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El Pulso Trifásico de Concentración, conocido simplemente como PTC es una tecnología desarrollada en Balhaus por la colaboración entre el Departamento de Física Cuántica y el de Armamento de los Laboratorios Krautzmitt, gracias a investigaciones iniciales basadas en los estudios de Rudi von Kahler y el análisis sobre la Metaenergía de Lothar Hargman, Rudolph Krumm y posteriormente Joachim von Speider.
Los resultados de este desarrollo primigenio se materializaron a lo largo del 279 DDF (310.M37) en prototipos operativos, aunque posteriormente y gracias a una evolución constante de las técnicas se produce un gran salto tecnológico de gran calado a finales del Miclo VI (M41) con la aparición de la hiperfisión.
Funcionamiento[]
Momento de acumulación[]
La primera fase en el proceso del PTC se inicia con una acumulación energética que puede proceder de cualquier fuente, ya sean generadores u otro mecanismo que permita la captación de un elevado flujo de energía de forma constante, empleando para ello un sistema de bobinación inductiva que la retiene hasta alcanzar un nivel crítico que será el punto donde se inicia el siguiente estadio del proceso.
En los inicios de la experimentación del PTC este paso suponía un problema por la dificultad de poder retener un volumen energético suficiente como para poder alcanzar el punto crítico, ya que los sistemas de almacenamiento mostraban carencias en su integridad por las fuertes fluctuaciones y los picos que eran capaces de desbaratar cualquier estructura. La llegada de las celdas de Irtión, no obstante, resolvió el problema al tratarse de un material capaz de contener en una estructura de atracción múltiple concentraciones energéticas que ningún otro sistema hasta el momento había sido capaz de ofrecer.
La energía captada fluctúa libremente dentro de las celdas en un intercambio constante, es decir, no permanece estática y discurre por canales cíclicos que la mantienen en un estado estable de forma segura.
Momento de concentración[]
El paso más crítico del proceso se produce cuando la energía es derivada a un entorno en condiciones de vacío y se aplica un vector de aceleración de alta intensidad mediante corrientes electromagnéticas dirigidas, algo que se asemeja a hacer pasar por un canal muy estrecho un volumen de flujo muy elevado aumentando exponencialmente la presión.
Esto provoca que la energía fluya y se concentre en un área reducida donde sus partículas colisionarán a gran velocidad, en concreto los protones contra sus negativos (antiprotones), elevando así la potencia hasta el nivel máximo de resistencia estructural del campo que la retiene. El Teorema de Aniquilación enunciado por Rudi von Kahler fue el que posibilitó mediante su experimentación este complejo proceso en concreto.
Momento de liberación[]
La tercera y última fase es en la que el flujo hiperenergético compuesto por radiación y plasma se canaliza y libera a través de una aguja de grafeno y fluido vehicular con mínima divergencia, es decir, que se proyecta de forma controlada en un haz que no se abre o disemina, creándose así un rayo energético de alta intensidad y recorrido lineal que por sus características es capaz de aniquilar todo aquello que encuentra en su camino.
Efectos[]
El pulso de generado por el PTC con máxima energía —siempre que alcance un volumen suficiente— en la zona objetivo hace que se eleve la temperatura miles de grados causando además en el impacto una fuerte onda de choque sónica capaz de fracturar cualquier material o bien los blindajes más poderosos.
El resultado de esto es un calor tan abrasador que el metal se derrite en una masa burbujeante, mientras que todo lo orgánico queda vaporizado. Los escudos más resistentes soportan un tremendo castigo hasta que se desmoronan si la concentración de disparos es suficiente y los fuselajes de las naves son destruidos por la potencia del golpe.
Aplicaciones[]
La utilización del PTC es básicamente militar, si bien también tiene algunos usos industriales y en la minería.
En su versión más potente para el combate el PTC se monta en un dispositivo conocido como Cañón de Aguja, un artefacto de enorme poder que es capaz de proyectar la potencia de forma eficaz, si bien la evolución ha permitido que este ingenio vea mejoradas sus fuentes de alimentación.
Estas armas como ingenios de defensa planetaria se encuentran dispuestas en instalaciones especiales semienterradas debido a su gran tamaño y necesidades energéticas, si bien existen versiones navales reducidas montadas en cruceros pesados y acorazados, siendo las más pequeñas ubicadas en naves de menor calado.
La dificultad y el elevado coste de generación de las grandes cantidades de energía que necesitaba este dispositivo, no obstante, fue durante Miclos un freno para su empleo masivo entre las tropas balhausitas, si bien la llegada de nuevos elementos tecnológicos como era el proceso de hiperifisión resolvieron este problema, permitiendo que su uso se extendiera y el empleo de este tipo de armamento se estandarizase.
Adicionalmente, se desarrollaron armas ligeras que siguen los mismos principios, como los rifles Fernlicht o los cañones ligeros Hellblitz, siendo las versiones más modernas los rifles Strahler o los poderosos Schmerzfrei.