Plantilla:MascotaHermanasPatrocina
La Hermana Martika fue una famosa Hermana Celeste del Adepta Sororitas.
Los Huesos de Santa Emiline
La epopeya de la Hermana Martika comenzó cuando el ¡Waaagh! Orko del Archimaníaco de Calverna irrumpió en el sistema Yerena arrasándolo todo a su paso.
Uno de los planetas que se encontraban en el camino del avance Orko fue Esperanza de Emiline, un mundo santuario de la Eclesiarquía bautizado en honor de Santa Emiline tras su muerte y que albergaba a la Orden del Corazón Sangrante, una Orden Militante menor de las Hermanas de Batalla del Adepta Sororitas.
A regañadientes, la Canonesa de la Orden se vio forzada a ordenar la evacuación del planeta ya que la imparable marea verde cada vez estaba más cerca, así que junto a sus Hermanas extrajeron los sagrados huesos de Santa Emiline de su reposo y marcharon en dirección a Caprium, el espaciopuerto más cercano.
Sin embargo los Orkos avanzaron más rápido de lo esperado y el convoy de las Hermanas fue emboscado por una fuerza de Komandoz cuando estas se detuvieron para realizar las oraciones matutinas. Cogidas por sorpresa con la guardia baja, las Hermanas fueron diezmadas sin piedad y los Rhinos del convoy saqueados por los pieles verdes.
A pesar de la matanza, la joven Hermana Martika, única superviviente de una Escuadra Celeste, siguió silenciosa y secretamente a los Orkos cuando estos retornaron a su campamento. La joven Hermana Celeste había quedado escondida bajo los cadáveres de sus Hermanas y juró vengarse de los Orkos.
La venganza
Cuando cayó la noche Martika se infiltró en el campamento y puso granadas a lo largo y ancho de la zona de acampada Orka. Después de la detonación, el campamento se convirtió en un caos, momento que Martika aprovechó para apoderarse de su Rhino y conducirlo entre los desconcertados Orkos. Martika escapó del campamento y enfiló de nuevo el camino hacia Caprium con los huesos de la Santa a salvo en el interior del Rhino. Sin embargo, al cabo de poco tiempo, los Orkos iniciaron la persecución a bordo de Motoz, Kamionez y Buggies de Guerra, mucho más ligeros.
Sabiendo que no podría escapar de unos perseguidores mucho más veloces que ella, Martika salió de la carretera y continuó su camino a través del denso bosque cercano, conduciendo entre la maleza y haciendo que muchos de los Orkos se estrellaran contra los árboles.
Desgraciadamente, los Kamionez Orkos supervivientes descargaban una continua lluvia de proyectiles que acribillaban el Rhino de Martika. En la alocada persecución, la Hermana Celeste impactó con el potente Rhino contra dos de ellos y los envió al fondo del barranco que bordeaban dando salvajes vueltas de campana. Finalmente el Rhino surgió del bosque y llegó a los muros exteriores de Caprium donde el resto de vehículos orkos fue destrozado por las armas defensivas perimetrales del espaciopuerto.
Una vez a salvo con los sagrados huesos de Santa Emiline, Martika dio las gracias al Emperador y a su vehículo por haberla ayudado en su huida, un vehículo que a partir de aquel momento se convertiría en su transporte personal por el resto de su vida.
Fuentes
Extraído y traducido de Lexicanum Inglés.
- White Dwarf nº 269 (Edición inglesa).