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Exterminadores Ángeles Sangrientos Space Hulk

El Pecio Espacial Pecado de Condenación, infestado de Genestealers, fue atacado por la Pimera Compañía de Exterminadores de los Ángeles Sangrientos en el 596.M41. Había sido descubierto por un Comerciante Independiente cerca del Sistema Baal, por lo que era especialmente peligroso.

Se trataba de un Pecio Espacial enorme, una acumulación de naves sin fin, entre las cuales se hallaba incluso una de los Ángeles Sangrientos. El Pecio había vuelto al Espacio Real con sus alienígenas tripulantes en hibernación; y los Ángeles Sangrientos decidieron purgarlo antes de que su infestación escapase de cualquier forma de la nave y cayera en algún mundo humano, con terribles consecuencias.

El Desastre de Secoris[]

En torno al año 950.M40, en aquel otro pecio espacial, del que no se da el nombre, el plan de batalla de los Ángeles Sangrientos había sido internarse justo en el nido donde hibernaba la inmensa mayor parte de los genestealers y acabar con todos ellos en un ataque rápido antes de que se despertasen.

Aunque en un primer momento consiguieron hacer cientos de bajas fáciles, parecía que la muerte de cada genestealer despertaba a otros diez. Miles de ellos salieron de la hibernación en cuestión de segundos, contraatacando y rebasando a los Marines Espaciales.

Debieron de ser grandes en efecto cuando se dice que "sólo" sobrevivieron 50 Marines Espaciales, y que el capítulo entero pasó por duros momentos.

Uno de ellos fue el Sargento Lorenzo, que no ha podido pasar un día desde entonces sin recordar éstos trágicos acontecimientos.

Por todo ello el plan en El Pecado de Condenación fue radicalmente distinto.

Asalto al Pecado de Condenación[]

350px-T5EGenestealers

Sólo un diminuto porcentaje de los Genestealers, menos del 3%, estaban despiertos cuando el torpedo de asalto vomitó a los exterminadores Ángeles Sangrientos en el interior del Pecado de Condenación. Los xenos totales se calculaban en más de 40.000 y el número de los que hibernaba disminuía a cada minuto. Se estableció rápidamente un perímetro defensivo y empezó la operación, coordinada por el Capitán Michaelus Raphael desde una barcaza a mil kilómetros de distancia.

La primera tarea de las escuadras Lorenzo y Gideon fue desactivar todos los sistemas de eyección de naves salvavidas. Si cuando empezase la operación uno sólo de los alienigenas escapaba en una pequeña nave salvavidas, él sólo podría infestar todo un planeta imperial y alzar un Culto Genestealer.

El avance dentro del Pecado de Condenación era terrorífico: Oscuridad por todas partes salvo justamente delante del haz luminoso, estrechos tuneles de metal oxidado, crujidos metálicos de la nave y enemigos ilimitados que nunca se sabe donde van a aparecer.

Después de que las escuadras Lorenzo y Gideon lograsen recuperar los datos del U.T.C.A. y escoltarla hasta el perímetro de seguridad, quedó claro que la mejor opción era llenar el nido de los genestealers de gas tóxico para acabar con todos ellos mientras aún dormían... pero en ésos momentos despertó el primer Líder de Progenie. Los Genestealers lograron violar el perímetro de seguridad y acabar con dos tecnomarines, pero fueron rechazados.

Tras ésto, Raphael ordenó un ataque de distracción contra un nido secundario a las Escuadras Gideon y Lorenzo, que consiguió que el Líder de Progenie y 2.000 genestealers se apartaran del nido principal. Ambas escuadras recibieron daños y hubo bajas en otras. La Escuadra Lorenzo fue psíquicamente suprimida por el Líder de Progenie mientras la Gideon purgaba el nido secundario. Sin embargo, gracias a Calistarius y a Claudio, único superviviente de su escuadra, lograron recuperarse.

Tras éste éxito las órdenes fueron apoyar el ataque al nido principal Genestealer, pero Calistarius había detectado en el pecio algo que emitía un eco del poder de Sanguinius. Mientras que Gideon quiso seguir el objetivo principal, Lorenzo ofreció a su escuadra para escoltar al Bibliotecario. Así encontraron el Ira de Baal, una nave de los Ángeles Sangrientos de época de la Herejía de Horus, que había sido dada por desaparecida desde entonces.

La nave estaba con muchos de sus sistemas operativos y aún en espera, pero también estaba llena de Genestealers. Un furor psíquico crecía en los Ángeles Sangrientos según se acercaban al Reclusiam de la nave, cuyo sello estaba intácto. Allí yacía un dorado con forma de calavera Grial que había estado lleno de la mismísima sangre de Sanguinius.

Tras recogerlo, Calistarius ordenó volver para apoyar el ataque principal; pero los Genestealers, sabedores de que el gas tóxico estaba empezando a extenderse, atacaron con rabia y número sin parangón para evitar ser aniquilados. Las bajas de los Ángeles Sangrientos se multiplicaron y tuvieron que retirarse hasta su punto de abordaje. Parecía que la catastrofe de 650 años atrás se repetía.

Todos los Ángeles Sangrientos restantes organizaron perímetros defensivos en torno a la cámara de control medioambiental, en la que los Tecnomarines habían colocado más gas tóxico para que se distribuyera por el nido principal genestealer. Tras ocho angustiosos minutos en los que los genestealers golpearon con todo lo que tenían, haciendo numerosas bajas a los Ángeles Sangrientos, el gas alcanzó su nivel de concentración tóxica y el asalto xeno cesó.

El Capitán Raphael anunció la muerte del 98% de los genestealers del pecio, quedando vivos solo los que permanecían activos.

Tras ésto, se hizo necesario acabar con todos los Líderes de Progenie restantes, tanto al activo como a los aún durmientes, para terminar de desarticular lo poco que quedaba de la horda genestealer. Parte de las escuadras Gideon y Lorenzo se retiró a ser reparada y reabastecida mientras que Lorenzo se puso al mando de otro grupo formado por Calistarius, León, Zael, Claudio y él mismo.

Sus objetivos eran hacerse con una muestra de tejido de los Líderes de Progenie, y después acabar con ellos. Sin embargo, el Líder activo trató de defender a los suyos. Zael llegó a herirlo de gravedad con su lanzallamas pero el Líder de Progenie lo reventó y huyó.

Los restantes miembros de la escuadra improvisada recibieron órden de escapar por un pozo de ventilación que llevaba al espacio exterior de la nave, donde los recogería una Thunderhawk y los genestealers no podrían seguirlos. Sin embargo, aún fue necesario el sacrificio del hermano León, que desde la retaguardia usó sus últimos cartuchos para bloquear el paso de los genestealers haciendose caer por un abismo.

Justo cuando se disponían a salir por el pozo de ventilación, el herido Líder de Progenie atacó a Calistarius. Claudio se lanzó sobre él y consiguió arrancarle un brazo, pero el Líder acabó con él de forma horrible. Fue Lorenzo quien finalmente dió muerte a la bestia mientras ésta atacaba psíquicamente a Calistarius.

Tras ésto, tanto Lorenzo como Calistarius evacuaron el Pecio de Condenación lanzandose al espacio, donde fueron recogidos por una Thunderhawk.

Fuentes[]

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