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Veredicto del Certamen de Relatos Wikihammer + Voz de Horus ¡Léelos aquí!

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Plantilla:MascotaGuillePatrocina

Icono de esbozo Por orden de su Santísima Majestad, el Dios-Emperador de Terra. La Sagrada Inquisición declara este artículo En Construcción por Aresius King. Si encuentra algún problema o falta de devoción por su parte, notifíquelo, un acólito del Ordo Hereticus estará encantado de investigarlo.


"No busquéis amabilidad en nosotros. No busquéis esperanza en nosotros. No somos los hijos amables de esta nueva era. Somos las rocas de sus cimientos. Si deseáis esperanza, mirad lo que creamos. Si deseáis amabilidad, mirad a los que vendrán después de nosotros."

Rogal Dorn, discurso a los Trescientos Magistrados de Terra

Los Puños Imperiales fueron la VII Legión de Marines Espaciales creada por el Emperador para su Gran Cruzada. Su Primarca era Rogal Dorn. La Legión se mantuvo en el bando leal durante la Herejía de Horus, y tras esta, se reorganizó según el Codex Astartes y se dividió en Capítulos. El Capítulo ha mantenido y mantiene una intensa rivalidad con los Guerreros de Hierro incluso desde antes de la Herejía, pues ambos comparten su especialización en el asedio. Los Puños Imperiales son reconocidos como uno de los Capítulos más leales al Emperador, y fueron claves a la hora de mantener unido al Imperio durante los tiempos más sombríos mediante su famosamente testaruda resistencia.

Historia

La lealtad en tiempos de traición no es fácil de medir. No se puede mirar a la cara de un aliado y saber si es amigo o enemigo. Incluso después de que la traición de Horus aullase desde las llanuras de muerte de Istvaan III e Istvaan V, la verdad sobre quién era un traidor y quién seguía siendo leal estaba lejos de ser evidente. Los rostros de viejos amigos podían ser máscaras de traición, y las verdades del pasado podían ser capas para los asesinos. Si Horus podía caer, también podía caer cualquier otro. En esta era de traición, una Legión se mantuvo como un pilar de lealtad entre los mares de dudas. Los Puños Imperiales y su Primarca Rogal Dorn, siempre fieles, sin apartarse nunca del precio exigido por una guerra entre hermanos, soportaron el peso de la lealtad sin romperse, pero no salieron ilesos. El sacrificio sin límites cambia a los supervivientes. Solo ahora, cuando tanto se ha perdido y mucho más se ha rehecho, puede verse que los Puños Imperiales que participaron en la fundación del Imperio murieron con la Gran Cruzada.

Orígenes: La madre Terra

Si el Emperador fue el padre de las Legiones Astartes, Terra fue su madre. Mientras el Emperador modelaba a sus guerreros con su voluntad e intelecto, también Terra dejó su marca en los guerreros criados en su seno. Estas marcas, o quizá mejor cicatrices, a menudo moldeaban la cultura, los valores y los métodos de guerra de una Legión en modos a veces tan sutiles y profundos como los misterios entretejidos en su carne. Para entender cómo muchas de las Legiones llegaron a ser lo que fueron, se debe entender primero Terra.

Empapada en sangre, ignorancia y atrocidades, la Vieja Tierra del tiempo anterior al Emperador carecía de esperanza y existía en un estado de oscuridad. El único orden era el que imponían los tiranos: fugaz y corrompido por la locura y la ambición insignificante. El Emperador cambió eso, primero con sus huestes forjadas a partir de las tribus de tecnobárbaros, después con su ejército de Guerreros Trueno genéticamente modificados, y finalmente con la creación de las Legiones Astartes. Con sangre y fuego domó Terra, llevando el orden e iluminación donde antes no había habido ningunos. Fue para proteger esta transformación para lo que se creó a la VII Legión.

Los primeros Batallones de la VII Legión fueron reclutados por toda Terra. Aunque muchas otras Legiones tomaron sus reclutas de una fuente concreta, la VII Legión vino de toda Terra, incluso de dominios sobre los que otras Legiones tenían “Derechos de Diezmo”. A menudo estos jóvenes reclutas eran los que exhibían la mayor capacidad de resistencia, tanto mental como física. Muchos eran de carácter taciturno, lentos para hablar pero rápidos para actuar. No está claro por qué tantos, viniendo de un muestreo tan amplio, se parecían de ese modo. Ciertamente, los procesos usados para activar la semilla genética de la VII Legión parecen haber infligido un dolor intenso, por lo que quizá fueron seleccionados así a propósito para favorecer su supervivencia a tal proceso. También es posible que el patrón de reclutamiento se perpetuase en forma de tradición. Fuera cual fuera la razón, la sombría naturaleza de los reclutados por la VII Legión era muy conveniente para su uso.

En la guerra la VII Legión se preocupaba de la conquista. Aunque todas las fuerzas del Emperador luchaban y morían para expandir el Imperio, muchos solo veían solo parte de la gran visión. Derrotar al enemigo, derribar sus fortalezas y quebrar sus creencias aún dejaba posibilidades de que el país se volviese contra el Imperio en el futuro, o proporcionase a otros enemigos un punto débil al que conquistar. La victoria no era suficiente: para conquistar uno tenía que derrotar a sus enemigos, pero también retener los frutos de esa victoria. Esta filosofía formaba la base de cada acción de la VII. En el ataque pagarían cualquier precio con su propia sangre para asegurar la victoria, y una vez tuvieran la victoria empezarían a consolidar lo que habían tomado. Su primer honor de batalla, "Roma", fue ganado en esta época.

Este patrón puede verse una y otra vez en la etapa final de la conquista de Terra. Fue la VII Legión la que quebró las Ciudades del Mar de Cristal, y después alzó la Fortaleza del Quinto Círculo a partir de sus ruinas. En los pináculos envueltos de hielo del Himalazia perdieron tres Batallones para garantizar la derrota de la brujería de los clanes Llamavientos, pero los primeros bastiones imperiales empezaron a levantarse contra el frío cielo apenas unos días después de ese triunfo. Por toda Terra los frutos de su ingeniería militar contemplaban a los que habitaban las tierras de alrededor, una señal constante de que la fuerza que los había conquistado permanecía allí, arraigada en la tierra.

En la primera década de su existencia, los Puños Imperiales levantaron seiscientas ciudadelas sobre las tierras de los conquistados. Se dice que los muertos de la Legión aún yacen en los cimientos de cada una de ellas, mezclados con la piedra y el mortero de sus muros. Con estos bastiones reteniendo la tierra conquistada en manos del Imperio, el orden se extendería entre las gentes de estos nuevos dominios. Las viejas costumbres cambiarían, caerían o serían reemplazadas por las nuevas, y si no lo hacían, las imponentes fortalezas responderían a la pregunta de qué sucedería con los que osasen rebelarse.

Los miembros de la VII Legión eran más que constructores y castellanos. En el fondo eran la expresión más directa del designio del Emperador de unir a la Humanidad: eran cruzados. Las fortalezas solidificaban la conquista, y la VII buscaba conquistas con un hambre concentrada. Aunque las fortalezas y territorios ordenados brotaban a su paso, la VII Legión nunca se detenía sino que seguía avanzando, invadiendo dominios desobedientes y empujando las fronteras sin dejar de reforzar los que acababan de tomar. Los asaltos de choque en masa, usando toda la panoplia de armas de la Legión, caracterizaban el enfoque bélico de la Séptima. A menudo varios Batallones se desplegaban en masa, destrozando al enemigo con la fuerza de un martillazo. En las llanuras de Kenneatar, el 5º Batallón de la Legión rompió las líneas de la Tiranía con una punta de lanza de cincuenta máquinas de guerra. Se dice que la nube de polvo levantada a su paso cubrió el sol. En los túneles de Galabaz, partieron la corteza sobre la ciudad enterrada y se dejaron caer en los túneles revelados mientras las explosiones aún resonaban por las montañas. No obstante, tras la destrucción que causaban seguían siempre sus obras para reemplazar lo arrasado por algo más fuerte.

Fue a partir de estas primeras conquistas de donde la VII Legión obtuvo su nombre. Cuando muchos miraban las tierras tomadas por la Séptima, decían que era como si “la mano del Emperador hubiera descendido y las hubiera aferrado con un puño irrompible”. La descripción del servicio prestado por la VII Legión debió agradar al Emperador, pues decretó personalmente que a partir de entonces sería conocida como los Puños Imperiales, y les otorgó el derecho a portar los Laureles de la Victoria como parte de su heráldica. Diligentes y taciturnos como siempre, se dice que los rebautizados Puños Imperiales aceptaron sus honores en humilde silencio.

Inwit: Oscuridad y hielo

Aunque el carácter de una Legión puede verse en la carne y la sangre de sus reclutas, puede observarse aún más claramente en su Primarca. Aunque procedan de la semilla de la Humanidad, los Primarcas no son humanos, sino que son trascendentes y poseen una parte sublime e ignota en su naturaleza. Todas las cualidades que parecen destacar en un guerrero de una Legión existen más fuerte, profunda y sutilmente en un Primarca. Esta naturaleza a menudo parece potenciar y concentrar las cualidades otorgadas a una Legión por su semilla genética. Por eso, cuando un Primarca y su Legión se reúnen, a menudo hay un punto en el que el carácter de una Legión puede parecer que cambia. En el caso de los Puños Imperiales, el descubrimiento de su Primarca y del planeta que lo había criado solo reforzó el carácter que los Puños Imperiales habían mostrado desde su creación.

Inwit era, y sigue siendo, un mundo de frío y muerte. Su estrella es fría y débil, y escupe sus últimas energías en forma de fría luz roja. Atrapado por las fuerzas de marea, una de sus caras está cubierta por una oscuridad perpetua, y la otra es bañada por una difuminada luz solar. Los laberintos de grietas, las cordilleras heladas y las llanuras de dunas de escarcha cubren la cara oscura del planeta: esta es la Tierra Rota, el territorio salvaje acechado por bestias que moldea los cuerpos y creencias de la población humana que se aferra allí a la vida. Bajo la corteza de hielo, espesos mares fluyen en perezosas mareas y criaturas pálidas y ciegas nadan en sus aguas, cazando por vibración y con un apetito antinatural por la sangre. Muy por encima de esta desolación, grandes y antiguas estaciones espaciales y astilleros observan el congelado mundo a través de auroras perpetuas; creadas en un pasado perdido, estas ciudadelas del vacío han rodeado Inwit desde tiempos anteriores a la memoria de cualquier registro o relato. En el planeta, la cara luminosa de Inwit ofrece poca más comodidad que la oscura, ya que es un territorio de mares salinos cubiertos de nieve y dispersas rocas desnudas expuestas a la imperturbable mirada del sol rojo.

Hay poco de valor en Inwit: sus mares están enterrados o carecen de vida, sus montañas están despojadas de riqueza y sus especies nativas son peligrosas. Hay, no obstante, algo que este duro mundo produce, y que le llevó a conquistar un cúmulo estelar y a sobrevivir como un pequeño imperio del orden en la Era de los Conflictos: su pueblo. Aunque son barbáricos, están lejos de carecer de sofisticación.

Los guerreros de Inwit son criados para resistir y sobrevivir. El mundo que les da a luz les enseña a no rendirse y que el precio de la debilidad es la muerte, para ellos y para el resto de su estirpe. La muerte llega de muchas formas en Inwit: en las tormentas de hielo que pueden congelar y enterrar a un hombre en segundos, en las garras de los depredadores que recorren las Tierras Rotas, y en el lapsus que permite al frío penetrar en los sellos de calor de un bastión. Estos factores crean a un tipo especial de gente: fuerte, sombría y dedicada a la supervivencia del grupo antes que la del individuo. Gran parte de la población es nómada, moviéndose entre las colmenas de hielo subterráneas para comerciar con armas, combustible y tecnología. Los conflictos entre los clanes vagabundos es común y los guerreros jóvenes aprenden a defenderse de los enemigos de su clan tan pronto como aprenden cómo resistir al toque mortal del despiadado frío de Inwit. Saben cómo aprender, tienen un sentido innato del valor funcional de un objeto, y lo más importante, tienen la fuerza necesaria para conquistar a aquellos que poseen los conocimientos que les faltan.

Hace mucho, antes de que la venida del Emperador fuese siquiera un sueño en la oscurecida Terra, el pueblo e Inwit empezó a crear su propio reino entre las estrellas. En cada mundo que tomaron, asimilaron, realinearon y reforzaron. Con cada conquista su cultura y conocimientos crecieron, pero el propio Inwit no cambió aun a pesar de ser el centro de un imperio. Las colmenas de hielo y las disputas de clan siguieron existiendo, y aunque su mundo engendró naves espaciales y rodeó sus órbitas con estaciones de armamento, sus gobernantes conservaron las antiguas costumbres que les habían dado su fuerza, y los caudillos y matriarcas que comandaban ejércitos por las estrellas aún vivían vidas apenas mejores que las de sus vasallos. Así era entonces, y así sigue siendo.

Fue en este floreciente imperio donde Rogal Dorn alcanzó la madurez, y después gobernó sus dominios como emperador. Mucho de sus primeros años sigue siendo desconocido, o al menos se habla muy poco. Lo que se sabe es que el chico llamado Rogal por su familia adoptiva se alzó desde el frío y la oscuridad de Inwit hasta dirigir la Casa de Dorn de la Casta del Hielo y después dominó el Cúmulo de Inwit. Sus cualidades encajaron perfectamente con las de Inwit, y amplió su imperio más que ningún otro, ordenó y entrenó a sus ejércitos, y diseñó astronaves como nunca antes se habían visto. Cuando el verdadero Emperador se reunió con Rogal Dorn, no solo recuperó un hijo perdido, sino la fuerza de una sociedad estelar ya convertida en una herramienta bélica.

Gran Cruzada

Cruzados de la iluminación

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Los Puños Imperiales marchan a la batalla

Rogal Dorn poseía una energía decidida templada por una naturaleza reservada y estoica. Muchos han comentado la actitud adusta y sin emoción tanto del Primarca como de su Legión, pero esta valoración deja de lado muchos matices. Reservado, pero terrorífico una vez enfurecido, Dorn era a la vez cauto y calculador, y capaz de perseguir un objetivo con energía implacable. Aunque rara vez mostraba sus emociones, cuando lo hacía era capaz de sacudir el suelo u oscurecer el sol. Durante el casi desastroso resurgimiento de la estirpe xahelicana en el Cúmulo de Adonis, se dice que la fría rabia de Dorn defendió las murallas tanto como las armas de aquellos que estaban sobre ellas. Se dice que su amonestación a los refuerzos en Castoris resonó desde el incendiado cielo hasta el mar aún ardiente. Leman Russ le describió como “tan veloz e inmisericorde como el filo de un hacha cayendo”.

Dorn también era capaz de preocuparse y dejar que los problemas le corroyesen bajo su actitud pétrea, pues además de ser un guerrero de absoluta lealtad era un idealista, y las razones por las que luchaba eran para él tan importantes como el resultado de sus esfuerzos. Durante la época de la Gran Cruzada muy pocos vieron jamás esta cualidad de Dorn: no había muchos motivos para hacerlo, aunque los que le conocían bien quizá vieron pistas de ella en su casi fatal confrontación con Konrad Curze en el sistema Cheraut y en su breve cisma con Ferrus Manus tras Hannizare. Solo ahora que se ha perdido tanto que nunca se reconstruirá se puede ver que quizás hasta en la lealtad perfecta existe un defecto. No obstante, cuando los Puños Imperiales se reunieron con Rogal Dorn las sombras de la traición de Horus aún estaban lejos de aparecer.

Pocas integraciones entre Primarcas y Legiones fueron tan rápidas o completas como la de Rogal Dorn y los Puños Imperiales. Los ideales del Imperio y el propósito de la Gran Cruzada encajaban con la actitud y los impulsos de Dorn, y los guerreros de los Puños Imperiales eran epítomes no solo de todo lo que había construido en el Cúmulo de Inwit, sino de todo lo que había soñado para su futuro.

Desde el primer momento en que Dorn conoció a sus hijos genéticos, les exigió todo lo que se exigiría a sí mismo. Se dice que cuando conoció al Señor de la Legión Mathias y a los contingentes veteranos de los Puños Imperiales no dijo nada, manteniendo su silencio incluso después de que se hubieran arrodillado y le hubiesen jurado lealtad. Solo cuando les hubo observado en la batalla rompió su silencio y les habló directamente. Dijo que tenían mucho que hacer, y más que aprender. A Mathias le dirigió una sola palabra de agradecimiento, y le nombró Castellano Supremo del Cúmulo de Inwit. Tal honor conllevó también una profunda responsabilidad, pues la siguiente orden que le dio fue que reclutase treinta Regimientos de nuevos Puños Imperiales en los sistemas de Inwit. Sin esperar ni mirar atrás, Rogal Dorn y sus hijos se lanzaron de vuelta a las estrellas.

Durante las siguientes dieciséis décadas, los Puños Imperiales lucharon en el frente de la Gran Cruzada. Implacablemente pasaron de zona de guerra a zona de guerra, fueron honrados por las demás Legiones, y fueron muy estimados por muchos. En sus métodos de guerra se combinaban las costumbres de Inwit y los ecos de las victorias de la VII Legión. Siguieron avanzando, sin pausa ni respiro. Del mismo modo que en Terra, fortificaban y construían para asegurar lo que conquistaban, pero igual que entonces no se detenían para gobernar sus conquistas. Aunque un castellano con una guarnición de guerreros podían quedarse atrás para mantener sus defensas, no administraban, legislaban ni imponían leyes: eran los guerreros del Imperio, y existían para servir en la guerra y morir por su supervivencia.

Lo que sí tomaban de todas las tierras que conquistaban eran reclutas. La Gran Cruzada vivía de la sangre y la carne de sus guerreros. Cuanto más se extendía a lo largo y ancho de la galaxia, más de ellos caían en combate y más batallas quedaban por librar. Todas las Legiones reclutaban de toda la galaxia, por necesidad tanto como por cualquier otra razón, pero los Puños Imperiales lo hacían con un celo hambriento alcanzado solo quizá por los Ultramarines de Lord Guilliman o los Portadores de la Palabra de Lorgar. Mientras otras Legiones reclutaban intensamente de un solo mundo, los Puños Imperiales lo hacían de muchos.

Incluso mientras las ascuas aún se estaban enfriando, los Puños Imperiales empezaban a cribar la población conquistada en busca de material adecuado para llenar sus filas. Aquellos que tenían que vivir por pura fuerza de voluntad, que habían sido templados por la dureza y el sufrimiento, eran los más apreciados por los Puños Imperiales. De las tribus cazadoras del mundo incendiado de Tiberina se llevaron a todos los chicos capaces de llevar una lanza. En Sevan despejaron de pandillas de tecno-niñatos las madrigueras bajo las placas-factoría, y se llevaron a la mitad de sus miembros al vacío. De los clanes navales nedoranos se llevaron a todos los jóvenes que hubieran visto más de diez mil ciclos navales. Muchos de estos reclutas potenciales morirían antes de llegar a ser Marines Espaciales, cribados por su debilidad o por algún otro defecto inaceptable. Los que sobrevivían a menudo formaban Compañías, Batallones o hasta Regimientos enteros dependiendo del tamaño de las levas. Muchas veces estas formaciones conservaban la marca de su mundo natal en su carácter y cultura. Maneras de hablar, señales físicas de lealtad e incluso idiosincrasias bélicas podían estar afectadas por la ascendencia común de una formación. Con el tiempo muchas de estas subculturas acabaron cediendo bajo el desgaste y las necesidades de la guerra, pero algunas sobrevivieron durante décadas.

Los hijos favoritos

Marines blason puños imperiales

Blasón de los Puños Imperiales

A medida que progresaba la Gran Cruzada, los Puños Imperiales crecieron en honor y en el aprecio del Emperador. Siempre fiables, solían ser usados para reforzar campañas flaqueantes, para mantener frentes desmoronados y para romper asedios empantanados. El Emperador también llamaba a menudo tanto a Rogal Dorn como a sus hijos para que luchasen a su lado, concediendo este honor a los Puños Imperiales más veces que a cualquier otra Legión. Cuando la Hueste Imperial desembarcó en Ophelia VII, el Emperador dirigió el asalto a la cabeza de cien Custodios y diez mil Puños Imperiales. Asimismo, en Askanisa el Emperador convocó no solo a Horus y los Lobos Lunares, sino también a Dorn y los Puños Imperiales, para que formasen su vanguardia y destruyesen a las Dinastías Amortajadas.

El Emperador también usaba a Dorn para asegurarse de que la guerra y las anexiones se realizaban de acuerdo con sus deseos y su visión. Una y otra vez, a pequeña y gran escala, los Puños Imperiales actuaron siguiendo las órdenes directas del Emperador. Otros Primarcas y Legiones trazaron un rastro más brillante o extendieron la Verdad Imperial a más mundos, pero para muchos los Puños Imperiales eran la roca sobre la que se habían construido los cimientos del Imperio.

A pesar de lo favorecidos y honrados que eran, el estatus de los Puños Imperiales no sentaba bien entre algunas de sus Legiones hermanas. La animosidad entre los Puños Imperiales y los Guerreros de Hierro era bien conocida, pero Perturabo y su Legión no estaban solos en su resentimiento. Aunque pocos alcanzaron el nivel de odio del Señor de Hierro, sí había otros irritados por la confianza depositada en los Puños Imperiales. La naturaleza de Dorn no mejoraba las cosas. Siempre honesto, directo tanto en sus ideales como en su expresión, muchas veces su actitud sacaba de quicio a sus iguales tanto como les hacía admirarle.

Fue, quizás, esta cualidad la que hizo que el Emperador no escogiese a Dorn como Señor de la Guerra cuando se retiró de la Gran Cruzada. Horus, a diferencia de Dorn, era un maestro de la diplomacia y un experto en mantener un equilibrio coordinado entre fuerzas poco unidas. Donde Dorn provocaría conflictos, Horus unificaría, y donde Dorn no cedería, Horus encontraría una forma de satisfacer a todos. Pero al mismo tiempo que Horus tomaba las riendas de la Gran Cruzada, Dorn fue nombrado Pretoriano de Terra. Mientras Horus seguiría impulsando la Gran Cruzada, los Puños Imperiales se retirarían con el Emperador a Terra. Y con esa decisión quedó fijado el destino del Emperador y todos sus hijos.

Herejía de Horus

Dorn responde

Archivo:Rogal Dorn by slaine69.jpg

Rogal Dorn, durante la Batalla de Terra.

Antes de llegar a Terra como el Emperador había ordenado, la Legión respondió a la llamada de socorro de la Eisenstein. El Capitán Nathaniel Garro de la Guardia de la Muerte y la Rememoradora Mersadie Oliton fueron descubiertos a bordo, e informaron de los sucesos ocurridos en Isstvan III. En respuesta, Dorn ordenó al grueso de los Puños que fuese al Sistema Istvaan, mientras él y las Compañías de Veteranos regresaban a Terra para informar al Emperador de la traición de Horus. Ambos destacamentos sufrieron dificultades a causa de las Tormentas Disformes que habían envuelto la Galaxia, las cuales hacían la navegación casi imposible.

Una vez en Terra, Dorn asumió el mando de las fuerzas armadas del Imperio. Allí, los Puños Imperiales supervisaron la fortificación del Palacio Imperial, como se les había ordenado antes de la Herejía, y se encargaron de otras tareas defensivas, como el contraespionaje. Dorn se puso de inmediato a organizar la respuesta del Imperio a los eventos de Istvaan III. Tras ponerse en contacto como mejor pudo con las demás Legiones, también enlentecidas por las Tormentas de Disformidad, Dorn ordenó que Horus sería combatido en Istvaan V, donde se estaban atrincherando sus fuerzas. Discutiendo su estrategia con Malcador el Sigilita, afirmó: "Mata a la cabeza, y el cuerpo morirá." Dorn decidió dejar a sus Veteranos en Terra, asumiendo aparentemente que el grueso de la Legión, enviado al Sistema Isstvan, se uniría al asalto por propia iniciativa si lograba llegar hasta allí.

El Cisma de Marte

Al mismo tiempo, Marte se rebeló abiertamente, poniendo en peligro el acceso del Imperio al material de guerra. En respuesta, Dorn ordenó al Primer Capitán Sigismund y al Capitán Camba-Diaz que dirigiesen cuatro Compañías de Veteranos para asegurar las forjas de Mondus Occulum y Mondus Gamma, las cuales producían la mayor parte del equipo y armamento Astartes. La fuerza Astartes estuvo apoyada por unidades del Ejército Imperial, incluyendo trece Compañías de Hoplitas Saturninos y cuatro regimientos de Granaderos Jovianos, también bajo el mando de los Capitanes Astartes. La operación se encontró con una resistencia abrumadora por parte de las fuerzas traidoras del Adeptus Mechanicus. Las dos Compañías a las órdenes de Camba-Diaz se vieron superados por un enemigo 100 veces más numeroso, y las otras dos de Sigismund se encontraron con dos Legiones Titánicas completas. Ante la evidente derrota, los Puños Imperiales se retiraron de Marte, abandonando las forjas pero evacuando con éxito al menos 12.000 servoarmaduras Mk. IV, y alrededor del doble de armas. Las cuatro Compañías de Veteranos implicadas en la operación sufrieron graves bajas y vieron sus efectivos reducidos a la mitad.

Batalla de Phall

Puños Imperiales abordan una nave

Los Puños Imperiales de Alexis Polux abordan la Barcaza de Batalla Contrador de los Guerreros de Hierro.

Meses más tarde, el grueso de los Puños seguía intentando superar las tormentas de Disformidad y alcanzar el sistema Istvaan como se les había ordenado. El ejército llevaba sin contactar con el Imperio desde su partida, y no sabía nada de los avances de la traición de Horus, incluido el hecho de que los Leales de Istvaan III habían sido completamente aplastados. La flota recuperó la comunicación con el Imperio cuando recibió órdenes urgentes de regresar a Terra mientras se enfrentaban a una gran fuerza de Guerreros de Hierro en la Batalla de Phall. Ambos bandos sufrieron graves pérdidas, pero en un testamento a su disciplina, la flota de los Puños se destrabó con éxito y puso rumbo hacia Terra.

Defensa de Terra

Los siguientes siete años de la Herejía están envueltos en misterio, incluyendo el papel de los Puños Imperiales. De hecho, sus siguientes acciones registradas son las de la Defensa de Terra, durante la cual la Legión hizo indispensables contribuciones a la protección del Palacio Imperial junto a los Cicatrices Blancas y los Ángeles Sangrientos. Pero incluso ahí los detalles son escasos. Lo poco que se sabe es que la VII Legión hizo una enorme maniobra para reforzar el Palacio desde la gran Fortaleza Celestial en un momento crítico de la batalla. También se sabe que Dorn tuvo el honor de acompañar al Emperador a la Barcaza de Batalla de Horus, y que fue él quien descubrió los cuerpos del Emperador, Sanguinius y Horus después de que el duelo final hubiese concluido.

Tras la Herejía

La venganza de Dorn

La pena de Rogal Dorn era inmensa tras el final de la Herejía de Horus. Hasta entonces, Dorn había sido honesto, noble y resistente, pero ahora se convirtión en un hijo vengador vestido del negro del luto. Mientras otras Legiones, como los Ultramarines, se dedicaban a reconstruir el Imperio, los Puños Imperiales lanzaron una cruzada contra las Legiones Traidoras, cazándolas y arrasando fortaleza tras fortaleza. Aun así, la Legión era consciente de sus otras funciones, pues acudía directamente a las llamadas de socorro de mundos e instituciones imperiales tanto o más que otras Legiones durante este período. No obstante, Dorn estuvo ausente de los consejos más importantes del Imperio hasta que regresó a Terra al ser convocado por Roboute Guilliman para la presentación de su Codex Astartes.

La crisis del Codex Astartes

Puños imperiales batalla terra

Puños Imperiales durante la Herejía, en armadura Mk. VIII.

Dorn rechazó inicialmente el Codex Astartes, y se creó una enemistad entre él y Guilliman. Dorn llamó cobarde a Guilliman, mencionando su falta de iniciativa en la defensa del Palacio Imperial. Guilliman acusó a Dorn de ser un traidor por rechazar el Codex. Esta enemistad se extendió rápidamente a otras Legiones y se creó una brecha entre ellas: Leman Russ de los Lobos Espaciales y Vulkan de los Salamandras apoyaron a los Puños Imperiales, mientras que Jaghatai Khan de los Cicatrices Blancas y Corax de la Guardia del Cuervo apoyaron a los Ultramarines. Casi se produjo una segunda guerra civil cuando, en conexión con esta crisis, el Crucero de Asalto Ángel Terrible de los Puños Imperiales fue atacado por la Flota Imperial. Sin embargo, Dorn cedió después de pasar siete días meditando en el Guantelete del Dolor. Allí, llegó a la conclusión de que su Legión ya no podía servir al Emperador que había sido, sino que debía servir al Emperador que era, lo que implicaba aceptar el nuevo orden del cual el Codex Astartes era sólo una parte.

La Jaula de Hierro

Dorn decidió que su Legión entraría simbólicamente en el Guantelete del Dolor, y que reemergería siguiendo el Codex Astartes. Esta oportunidad se presentó en la batalla que sería conocida como el Incidente de la Jaula de Hierro. Los Puños Imperiales habían desmantelado en gran parte el imperio de los Guerreros de Hierro en sus campañas tras la Herejía. Tras descubrir la Fortaleza Eterna, un fortín de veinte millas cuadradas construido por los Guerreros de Hierro, Dorn afirmó que sacaría a Perturabo a rastras de su escondrijo y lo traería a Terra en una jaula de hierro, y lanzó a toda su Legión contra él.

Perturabo y su Legión eran maestros de la defensa y el asedio por derecho propio, y habían diseñado la Fortaleza Eterna como una trampa para atraer a los Puños Imperiales. Dando aún más ventaja a los Guerreros de Hierro, Dorn se lanzó al ataque sin su habitual cuidado en planificar y preparar el asalto. Lo que siguió fue una masacre casi total. Las formaciones de los Puños Imperiales fueron rotas, reducidos a luchar con cuchillos de combate individualmente, en trincheras medio inundadas y sin munición.

A pesar de todo, los Puños Imperiales resistieron y consiguieron llegar al centro del complejo, sólo para descubrir que era un espacio abierto sin valor alguno y rodeado de más armas. No obstante, los Guerreros de Hierro fueron incapaces de acabar del todo con ellos, careciendo de la fe para hacer el sacrificio definitivo que exigía la victoria. Entonces, los Ultramarines intervinieron, expulsando a los traidores.

Reorganización

Puño imperial Lanzallamas tactico

Puño Imperial Táctico con lanzallamas.

Purificados por su sacrificio, los Puños Imperiales comenzaron a reorganizarse de inmediato a partir de la endurecida fuerza de veteranos que quedaba. Durante los siguientes veinte años, el nuevo Capítulo se retiró para adaptarse al Codex Astartes. Desde entonces, los Puños han ocupado un lugar junto a los Ultramarines como seguidores ejemplares del Codex. A pesar de todo, el Capítulo mantiene su antigua especialización en asedios, lucha urbana y defensa, aunque prefieren actuar agresivamente antes que defensivamente. Esto sucede particularmente en los asedios. El Capítulo también mantiene su propia tradición militar, recogida en el Libro de las Cinco Esferas como un complemento al Codex Astartes.

Como parte de su reorganización, los Puños Imperiales participaron en la Segunda Fundación, dando origen a los Bebedores de Almas, los Templarios Negros y los Puños Carmesíes. Los hermanos más fanáticos de la Legión formaron los Templarios Negros, mientras que los más equilibrados fundaron los Puños Carmesíes. Se sabe que los Puños Imperiales tienen un lazo especialmente fuerte de hermandad con sus Capítulos Sucesores, de los cuales al menos tres participan en el Festín de Espadas, incluyendo a los propios Puños.

Sucesos recientes

Línea cronológica

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  • 546.M32: Todos los Altos Señores de Terra mueren por orden de Drakan Vangorich, Gran Maestre del Officio Assassinorum. El Maestre de Asesinos rebelde es rastreado y matado por una fuerza de Marines Espaciales compuesta por Puños Imperiales, la Hermandad del Halo y el Capítulo de los Sables. Sólo un Marine Espacial logra sobrevivir a la misión.
  • 567.M40: Pacificación de la insurgencia caótica en Iduno. Esta campaña incluyó la Batalla del Puente Colonial, que resultó en la promoción de Darnath Lysander.
  • 585.M40: El Crucero Eldar Sangre de Khaine es abordado y capturado.
  • 790.M41: El Capítulo participa en la Cruzada de Nimbosa junto a los Templarios Negros contra el Imperio Tau. Sufren graves bajas durante la Masacre de la Garganta Koloth.
  • 949.M41: Los Puños Imperiales empatan con los Puños Carmesíes en el 814º Festín de Espadas.
  • 966.M41: Lysander dirige a los Puños Imperiales a Malodrax y expulsa a los Guerreros de Hierro del planeta.
  • 968.M41: Las Compañías 5ª y 9ª son desplegadas en Khai-Zhan para aplastar el Alzamiento de Khai-Zhan junto a 4 Regimientos de la Guardia Imperial de Cadia. Los Puños Imperiales son decisivos para contrarrestar la participación de los Amos de la Noche en el Alzamiento, y asedian el Palacio de la Paz, una ciudadela altamente fortificada.
  • 981.M41: El Capitán Taelos emprende un peregrinaje guerrero, que le lleva a los mundos de Maelstrom, Choria, Corazón Implacable y Golgotha.
  • 997.M41: Un grupo de batalla dirigido por el Capitán Lysander intercepta a la Flota Enjambre Leviathan en el planeta Miral, donde establecen fortificaciones defensivas. Aunque enormemente superados en número, los Puños logran rechazar al enjambre Tiránido al séptimo día contra todo pronóstico.
  • 998.M41: La 2ª Compañía se enfrenta con elementos periféricos del ¡Waaagh! Dethzarka. Se envían las Compañías 6ª y 9ª para apoyarles.
  • 998.M41: El Fortín Estelar Esfuerzo de Voluntad es atacado por una partida de guerra de Guerreros de Hierro, que se cree estaba dirigida por el infame Herrero de Guerra Shon'tu.
  • 998.M41: La flota Helios participa en operaciones de contención en el Ojo del Terror.
  • 999.M41: Al menos 5 Compañías participan en la defensa contra la XIII Cruzada Negra, aplastando a los Marines Espaciales del Caos en Cadia. La 1ª, 2ª y gran parte de la 3ª Compañías son claves en la defensa de puntos estratégicos de Cadia, y la 2ª gana honores de batalla por derrotar a una horda de 10.000 mutantes.

Sin fechar

Imperial Fist Predator Annihilator-1-

Predator Aniquilador Mk.II con cañones láser Mk.I

  • La Acción Tunis: El planeta Tunis es atacado por Orkos de los Zolez Malvadoz y envía una llamada de socorro. Los Exploradores de la X Compañía y los Exterminadores de la I son los primeros en responder, derrotando a la fuerza Orka.
  • Asedio de Haddrake Tor: Campaña de tres años contra el Caos, que termina con la victoria imperial. En el curso de la campaña, el Primer Capitán Kleitus muere, pero pasa el Puño de Dorn a Lysander antes de morir, y con él la Capitanía de la 1ª Compañía.
  • Purga de Vernalis: La Fuerza Guantelete libera el planeta Vernalis del Caos. Se compone de elementos de la 10ª, 5ª y 1ª Compañías, y derrota a una partida de Hojas Rugientes e Hijos del Emperador bajo el mando del Architraidor Sybaris.
  • Batalla de Hydra Cordatus: La 3ª Compañía es atraída a una trampa en la superficie de Hydra Cordatus por los Guerreros de Hierro y es destruida casi por completo. No sobreviven más de 30 Hermanos de Batalla.
  • Batalla de Mithron: La 5ª Compañía es destruida defendiendo el Mundo Santuario de Mithron, hogar del sagrado Liber Mithros, de Demonios y Marines Espaciales del Caos de la Legión Negra. Sin embargo, dos supervivientes logran mantener a salvo el libro, y son rescatados por una fuerza de Ultramarines.
Paz Tau-Imperio

El Capitán Taelos en misión diplomática en el Imperio Tau.

  • El Cúmulo Jorgurd: La rebelión de Klebendor III, inspirada por la Legión Alfa, es aplastada, y el líder de los herejes, Ialo Vex, y su círculo interior son capturados. Las fuerzas de la Legión Alfa son perseguidas hasta su remota base oculta en el cinturón de asteroides del Sistema Rathnorn, donde son destruidas.
  • Batalla de la Garganta Naeuysk: Catorce Rhinos son capturados por los Amos de la Noche en una emboscada. A la mañana siguiente, los Puños Imperiales contraatacan y expulsan a los Marines Espaciales del Caos, recuperando con éxito todos los vehículos perdidos. Sufren un 85% de bajas.
  • Purga de Ganymede: La III Compañía y al menos un Land Raider Cruzado participan en esta campaña.
  • Campaña de Balle Alpha: Las fuerzas del Capítulo son desplegadas en posición defensiva contra un asalto blindado del enemigo.

Reclutamiento

Mini Dreaghnout Puños Imperiales

Dreadnought de los Puños Imperiales.

Oficialmente, el mundo natal de los Puños Imperiales es la Sagrada Terra. Sin embargo, en términos funcionales, el Capítulo lleva establecido en su flota desde su primer encuentro con su Primarca Rogal Dorn, tras el cual la enorme nave Phalanx ha estado sirviendo como una Fortaleza-Monasterio móvil. No obstante, el Capítulo aún mantiene una presencia en Terra, sobre todo en el Pilar de Hueso y la Columna de la Gloria.

Los Puños Imperiales toman sus reclutas de muchos mundos, entre ellos Terra, Necromunda e Inwit. En cada uno de estos mundos mantienen un fortín del Capítulo. Sin embargo, no poseen ningún derecho especial sobre dónde reclutar a sus Neófitos.

Una vez que los reclutas son seleccionados, se examinan sus antecedentes criminales, y pasan una batería de pruebas: musculatura, perfil psicológico ("nivel de psicosis"), nivel psíquico, reflejos oculares, inteligencia, habilidad de disparo, resistencia al dolor y destreza.

Los reclutas pasan 6 meses en la Fortaleza-Monasterio, donde aprenden Gótico Imperial mediante un hipnocasco antes de pasar su iniciación en el "túnel del terror". En este, se enfrentan a calor y frío extremos, zonas de vacío, etc. La dureza aumenta a medida que se avanza. Si el iniciado pasa, se convierte en cadete y el símbolo de los Puños Imperiales es marcado en su nalga. Entonces empieza su adoctrinamento, entrenamiento y cirugía, que los convertirán en Marines Espaciales.

Para celebrar la introducción del preomnor, los cadetes comen plantas y animales venenosos, y para la omofágea, consumen carne cruda (parte de ella humana), y a partir de ella deben adivinar algunos detalles sobre la criatura de la que procedía.

Tras la ceremonia de iniciación, se informa a la familia del cadete que su hijo se ha convertido en Marine Espacial.

Doctrina de combate

[En construcción, disculpen las molestias.]

Organización

Antes de la Herejía

[En construcción, disculpen las molestias.]

Tras la Herejía

[En construcción, disculpen las molestias.]

Creencias

La cultura de los Puños Imperiales articula su obsesión predispuesta genéticamente hacia la fuerza de voluntad y el dolor en un conjunto coherente de prácticas con lograr autodisciplina no comprometedora y mantener un orden completo. Además, la cultura del Capítulo está fuertemente influenciada por sus orígenes terranos.

Modelo Junker de comportamiento

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Puños Imperiales luchando contra los Amos de la Noche.

La estructura básica de la cultura del Capítulo está basada en el "Modelo Junker de comportamiento" perteneciente al "antiguo código prúsico" de Terra. Este modelo exige una dedicación meticulosa tanto a los asuntos militares como a la conducta individual.

Así, en los temas militares la fastidiosa atención al detalle es una carta de presentación de la desmesurada planificación y preparación del Capítulo. De un modo parecido, cada detalle de la conducta de cada Hermano de Batalla está estructurado en torno a la búsqueda de la disciplina perfecta y la obsesión por el castigo como penitencia por el más mínimo fallo, infracción o error.

Quizás como consecuencia del modelo Junker, los Puños Imperiales tienden a ser de carácter severo, incluso en comparación con otros Marines Espaciales. Cuando los conoció por primera vez, el Capitán Garro de la Guardia de la Muerte comentó que "parecían una panda sombría", a lo cual el Capitán Iacton Qruze de los Lobos Lunares dio la razón, afirmando que había servido junto a un Puño Imperial Veterano en una campaña de un año que nunca sonrió una sola vez. Por estas razones, los Puños se ganaron el mote de "Hombres de Piedra" durante la Gran Cruzada.

Duelos de Honor

Como parte de su tradición Junker, los Puños Imperiales practican los Duelos de Honor, un ritual enseñado al Capítulo por un puñado de Hermanos de Batalla terranos. Los Duelos de Honor sirven para solventar disputas entre miembros del Capítulo. El duelo consiste en dos Astartes con el torso desnudo, que visten protectores oculares y que tienen sus pies fijados en bloques a una distancia determinada. Un tercer Marine actúa de juez, vestido con una túnica negra y un casco para ocultar su identidad. El duelo comienza tras saludarse los contrincantes entre sí y con el juez, y los participantes se enfrentan con espadas de tungsteno hasta que se logra herir a uno en la cara. El ritual distribuye el honor entre ambos contendeintes: el Marine vencido acepta la responsabilidad de la disputa y se disculpa, honrando al vencedor, mientras que las cicatrices resultantes de la derrota son bien vistas por otros miembros del Capítulo, honrando al vencido.

Tallado de huesos

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Puños Imperiales defendiendo el Palacio Imperial.

Se sabe que los Puños Imperiales tallan y graban los huesos de las manos de sus muertos. Tras la batalla, los Marines Espaciales que se han distinguido en combate reciben como recompensa las manos esqueléticas de sus Hermanos caídos, cuyos huesos son adornados con tallas, diseños y otros ornamentos. Los Puños realizan esta práctica solemnemente como forma de reforzar su disciplina mental, su concentración y su atención al detalle. Las tallas completadas son vestidas como joyas y adornos, en especial por los oficiales.

Dolor y castigo

Los Puños Imperiales han desarrollado prácticas particulares que tienden hacia su obsesión con vencer al dolor y con la penitencia. La más importante es el castigo infligido por el Guantelete del Dolor, que es tan impuesto por los oficiales como autoinfligido. El Guantelete del Dolor envuelve todo el cuerpo y estimula los centros cerebrales del dolor, causando un dolor insufrible sin infligir ningún daño físico. La función del Guantelete es superior al simple castigo, en el sentido de refuerzo negativo, pues posee un valor espiritual positivo. Los Marines soportan el extremo dolor obligándose a meditar en la gloria de Rogal Dorn, y por tanto perfeccionando su comunión espiritual con su Primarca.

Tan importante es el dolor en la cultura de los Puños Imperiales, que el Capítulo parece haber desarrollado una filosofía sobre él. Como recitaba un Capellán anónimo:

"El dolor es... una lección que el universo nos enseña. El dolor es lo que nos preserva de las heridas. El dolor perpetúa nuestras vidas. Es el escalpelo curativo y purificador de nuestras almas. El dolor es el vino de la comunión con los héroes. Es la panacea mercurial para la debilidad, la quintaesencia de una existencia dedicada. El dolor es el vitriolo filosófico que convierte al simple mortal en inmortal. ¡Es el Sublime, el fuego dorado de los astros!"

Capellán anónimo de los Puños Imperiales

Semilla genética

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Vladimir Pugh, armado con dos Martillos Trueno y un bólter acoplado, liderando a sus tropas en la batalla.

La semilla genética de los Puños Imperiales posee dos características únicas que se expresan en términos fisiológicos y de comportamiento. Fisiológicamente, el Capítulo ha perdido dos de los órganos artificiales propios de los Astartes: la glándula de Betcher (que permite escupir ácido) y la membrana An-sus (que permite entrar en un estado de animación suspendida). En cuanto a su comportamiento, los Puños están obsesionados con vencer al dolor mediante la fuerza de voluntad y la disciplina. Esta obsesión a veces deriva en una profunda atracción hacia el autosacrificio o la penitencia. Este carácter suele simplificarse en testarudez.

El Capítulo considera esta última característica una ventaja y una debilidad al mismo tiempo. Por un lado, estas tendencias generan conductas testarudas en el campo de batalla, y hacen seguro que los Marines lucharán a pesar de graves heridas. Por otro, los Puños podrían buscar subconscientemente esas heridas y dificultades, lo que puede poner en peligro los planes de batalla y llevar a correr riesgos innecesarios. Siguiendo estas líneas, los Puños Imperiales son famosos por su reticencia a aceptar la posibilidad de la derrota cuando retirarse sería la táctica más adecuada. El Capítulo minimiza conscientemente los efectos negativos de este rasgo mientras potencia los beneficiosos.

Apariencia

Los Puños Imperiales visten servoarmaduras amarillas con bordes negros, y su símbolo es un puño negro sobre un círculo blanco.

Miembros conocidos

Durante la Herejía

  • Efried - Capitán de la 3ª Compañía.
  • Halbrecht - Capitán (Compañía desconocida).
  • Camba-Diaz - Capitán de la 2ª Compañía.
  • Demetrius Katafalque - Compañía desconocida.
  • Armandus Tyr - Capitán de la 6ª Compañía.
  • Pertinax - Capitán de la 14ª Compañía.
  • Scallus - Capitán (Compañía desconocida).
  • Archamus - Maestre de los Huscarl (Guardia de Honor).
  • Akrida - Capellán (Compañía desconocida).
  • Lysol Blane - Tecnomarine autor del Liber Proditor Armorum.

Tras la Herejía

  • Vladimir Pugh - Anterior Señor del Capítulo. Recientemente fallecido.
  • Taelos - Capitán de la 10ª Compañía.
  • Quirion Octavius - Capitán (Compañía desconocida), trabaja actualmente con la Inquisición.
  • Lo Chang - Capellán de la 10ª Compañía.
  • Rhetoricus - Autor del Libro de las Cinco Esferas.
  • Nidon - Miembro de la 5ª Compañía.

Naves conocidas

Antes de la Herejía

Partes de la Tribuno Puños Imperiales

Esquema de la Tribuno, nave de los Puños Imperiales que participó en la Batalla de Phall.

  • Lanza de la Venganza (Barcaza de Batalla) - Activa durante la Herejía.
  • Tiempo Dorado (Barcaza de Batalla) - Dirigida por el Capitán Amandus Tyr de la 6ª Compañía. Participó en la Batalla de Phall pero no está claro si sobrevivió.
  • Martillo de Terra (Barcaza de Batalla) - Dirigida por el Capitán Pertinax de la 14ª Compañía. Destruida en la Batalla de Phall.
  • Cruzado (Barcaza de Batalla) - Destruida en la Batalla de Phall.
  • Legado (Barcaza de Batalla) - Destruida en la Batalla de Phall.
  • Lacedemonio (Barcaza de Batalla) - Dirigida por el Comandante Iago, fue la primera nave en llevar a los Puños Imperiales fuera del Sistema Solar. Destruida en la Batalla de Phall.
  • Unidad (Barcaza de Batalla) - Destruida en la Batalla de Phall.
  • Verdad (Barcaza de Batalla) - Destruida en la Batalla de Phall.
  • Veritas (Crucero) - Destruido en la Batalla de Phall.

Tras la Herejía

  • Lanza de la Venganza - Barcaza de Batalla.
  • Capulus - Crucero de Asalto.
  • Venganza Incandescente - Crucero de Asalto.
  • Justitia Fides - Crucero de Asalto.

Reliquias y artefactos

  • Liber Mithros.

Leer más

Lista de Ejércitos de Marines Espaciales.

Lista de Capítulos Leales.

Fuentes

Extraído y traducido de Lexicanum Inglés.

  • Purgar las Estrellas, por Andy Chambers y Matt Keefe.
  • Index Astartes II y IV.
  • Marine Espacial, por Ian Watson.
  • Arlequín, por Ian Watson.
  • Hijos de Dorn, por Chris Roberson.
  • La Huida de la Eisenstein, por James Swallow.
  • Imperial Armour II y X.
  • Horus, Señor de la Guerra, por Dan Abnett.
  • Visiones Reunidas de la Herejía.
  • Cuentos de la Herejía - Juego de Sangre, por Dan Abnett.
  • Mechanicum, por Graham McNeill.
  • Codex: Templarios Negros (4ª Edición).
  • Codex: Marines Espaciales (Ediciones 4ª y 5ª).
  • Héroes de los Marines Espaciales (Antología).
  • White Dwarf 286, 302 y 305 (Edición inglesa).
  • Phalanx, por Ben Counter.
  • Reglamento de Warhammer 40,000 (5ª Edición).
  • Codex: Muerte en las Calles.
  • Ultramarines (Película).
  • Tormenta de Hierro, por Graham McNeill.
  • La Torre del Rayo, por Dan Abnett.
  • Codex: Marines Espaciales del Caos (1º de 3ª Edición).
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