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Icono de esbozo Por orden de su Santísima Majestad, el Dios-Emperador de Terra. La Sagrada Inquisición declara este artículo En Construcción por LadyCypher. Si encuentra algún problema o falta de devoción por su parte, notifíquelo, un acólito del Ordo Hereticus estará encantado de investigarlo.
Vigilantes de la oscuridad

Vigilantes en la Oscuridad portando las armas del Supremo Maestre Azrael.

Los Vigilantes en la Oscuridad (Watchers in the Dark en inglés) son misteriosos seres espectrales y encapuchados de pequeña estatura que acompañan a los No Perdonados de mayor rango.

Descripción[]

Orígenes[]

[En construcción, disculpen las molestias.]

Caída de Caliban[]

Tras la Caída de Caliban, el traidor Sar Luther fue descubierto delirando en el interior de la Torre de los Ángeles, pero no se halló ningún rastro del Primarca Lion El'Jonson al que había herido de muerte en un trágico duelo fratricida.

Los Ángeles Oscuros no pudieron extraer ninguna información coherente del hombre que una vez había sido el mejor amigo de Jonson y segundo al mando de la Legión. Luther sólo repetía una y otra vez las mismas palabras: que los Vigilantes en la Oscuridad se habían llevado al Primarca, pero que un día volvería para perdonar a Luther por los terribles pecados que había cometido.

Desde entonces, sólo los Vigilantes en la Oscuridad y el Supremo Maestre saben de la existencia y localización de Luther, que está encerrado en una de las mazmorras más profundas y ocultas de la Roca. No obstante, tan sólo existe una persona en toda la galaxia que sepa la verdad al completo: el Emperador. Incluso en su sepulcro viviente del Trono Dorado, incluso aunque las hundidas órbitas de su cráneo ya no albergan ojos, el Emperador sigue viendo mucho. Y ha visto que, escondido en esa cámara en el corazón de lo que una vez fue el planeta Caliban, fuera del alcance de todo el mundo salvo algunos Vigilantes en la Oscuridad, el mítico Primarca Lion El'Jonson descansa, durmiendo. Allí permanece, sus heridas curadas hace ya mucho, esperando el momento en que vuelvan a necesitarlo, cuando los clarines que anuncian la batalla suenen por última vez, y lo invoquen a defender al Imperio de la Humanidad contra sus enemigos.

Tras la Herejía[]

A lo largo de los siglos, algunos de los guerreros de mayor rango de los No Perdonados han asistido a la guerra acompañados de pequeños asistentes que se esconden tras una túnica y una capucha y a los que se denomina "Vigilantes en la Oscuridad". Actúan como portadores ceremoniales de armas y otros elementos de equipo de los miembros del Círculo Interior. No toman parte en las batallas y no hablan nunca. Se mantienen siempre cerca de su señor (aunque no es probable que acaten órdenes de nadie) y parecen inmunes a todo acto de violencia. Su presencia se acepta con solemnidad aunque no se reconozca abiertamente. Muy rara vez participan en los sucesos que les rodean: parecen poseer poderes que ni siquiera los Ángeles Oscuros entienden, y pueden aparecer y desaparecer a voluntad. Nunca ayudan directamente en la batalla, nunca desenvainan armas ni combaten. Permanecen en las sombras, prestando su silencioso apoyo al Ángel Oscuro al que acompañan.

Nadie sabe qué tipo de criatura se esconde debajo de la túnica, ni siquiera los No Perdonados. Quizá los Vigilantes no sean más que servidores de otro tipo, como los que acompañan a los Tecnomarines. Quizá sean criaturas alienígenas. Quizá sean algo aún más siniestro, una manifestación omnipresente del sentimiento de culpa de los No Perdonados; seres encapuchados que conocen al dedillo los secretos más oscuros del Capítulo y que se deslizan junto a aquellos que están al tanto de ellos. No obstante, cualquier Hermano de Batalla que recibe el honor de ser acompañado por uno de estos extraños seres es increíblemente afortunado y está claramente destinado a realizar grandes cosas.

Estas misteriosas figuras espectrales a veces llevan a la batalla viejas reliquias de la antigua Legión que han sido recuperadas por el Ala de Muerte. La naturaleza y función exacta de estas reliquias sagradas es desconocida, lo que las hace tan misteriosas como las figuras encapuchadas que las portan. Sin embargo, sus efectos sí que son conocidos. Su mera presencia apaga el poder de los psíquicos enemigos y llena a los oponentes de los Ángeles Oscuros con sentimientos de temor.

Son los Vigilantes en la Oscuridad quienes entregan su maza de absolución y escudo tormenta, herencias de la Gran Cruzada, a cada nuevo Caballero del Ala de Muerte que supera los desafíos de la Cámara de los Juicios. También son ellos quienes otorgan a cada nuevo candidato al puesto de Supremo Maestre el Yelmo de Lion y la Espada de los Secretos, y lo conducen por la Cámara de los Pasillos hasta el Arco de la Verdad. Allí este entra solo, y debe superar una prueba secreta para determinar si es lo suficientemente resuelto y apropiado para el puesto. Si los Vigilantes en la Oscuridad lo consideran, será presentado como nuevo Supremo Maestre frente a los demás Ángeles Oscuros. Entre promesas y cantorales, se le concede el título honorífico de Guardián de la Verdad, y se le coloca el Yelmo de Lion para recibir el silencioso saludo de todo su Capítulo.

Entre los Vigías de la Muerte[]

Es altamente inusual que los Vigilantes en la Oscuridad acompañen a un Hermanos de Batalla de los Ángeles Oscuros que haya sido asignado a los Vigías de la Muerte. En los anales de la Fortaleza de la Guardia Erioch, solo se han registrado un puñado de avistamientos, y siempre en los términos más vagos. Un Ángel Oscuro que reciba la visita de un Vigilante mientras sirve con los Vigías es considerado verdaderamente afortunado por sus congéneres, y posiblemente esté marcado para un futuro más importante por sus superiores.

El Portador del Yelmo[]

El Portador del Yelmo, uno de los denominados Vigilantes en la Oscuridad, es el encargado de llevar el Yelmo de Lion allí donde vaya el Supremo Maestre de los Ángeles Oscuros. El Vigilante tiene un único pero poderoso poder psíquico que le protege de cualquier tipo de ataque, por lo que es imposible dañarle de ninguna forma, pero tampoco puede atacar de forma alguna.

Miniaturas[]

Fuentes[]

  • Codex: Ángeles de Muerte (2ª Edición).
  • Codex: Ángeles Oscuros (3.ª Edición).
  • Codex: Ángeles Oscuros (4.ª Edición).
  • Codex: Ángeles Oscuros (6.ª Edición).
  • Codex: Ángeles Oscuros (7.ª Edición).
  • Codex Ángeles Oscuros (8.ª Edición). Página 29.
  • Codex Ángeles Oscuros (9.ª Edición). Página 6.
  • Arcas del Augurio 3: Vashtorr (9.ª Edición). Página 12.
  • Reglamento Warhammer 40.000 (10.ª Edición). Página 91.
  • Deathwatch: First Founding (Juego de Rol). Página 106.
  • El Descenso de los Ángeles, por Mitchel Scanlon. Prólogo y capítulos 7, 8, 13, 17 y 22.
  • Los Ángeles Caídos, por Mike Lee. Capítulos 4, 14 y 18.
  • Ángel Gris (Relato corto), por John French.
  • Ángeles de Caliban, por Gav Thorpe. Capítulos 7, 10, 29, 32 y 34-5.
  • Dreadwing (Novella), por David Guymer.
  • Ángeles de Oscuridad (Novela), por Gav Thorpe. The Tale of Astelan.
  • The Purging of Kadillus (Novela), por Gav Thorpe. The Tale of Belial.
  • Master of Sanctity (Novela), por Gav Thorpe. Judged.
  • The Unforgiven (Novela), por Gav Thorpe.
  • Azrael (Novela), por Gav Thorpe.
  • The Lion: Son of the Forest (Novela), por Mike Brooks. Capítulos 1 - 3, 12, 23 y 33.
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