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Khorne medio sin fondo

Cerberus el Rebañacráneos, mascota de los Poderes Ruinosos, patrocina este espacio para honrar a sus demoníacos señores. Pulsa sobre él y te introducirá en los misterios del Caos.

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KarlothValois

Karloth Valois, Señor de los Zombies de Necromunda, por Mark Gibbons.

Karloth Valois fue un psíquico rebelde y un hereje de la Colmena Primus de Necromunda.

Orígenes

Viviendo originalmente en la ciudad colmena, Karloth se vio obligado a huir al Submundo, e incluso llegar a lo más profundo, debido al tormento de sus poderes psíquicos latentes, que le daban visiones proféticas de pesadilla y le bombardeaban con los pensamientos de otros. Siempre buscando alejarse más de cualquier otra persona, acabó en las Zonas Muertas del fondo de la Colmena, donde estuvo cerca de morir muchas veces.

Mientras rebuscaba cualquier magro suministro que pudiera encontrar en un sitio tan desolado, fue atacado por una manada de Zombis de la Plaga. Le persiguieron por los túneles y tubos abandonados hasta que sus exhaustos músculos no pudieron más y derrumbándose en el lodo sucumbió a la muerte. Cuando los Zombis empezaron a devorar su desgastado cuerpo, algo despertó dentro de él. De repente, sintió los fragmentos de mente que les quedaban a los Zombis de la Plaga, el hambre insaciable que los empujaba, el crudo instinto que gobernaba sus actos. Sobre todo eso reconoció la simplicidad de sus mentes, y extendiendo su mente descubrió que podía controlarlos.

Con un último grito de esfuerzo logró acallar el hambre de los Zombis y obligarlos a retroceder y dejarle en paz. Yació solo en la impenetrable oscuridad del fondo de la colmena, rodeado por los Zombis de la Plaga, mientras el virus se extendía desde los mordiscos que le habían dado hasta su cerebro. Pero Karloth había descubierto otra cosa más que podía hacer ahora. Atrajo hacia sí las diminutas pizcas de fuerza vital que aún quedaban dentro de los Zombis, y con ellas logró rechazar la muerte.

Cambios

De alguna forma la plaga neuronal había alterado los poderes de Karloth, y ahora veía que podía usar provechosamente esas habilidades que había empleado para salvar su vida. Podía controlar las mentes de los Zombis de la Plaga dentro de un radio, aumentando o disminuyendo su hambre, incluso concentrando lo poco del ego que aún les quedaba para hacerlos asesinos más eficientes y letales. Más aún, descubrió que ahora podía absorber la fuerza vital de cualquier ser vivo, pero que esta era su única forma de subsistencia ahora. Se vería obligado a cazar a los vivos para sobrevivir. Mientras había estado tirado al borde de la muerte, en manos de los Zombis, había sentido lo que había más allá. Había percibido una eternidad de oscuridad llena de inimaginables tormentos, y de terror sin fin, y juró que nunca dejaría que la muerte se lo llevase.

Subida al poder

Karloth se entregó a una vida de vagabundeos, viajando por los páramos del Submundo, cazando a los vivos cuando podía y usando a sus manadas de Zombis de la Plaga para obligar a otros a darle lo que necesitaba. Con el tiempo su reputación creció, hasta el punto de que las Bandas hicieron terribles pactos con él para asegurar su asistencia. Y todo el tiempo el poder de Karloth crecía, como su horda de no muertos, hasta que inevitablemente atrajo la atención de otros poderes.

Cruzada

Las filas de la Redención en el Submundo crecieron y muchos miembros más empezaron a descender desde la Ciudad Colmena para unírseles y oponerse al hombre al que ahora llamaban ladrón de almas y robavidas. Los rumores difundían que había hecho un pacto con los Dioses Oscuros, y los Redencionistas marcharon en una cruzada completa para detener su reinado del terror.

Karloth se encontró de repente con que estaba solo, sin aliados a los que recurrir. Allí donde iba era rechazado, pues el miedo de la gente a lo que se había convertido y a lo que la Redención podía hacerles superaba a cualquier cosa que pudieran esperar ganar con ayudarle. Karloth se retiró a los lagos y sumideros envenenados del Submundo, habitados por los Carroñeros y los Mutantes, pero los Redencionistas también le persiguieron allí.

El Fin

El Culto de la Redención persiguió a Karloth hasta el mismo borde del Abismo donde, dando la espalda al vacío impenetrable, se volvió finalmente para enfrentarles. Su horda de Zombis cargó contra las llamas de la Redención, y carne reseca y ardiente cayó como una lluvia para ser tragada por la oscuridad de la fosa. Karloth absorbió la vida de los hermanos cuando sus Zombis desgarraron su carne, pero los cultistas de túnicas rojas eran fanáticos y seguían presionando inexorablemente. Al final, Karloth escapó de sus llamas y de su inevitable tratamiento como hereje arrojándose y hundiéndose en la oscuridad sin fondo del Abismo, gritando en desafío a la muerte hasta el fin.

Los Redencionistas rastrearon el Abismo durante semanas en busca de cualquier evidencia de los restos de Karloth, pero no encontraron nada. Sin embargo, como todos los habitantes del Submundo sabían que era una locura intentar encontrarle, ya que nada puede encontrarse en el Abismo a menos que quiera ser encontrado.

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Fuentes

Extraído y traducido de Lexicanum Inglés.

  • Necromunda: Desterrados (Juego de Especialista).
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