada por un ansia primigenia de caza y una furia tan atroz que hace que ataquen a todo aquel que se encuentre cerca, ya sea enemigo o aliado, sin hacer ascos siquiera a atacar a civiles desarmados. Algunos, pasado un tiempo, consiguen recuperar una capacidad básica de comunicación verbal, aunque no es muy común.

Incluso cuando la secuencia de la Canis Helix se estabiliza dentro del cuerpo de un Neófito, esta aún tiene la capacidad de afectar al guerrero a lo largo de su vida, particularmente cuando la ferocidad propia de los Lobos Espaciales, que apenas puede contenerse en tiempos más pacíficos, es desencadenada en combate. Por lo general los principales afectados por la Maldición, superada la Prueba de Morkai, son los Garras Sangrientas, ya que solo están empezando a conocer a su yo interior, pero ningún Lobo Espacial está libre de esta maldición. Se cree que incluso los Dreadnought podrían entrar en esta fase, por eso se les deja descansar durante siglos y ser despertados únicamente si es necesaria su participación.

Siempre existe la posibilidad de que, en el momento del combate, un guerrero pueda sucumbir a la Maldición del Wulfen, convirtiéndose en la bestia que ha luchado por dominar durante tantos siglos. La tarea de evitar que la Maldición del Wulfen domine a los Lobos Espaciales recae sobre los Sacerdotes Lobo, los líderes de culto y guías espirituales del Capítulo, quienes toman total responsabilidad del desarrollo de aquellos que son puestos bajo su cargo, ya sea marcial, espiritual o mentalmente. Los que han sido "mordidos por el Lobo", o sea, aquellos que han comenzado a sufrir la Maldición del Wulfen, son puestos bajo el cuidado de los Sacerdotes Lobo. No se sabe con certeza lo que hacen con ellos, aunque algunos son ejecutados, dependiendo del daño que hayan hecho.

El duro régimen de adiestramiento de los Lobos Espaciales asegura, por lo general, que los individuos afectados por la Maldición perezcan en las primeras fases del proceso. Sin embargo, en la época de la Gran Cruzada, mientras el Emperador y sus Legiones Astartes conquistaban amplias áreas de la galaxia en nombre de la Humanidad, aquellos hermanos tocados por la Maldición se agruparon para formar la 13ª Gran Compañía, en donde su salvaje ferocidad podía ser empleada en masa, manteniéndose contenida para la seguridad de la Legión en su conjunto.  Sin embargo, la 13ª Gran Compañía acabó desapareciendo, lo que desencadenó la creación de innumerables mitos.

Aunque esta maldición esté profundamente arraigada en el Capítulo, los Lobos Espaciales han sido desde siempre una de las más poderosas fuerzas defensoras de la Humanidad ante toda clase de enemigos. Algunos Señores Lobo mandan a los Wulfen en vanguardia, ya que ellos mismos se avergüenzan de su estado, y con este sacrificio piensan redimirse ante ellos, su Compañía y su Capítulo, sin sentir temor del final que se les presente, como Lobos Espaciales que son. Actualmente existe un grupo de guerreros que se encuentra más amenazado que cualquier otro por la sombra de la maldición, los Astartes de la Gran Compañía del Señor Lobo Bran Fauceroja. Son conocidos por su salvajismo en combate, y la Inquisición tiene informes, por desgracia no confirmados, que relatan historias de terroríficas criaturas salvajes que siguen los despliegues de la Gran Compañía. Los Lobos Espaciales suelen ignorar toda solicitud de responder ante dichas alegaciones, y de hecho el Señor Lobo Bran Fauceroja hace más bien poco por disipar los rumores. El hecho de que recientemente haya empezado a acudir al combate en solitario en lugar de a la cabeza de sus Hermanos de Batalla no hace sino atraer la curiosidad tanto de la Inquisición como de la Eclesiarquía. Nadie se ha atrevido a cuestionar su lealtad al Imperio, y su extensa hoja de servicios luchando contra los enemigos de la Humanidad es uno de los pocos motivos que han obligado a la Inquisición a retener su mano.

Wulfen famosos[]

  • 13ª Gran Compañía de los Lobos Espaciales - Los relatos acerca de esta Gran Compañía son vagos y muchas veces contradictorios, pero si hay algo seguro: que los hombres de la 13ª Gran Compañía se mantienen alejados del resto de su Legión, ya que todos y cada uno de ellos es portador de la Maldición de Wulfen.  Los orígenes de la 13ª Gran Compañía se remontan al amanecer de la Era del Imperio, cuando los Primarcas se reunieron con el Emperador y con sus Legiones de Marines Espaciales. Los Astartes de los Lobos Espaciales tocados por la Maldición fueron agrupados en la 13ª Compañía, en donde su feral ferocidad podía ser empleada en masa, a la vez que se mantenía contenida por el bien y la seguridad de la Legión al completo. Se sabe que la 13ª Compañía acompañó a Russ en la Gran Cruzada, aunque los detalles de las campañas en las que lucharon se han perdido en la noche de los tiempos. Eventualmente, la 13ª Compañía se desvaneció en las nieblas de la leyenda y su desaparición ha sido el origen de numerosos mitos. En el 999.M41, mientras la 13ª Cruzada Negra de Abaddon alcanzaba un sangriento clímax, se pudieron ver pequeñas partidas de guerra de guerreros de élite que masacraban a las fuerzas de los sirvientes del Caos con un feroz salvajismo solo igualado por su bestial aspecto. Todos los intentos para contactar con ellos resultaron en la amenaza de un derramamiento de sangre aún mayor.  Se ha observado que la 13ª Compañía dispone de Manadas de Wulfen comandadas por Sacerdotes Lobo. Se desconoce si dichas Manadas de Wulfen forman parte de una estructura militar preestablecida o si se trata de unidades creadas de forma temporal con guerreros que hayan sucumbido a la Maldición del Wulfen. Existe la teoría de que dichos Sacerdotes Lobo juegan un vital papel a la hora de controlar los excesos provocados por la Maldición del Wulfen. Los Sacerdotes Lobo de los Lobos Espaciales son los protectores de una serie de conocimientos genéticos que proceden del mismo Russ, y parecen ser los únicos capaces de controlar a un Lobo Espacial cuando la Maldición se abate sobre él. Los Sacerdotes Lobo actúan como guardianes, dirigiendo en combate a las Manadas de Wulfen, y cuidando de sus protegidos entre conflictos.
  • Bran Fauceroja - Bran Fauceroja, conocido también como el Señor Maldito, Sangre de Wulfen y el Cazador Ensangrentado, es el actual Señor Lobo de una de las Grandes Compañías del Capítulo. Tanto él como su Gran Compañía son vistos con sospecha por los otros once Señores Lobo, ya que se les considera malditos. Existen en la Compañía de Fauceroja más Lobos Espaciales afectados por la Maldición del Wulfen que en cualquier otra del Capítulo. La verdad silenciada es que Fauceroja se convirtió en un Señor Lobo a pesar de estar afectado por la Maldición.
  • Bulveye, Hachero de Russ - Bulveye es el Señor Lobo de la perdida 13ª Compañía de los Lobos Espaciales. Bulveye tiene 10.000 años estándar de edad, habiendo luchado al lado del mismísimo Leman Russ durante la Gran Cruzada. Bulveye y su partida de guerra de la 13ª Compañía regresaron del Ojo del Terror a finales del 41º Milenio, ayudando a un joven Ragnar Blackmane, quien servía como miembro del Cuchillo del Lobo, para recuperar la legendaria Lanza de Russ de manos de Madox, Hechicero del Caos de los Mil Hijos, creando una distracción que permitió a Ragnar y a sus compañeros penetrar en la fortaleza de los Mil Hijos mientras que la mayoría de las fuerzas traidoras se enfrentaban a la 13ª Compañía. Bulveye hablaba de Russ como solo alguien que le hubiera conocido en vida podía hacerlo, y era capaz de relatar los casi diez milenios de luchas que tanto él como sus hombres habían tenido que llevar a cabo en el Ojo del Terror, combatiendo contra las fuerzas del Caos y las demoníacas bestias mientras buscaban a Magnus el Rojo.

Miniaturas[]

Fuentes[]

Extraído y traducido de Lexicanum Alemán, Lexicanum Inglés y Wikihammer 40K UK.

  • Codex: Lobos Espaciales (2ª, 3ª, 5ª, 7ª y 8ª Edición).
  • Imperial Armour XI.
  • Index Astartes II.
  • White Dwarf nº 245, 251, 258, 259, 281-283 (Ediciones estadounidense y australiana).
  • Honor del Lobo, por Geoff Taylor.
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