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Aguilaimperial

El Águila Imperial.

"Todos aquellos que sirven al Emperador son hijos de la grandeza."

Antigua Máxima Imperial

El Imperio de la Humanidad es el mayor imperio estelar de la galaxia y se extiende desde la Sagrada Terra hasta las inmediaciones de la Franja Este y las distantes Estrellas del Halo. Está compuesto por un millón de mundos e innumerables almas que dirigir, gobernadas por el Dios-Emperador de la Humanidad. Ejércitos enteros de escribas intentan cotejar el número de habitantes del Imperio, pero esta tarea resulta interminable e imposible, ya que en el reino del Emperador pueden hallarse todas las clases de mundos imaginables: húmedas y sofocantes junglas pobladas por salvajes que empuñan garrotes, tundras heladas con gigantescas ciudades cavadas en glaciares, abrasadores mundos desérticos, mundos forja industrializados y contaminados, mundos colmena donde habitan billones de personas apretadas en masivas megaciudades o gigantescos mundos cardenalicios donde los edificios se destinan al Culto Imperial. Esta diversidad de mundos supone también una amplia variedad de culturas y los habitantes humanos suelen variar enormemente de unos a otros en argot, costumbres y apariencia.

Historia[]

Origen[]

El Imperio fue fundado por el Emperador, al final de la Era de los Conflictos, un período de anarquía, guerras entre humanos y regresión, que duró docenas de siglos durante los que todo, excepto ligeras trazas de la avanzada civilización galáctica construida por el hombre en eras anteriores, desapareció. Durante ese período, el mundo natal de los humanos, Terra, fue cercado por persistentes Tormentas Disformes, aislándolo de sus planetas federados.

Sin embargo, cuando las Tormentas Disformes de la Era de los Conflictos amainaron, el Emperador se apresuró a unir a la Humanidad bajo su mandato, convirtiendo sus hordas de Tecnobárbaros en los primeros Marines Espaciales sobrehumanos.

Después de haber asegurado los puertos de Luna y las fábricas y almacenes de armas con base en Marte, el Emperador construyó una enorme flota de guerra con la que acometió lo que sería la Gran Cruzada, una breve era de reconstrucción y reunificación que duró dos siglos enteros.

La Gran Cruzada[]

Artículo principal: Gran Cruzada.

Durante la Gran Cruzada las colonias humanas, a través de guerras y diplomacia, fueron unificadas en un único Imperio humano.

Durante este período, el Emperador empleó a sus más potentes soldados, los Marines Espaciales, y sus líderes natos, los Primarcas. Éstos, junto con el poder combinado de la Flota y del Ejército Imperial (más tarde dividido en la Guardia Imperial y la Armada Imperial), hicieron de la Humanidad el enemigo a batir en la Galaxia, con sus innumerables tropas consiguiendo lo que muchos veían como el destino natural del hombre de gobernar la Galaxia.

La Herejía de Horus[]

Artículo principal: Herejía de Horus.

En el M31, el Señor de la Guerra Horus, el hijo y el siervo más leal del Emperador, atacó Terra con la tercera parte de las fuerzas del Imperio a las que ha persuadido para lograr sus propios fines. Horus es aniquilado, pero el Emperador resulta herido de muerte y, a partir de entonces, reina desde el Trono Dorado para toda la eternidad.

Era del Imperio[]

Colmena imperial wikihammer

Ciudad colmena imperial

Artículo principal: Era del Imperio.

Desde el M30 en adelante. La Humanidad sobrevive gracias al sacrificio del Emperador. Se multiplica el número de psíquicos, traidores y mutantes, y solo la vigilancia eterna preserva a la Humanidad de la aniquilación. El Astronomicón, una gran baliza psíquica guiada por la mente inmortal del Emperador, permite a la Humanidad viajar por la Disformidad una vez más, con lo que muchos mundos se reúnen con el Imperio.

Sin embargo las cosas no marchan bien en el dominio de la Humanidad. Sin el Emperador para guiarlos, los hijos de Terra se enfrentan entre sí y deben ser contenidos y defendidos en idéntica medida por los Altos Señores de Terra.

La Gran Fisura[]

Galaxia 999

Mapa de la galaxia a partir del 999.M41.

"Estamos rodeados por todos lados por viles alienígenas depredadores y la sedición nos corroe desde dentro; en esta hora oscura lo mejor que podemos hacer es preparar nuestras armas y rezar a nuestros dioses."

Skolak a'Trellar IV, Comandante Imperial

Durante diez mil años, el Imperio había resistido. Cien siglos de guerra constante. Entonces, tras la Caída de Cadia ante las fuerzas de Abaddon el Saqueador en el 999.M41, una oscuridad aún mayor descendió por toda la galaxia. En su larga historia, el Imperio jamás había sufrido tormentas disformes como las que se desataron a raíz de la Cicatrix Maledictum, la Gran Fisura.

Una reacción en cadena de desgarros dividió toda la galaxia, dejando tras de sí una cicatriz pulsante de puro Caos. Le siguió la Noctis Aeterna, un periodo en el que el Astronomicón fue devorado, perdido entre la agitación de la tormenta. Durante algún tiempo, quizá días, meses o años, solo se vieron destellos intermitentes, como si el mismísimo Emperador estuviera enfrentándose a la tormenta. Para la mitad de la galaxia, el Astronomicón regresó, aunque ahora era propenso a parpadear. En cambio, para los que estaban en el norte galáctico, conocido como el Imperium Nihilus, la luz del Astronomicón se había ido, dejando a los Navegantes ciegos en la Disformidad, y a los mundos imperiales de la región perdidos y aislados en la oscuridad.

El terror se apoderó de cientos de miles de planetas, que lanzaron comunicaciones a la desesperada, hasta quedar en silencio. Miles de millones de escribas y eruditos buscaron respuestas. Investigaron durante mucho tiempo los registros abandonados, abriendo incluso las criptas más antiguas. No hallaron ninguna explicación ni consuelo, tan solo algunas comparaciones aisladas. La Tormenta de Ruina ya había partido por la mitad la galaxia durante la Herejía de Horus, pero solo en otra ocasión había quedado la Humanidad tan dividida como entonces: la Era de los Conflictos. Su sola mención causaba escalofríos. Poco se sabía de aquella era de pesadilla, ya que era anterior al Imperio, pero los fragmentos conservados aludían a un momento en que la historia casi terminó, en que la Humanidad resultó casi destruida y sus pocos supervivientes fueron esclavizados o reducidos a la barbarie.

Durante un tiempo, la Gran Fisura amenazó con destruirlo todo. Sus movimientos agitaban la realidad como un seísmo. La galaxia se rompía en dos. Todas las criaturas vivientes quedaron estupefactas, y luego una oleada de terror las sobrecogió. Aquellos con dotes psíquicas fueron quienes peor lo pasaron, pues las energías de la Disformidad se derramaron en el espacio real. Para muchos, fue su condena. Incontables miles de millones murieron y su agonía se sumó a la cacofonía que gritaba en cada mente viva.

Una grieta siguió a otra. Una cicatriz turbulenta de Caos puro y pulsante casi separó la galaxia en dos. Desde la Anomalía Hadex en el centro de la Brecha Jericho, en la Franja Este, hasta el sistema más alejado del Segmentum Obscurus, en el noroeste galáctico, latía una nueva presencia horrible. Era un agujero que desgarraba las costuras de la realidad a una escala inimaginable. El Ojo del Terror, la más grande de todas las fisuras disformes previamente conocidas, se convirtió en una pequeña fracción de esta enorme brecha. Las tormentas disformes que brotaron del vacío barrieron todos los rincones de la galaxia. Ninguna astrocomunicación pudo transmitirse desde ninguno de los millones de planetas imperiales. Solo los mundos que compartían un sistema estelar podían permanecer en contacto, e incluso eso falló durante las crisis de furiosas tempestades. Se desconoce el número de planetas del Imperio que se perdieron, pero durante un tiempo todos se quedaron solos. Incluso la baliza guía del Astronomicón, alimentada por la luz del Emperador, parpadeó y se desvaneció.

En el periodo que siguió, las réplicas psíquicas sacudieron la galaxia, y la propia realidad luchó por recuperarse del horrible trauma. Con el tiempo, quienes no fueron devorados por las tormentas disformes ni estaban demasiado cerca de los perniciosos efectos de la Gran Fisura descubrieron que los Astrópatas podían transmitir mensajes interestelares de nuevo, aunque el riesgo de incursión demoníaca era mayor que nunca. Se lanzaron cruzadas para restablecer el contacto con los sistemas estelares lejanos y retomar lo que podía ser reconquistado. La más exitosa fue la Cruzada Indomitus, dirigida por Roboute Guilliman. El Primarca había recuperado su título de Lord Comandante del Imperio, y allí donde viajaba, devolvía la fe. Sin embargo, ningún mensaje y muy pocas naves podían cruzar la nueva e infernal barrera que partía la galaxia.

Con la Gran Fisura, el Imperio de la Humanidad, siempre fracturado, quedó roto, con sus mundos más alejados más aislados que nunca antes. Pero resiste. Las banderas de la miríada de ejércitos de la Humanidad todavía ondean en innumerables planetas.

Un Imperio entre las estrellas[]

"¡El Imperio! ¡Tan poderoso su aspecto! ¡Tan extensos sus límites! Cuando un mundo muere, diez más se unen al rebaño. Témenos, porque contamos la vida de los planetas, ¡no la de los hombres!"

Cardenal Morius Blate, Eclesiarca Primus
The_Imperium_of_Man

The Imperium of Man

El Imperio de la Humanidad abarca un millón de mundos habitados y aunque engloba este gran número de planetas, no es nada comparado con el tamaño inmenso de la Galaxia. En realidad el Imperio se extiende vagamente por el espacio, sus mundos están diseminados por el vacío y les separan centenares o miles de años luz. Por lo tanto, es erróneo pensar en él en términos de un territorio que se extiende por toda la Galaxia. La verdad es mucho más compleja, pues los dominios del imperio están dispersos por la Galaxia y se encuentran limitados por los caprichos del viaje por la Disformidad y el flujo espacial. Un Sistema habitado puede estar separado del más próximo por civilizaciones alienígenas, Tormentas Disformes inestables, cascadas dimensionales o espacio inexplorado. En verdad, la ignorancia que la Humanidad tiene de su entorno va mucho más allá de su escaso conocimiento, porque a la raza humana aún le queda mucha Galaxia por explorar ya que aún hay muchas extensiones del espacio donde el Imperio es tan solo un mito.

El modelo de asentamiento humano en la Galaxia se debe en gran parte a la naturaleza del viaje espacial. Todos los viajes interestelares se llevan a cabo gracias a Motores de Disformidad que lanzan las naves a la dimensión alternativa del espacio disforme. En la Disformidad, una nave puede cubrir el equivalente a muchos miles de años luz de distancia en muy poco tiempo, regresando al Espacio Real en un lugar muy alejado de su punto de partida. La naturaleza impredecible y turbulenta del espacio disforme hace que algunas zonas de la Galaxia resulten más difíciles de alcanzar que otras. Algunas zonas están aisladas eternamente por el torbellino de Tormentas Disformes, turbulencias dicotómicas y corrientes violentas etéricas. El acceso a otras áreas solo puede hacerse a través de rutas peligrosas y solo accesibles mediante pausas en las fluctuaciones terribles de la Disformidad. Algunas zonas del espacio disforme actúan como vórtices dimensionales, atrapando a las naves y destrozándolas con fuerzas increíbles. En otras ocasiones, el tiempo fluye de forma incoherente con el reino material y los días se convierten en nanosegundos, los minutos duran años y el futuro se lanza en espiral hacia el pasado.

Cuidad Imperial 40k Imperio Ciudad Colmena

La maestría del Imperio en el espacio disforme se debe a tres factores: el primero es el mantenimiento de la tecnología ancestral del Adeptus Mechanicus, los Tecnosacerdotes de Marte, que preservan el conocimiento de la ciencia arcana. Sin la ventaja tecnológica de los eficaces Motores de Disformidad, al Imperio le resultaría imposible defender sus planetas más aislados. El segundo factor es la existencia de humanos mutantes denominados Navegantes, una raza que remonta sus orígenes a la época incierta de la Era Oscura de la Tecnología. Solo un Navegante puede pilotar una nave a través de la Disformidad. Su cráneo hinchado alberga una mente sensible a las mareas y corrientes de la Disformidad y un tercer ojo que puede mirar al Inmaterium sin verse afectado por su locura, que le ayudan a guiar su nave por el espacio disforme hasta su destino final.

El tercer factor que hace posible el viaje por la Disformidad es la increíblemente potente baliza del Astronomicón. Emitida desde la Sagrada Terra por un coro de psíquicos y guiada por la voluntad del Emperador, la baliza se extiende por la Disformidad, donde los Navegantes utilizan su luz como guía. Es el Astronomicón el que permite que los Navegantes utilicen sus poderes al máximo. Sin él, ni siquiera los Navegantes más poderosos podrían pilotar sus naves en estos viajes inmensos requeridos al servicio del Imperio. Sin el dominio del espacio disforme y la habilidad para maniobrar sus fuerzas militares por el vacío del espacio, el Imperio sería incapaz de funcionar. Se marchitaría y moriría desgarrado por revueltas internas e invasiones alienígenas.

Ciudad Imperial Imperio Warhammer 40k Colmena Dawn of War 2

En todas partes, los enemigos de la Humanidad están listos para explotar sus debilidades. Algunos son traidores internos, como Gobernadores rebeldes y comandantes corruptos que han rechazado la misericordia del Emperador por el beneficio propio. Otros enemigos son alienígenas en pensamiento y acciones. Los bárbaros Orkos invaden planeta tras planeta, saqueando y aniquilando para dejar únicamente un rastro de muerte y destrucción a su paso. Los Necrones, largo tiempo inactivos, despiertan en un millar de Mundos Muertos con una voluntad implacable y una naturaleza despiadada.

Los voraces Tiránidos avanzan por la Galaxia como una plaga de langostas absorbiendo Sistemas Estelares enteros antes de continuar el avance.

Los vanidosos T'au presionan los límites orientales del Imperio y sus ideales engañosos e inicuos de una causa común son tan peligrosos como su avance militar.

De los maravillosos Mundos Astronave surgen los enigmáticos Eldars para inmiscuirse en el destino de otras razas, asegurando así el aplazamiento de su inevitable fin.

Pero incluso estos enemigos no son nada comparados con los horrores que acechan más allá del velo del universo material. De los mares cambiantes de la Disformidad surgen los Demonios, entidades con cuerpos creados de energía pura, en vez de carne y sangre, y que se alimentan del terror y las ambiciones de los hombres. Las criaturas que necesitan odio y codicia para sobrevivir no descansarán mientras un solo hombre siga con vida.

Los Mundos del Imperio[]

En el M41, la Humanidad se extiende por el espacio y a los planetas los separa el vacío y una historia de regresión y reconstrucción. Muchos planetas humanos forman alianzas flexibles para el comercio y la mutua defensa. Otros se han convertido en mundos primitivos y bárbaros, a menudo como el resultado de un aislamiento periódico. Constantemente se descubren nuevos mundos humanos y también existe un número desconocido de ellos que han permanecido olvidados durante cientos o miles de años. Incluso así, estos mundos humanos representan una proporción diminuta de los Sistemas Estelares de la Galaxia.

Los tipos de mundos en los que se divide el Imperio son los siguientes:

Hijos del Imperio[]

"El Emperador es la fuerza de la Humanidad y la Humanidad es la fuerza del Emperador."

El Imperio es el hogar de innumerables billones de almas. Las masas numerosísimas de la Humanidad se apiñan en torno a las estrellas, pero pocos son los que tienen tiempo para apreciar la majestuosidad de los cielos. Y es que gran parte de la raza humana tiene una única preocupación: la lucha desesperada por la supervivencia.

El gobierno imperial es centralista, con la Sagrada Terra a la cabeza, y cada mundo supervisado por una sola capital con un Gobernador al frente, designado bien por mandato imperativo, o mediante un mecanismo propio (herencia, consejo...). La distribución de tareas generales de cada mundo invita a pensar que el Imperio del Hombre ha llegado a un sentimiento unificado como entidad inteligente, que nunca antes había experimentado. Un mundo nutre a los demás, cada uno aporta su imprescindible porción de recursos, gestionado por la cuna de la Humanidad: Terra.

Todos los siervos del Imperio tienen una vocación que define su existencia, a menudo asignada antes de que hayan nacido. El individuo significa poco, sólo cobra verdadero sentido cuando forma parte del todo, ya que el colectivismo es fundamental en la filosofía imperial. Pálidos ciudadanos trabajan día y noche en tareas ingratas y fútiles, obligados por superiores indiferentes, ignorantes de las verdades terribles que amenazan a la Humanidad desde el vacío.

Instituciones del Imperio[]

Organización del Imperio

Altos Señores de Terra[]

Artículo principal: Altos Señores de Terra.

Los Altos Señores son los doce hombres más poderosos de la Galaxia. Gobiernan el Imperio en el nombre del Emperador de la Humanidad, y son ellos los que envían las mortíferas flotas imperiales a la guerra junto con los inagotables ejércitos del Imperio. Su misión es interpretar y decretar los deseos del Emperador, confiando en que su poderosa mente guíe sus pensamientos e inspire sus acciones.

Cada Alto Señor es el líder de una de las más poderosas organizaciones del Imperio. Un complicado entramado de maniobras políticas, promesas de apoyo y consideraciones de interés mutuo les mantiene unidos y determina quién ostentará un cargo y quién no. En la práctica, algunas de las organizaciones del Imperio ostentan tanto poder que no se puede concebir que no poseyeran un escaño. A lo largo de milenios han sido diversas las facciones que han conformado los Altos Señores, en virtud del poder que manifestaran y de su influencia. Ambición y rivalidad despiadada caracterizan a todos estos grandes hombres, y las entidades que representan rivalizan con las demás por hacerse con parcelas del poderío imperial. Los siguientes cargos siempre ocupan una plaza entre los Altos Señores, puesto que son los portavoces de las piedras angulares del Imperio, las más necesarias instituciones:

Estos nueve cargos son prácticamente inamovibles. Si quedaran vacantes por causa de muerte repentina, o abandono por parte de su ocupante, lo habitual es que el sucesor en el cargo se convierta en Alto Señor. El cargo de Representante de la Inquisición no es ocupado por un Inquisidor determinado, sino que su puesto se reserva para el individuo que sea enviado en nombre de la institución. De forma similar, el puesto de Enviado Paternoval está a disposición de quienquiera que fuese tal honorable corresponsal de la Casa Navegante en boga. Los puestos restantes son ocupados casi excepcionalmente por alguno de los siguientes cargos oficiales de gran poder:

Adeptus Terra[]

Artículo principal: Adeptus Terra.

El Imperio es gobernado en nombre del Emperador por el incalculablemente populoso Adeptus Terra, los miembros del ancestral Sacerdocio de Terra, cuyos jerarcas son los Altos Señores de Terra. Tan sólo allí, los Adeptus Terra se cuentan por ingentes millones de individuos. Sus dependencias abarcan toda la Galaxia, y su poder se extiende a cada uno de los mundos integrantes del Imperio. Ningún hombre está libre de su influencia y de su yugo. El Emperador se ha convertido en un Dios, y en su nombre los Altos Señores gobiernan. La superstición y el dogma religioso se han convertido en la regla, y aquel que se niegue a aceptarlo abiertamente estará en contra de la ley imperial.

El Adeptus Terra constituye una organización muy ramificada, se divide y subdivide en numerosas categorías especializadas, departamentos incontables que gozan de un poder terriblemente grande. Verdaderamente, el Adeptus Terra está tan extendido que es imposible seguir el recuento actualizado de las divisiones internas que funcionan bajo su bandera. Diez mil años de esfuerzo han levantado una organización que se extiende hasta lo más profundo del corazón de la sociedad imperial. Se clasifica información, se documentan acontecimientos, por toda la galaxia, se archivan y se almacenan. Al igual que un reloj antiguo que nunca se detiene las manecillas de la burocracia avanzan despacio, impulsadas por una inercia de milenios, sin pensar o considerar.

Administratum[]

Artículo principal: Adeptus Administratum.

Esta vasta organización es responsable por asesorar y levantar los diezmos, distribuir los recursos imperiales y otras incontables funciones administrativas. Es el más grande de todos los departamentos del Adeptus Terra. Sus miembros son en su mayoría escribas y oficiales, los esclavos hereditarios de una burocracia del tamaño de la Galaxia. El corazón del Administratum se encuentra en el Palacio Imperial, un colosal complejo cuyas innumerables torres góticas cubren la mayoría del suelo de Terra y sus cavernosas catacumbas se extienden más allá del suelo. El Administratum es probablemente la organización más poderosa en el Imperio.

Adeptus Arbites[]

Artículo principal: Adeptus Arbites.

El Adeptus Arbites es quien se encarga de hacer cumplir la ley imperial. Es una fuerza policíaca galáctica armada y equipada como una fuerza militar. Sus tropas son conocidas como Arbitradores y Jueces, y son las fuerzas de élite del Adeptus. Sus filas están llenas de guerreros fanáticos, devotos a la ley. Si un Gobernador imperial se retrasa con sus diezmos, manda muy poco o si este es lento al reforzar un decreto imperial, el Adeptus Arbites tendrá el honor de hacerle una visita. Los Jueces están equipados con arsenal suficiente como para desatar una pequeña guerra, aunque su objetivo principal es mantener el orden.

Adeptus Astra Telepathica[]

Artículo principal: Adeptus Astra Telepathica.

Se encarga de reclutar y entrenar psíquicos para el servicio a lo largo y ancho del Adeptus Terra. El rol fundamental de esta organización es el de entrenar Astrópatas. Astrópata es la abreviación para el término Astro-Telépata, el cual se refiere a un psíquico capaz de enviar un mensaje a distancias interestelares. La gran distancia entre las estrellas significa que las formas de comunicación más tecnológicas son inútiles. Un mensaje enviado a través del Inmaterium no es precisamente instantáneo, pero es lo suficientemente rápido para ser un medio práctico de comunicación. Solo los Astrópatas tienen el poder para enviar y recibir mensajes mensajes psíquicos en distancias interestelares.

Adeptus Custodes[]

Artículo principal: Adeptus Custodes.

El Adeptus Custodes forma la selecta guardia personal del Emperador desde antes de haber conquistado ni siquiera el Segmentum Solar o la Vieja Tierra por completo. Sus obligaciones son servir y proteger al Señor de la Humanidad en su eterno letargo, por lo que su situación y competencia se limitan a la Sagrada Terra.

Una rotación continuada asegura que siempre haya un pequeño contingente de Custodios en activo dentro del Sagrado Palacio Imperial, además de una pequeña élite de guerreros que jamás abandona el santuario de los restos del Emperador. Su uniforme es tradicional pero efectivo: pantalones de cuero y botas, y una larga capa negra sobre el torso desnudo. Pero también suelen usar Armaduras Artesanales con motivos imperiales por toda su extensión, unas versiones más sofisticadas de las servoarmaduras Astartes y de las que no se conoce bien sus verdaderas capacidades. Sus cascos son antiguas obras de arte: cerrados y altos para proporcionar una apariencia deshumanizada y amenazadora, además de incluir una gran variedad de equipo y herramientas.

Sus armas aparentan ser rudimentarias lanzas, pero pocos saben que bajo esa rústica apariencia, se esconden unas de las mejores armas que la Humanidad ha conocido. Envueltas en decorosos y laboriosos motivos imperiales, las doradas Lanzas Guardianas incorporan Armas Bólter tan ornamentadas que se camuflan como meros adornos, aunque eso no las hace menos letales.

Los Custodios nunca abandonarán Terra, y en contadas ocasiones se alejarán de Palacio, pues allí está su cometido, allí guardan el tesoro más valioso del Hombre; su lugar está a Su lado.

Adeptus Mechanicus[]

Articulo principal: Adeptus Mechanicus.

Los Tecnosacerdotes del Adeptus Mechanicus son los guardianes del conocimiento ancestral de la Humanidad. La orden posee y administra el Mundo Forja de Marte, desde cuyos talleres se originan la mayoría de las armas, naves espaciales, y otras maquinarias tecnológicamente sofisticadas que son usadas en el Imperio. El Mechanicus es tanto un culto arcano como un grupo científico, y su conocimiento va desde la mera tecnología común utilizada por cualquier ciudadano imperial, hasta los reinos de la tecnología arcana.

Eclesiarquía o Adeptus Ministorum[]

Artículo principal: Adeptus Ministorum.

Para los incontables millones de humanos que componen la población imperial, el Emperador no es nada menos que un Dios al cual le ofrecen sus vidas. Por milenios, esta fe ha sido cultivada por una vasta y poderosa organización devota a su adoración, el Adeptus Ministorum. Más comúnmente conocida como la Eclesiarquía, es una poderosa organización con sus propias armadas, materializadas en el Adepta Sororitas.

Fuerzas Militares[]

Imperio en Guerra

La Galaxia es un lugar hostil y el Imperio solo puede sobrevivir mediante el uso de vastas fuerzas armadas. Solo el continuo esfuerzo y sacrificio de millones de guerreros es lo que ha permitido que el reino de la Humanidad persista. Los ejércitos del Emperador no pueden permitirse la piedad ni la debilidad, y la Humanidad no tiene respiro en este estado de guerra interminable.

Guardia Imperial[]

Artículo principal: Guardia Imperial.

Es un masivo ejército dividido en incontables Regimientos estacionados a lo largo del Imperio, con la orden de protegerlo de invasiones alienígenas y rebeliones internas. La Guardia es la fuerza de combate principal del Imperio, cuenta con billones de efectivos armados con millones de tanques de guerra y piezas de artillería listos en cualquier momento para acabar con los enemigos del Dios-Emperador.

Adeptus Astartes[]

Artículo principal: Marines Espaciales.

También conocidos como los Marines Espaciales, son los guerreros de élite del Imperio. Los Astartes son guerreros genéticamente modificados, alterados quirúrgicamente y condicionados psicológicamente. Son seres sobrehumanos capaz de realizar las misiones más peligrosas y salir victoriosos, y cada uno tiene el poder de diez soldados normales. Durante la época de la Gran Cruzada, los Marines Espaciales se dividían en Legiones, donde miles de estos guerreros se congregaban al mando de su Primarca para reconquistar la Galaxia en nombre del Emperador. Sin embargo, después de los estragos causados por la Herejía de Horus, se dividieron en Capítulos, cada uno con un aproximado de mil guerreros, para que nunca más un solo hombre pudiera acaparar el poder de un ejército tan poderoso como lo era una Legión. Existen una gran variedad de Capítulos a lo largo de los territorios imperiales, algunos difieren tanto en uniformes, tácticas como en credos, pero todos siguen siendo los guerreros más leales e incansables del Emperador.

Legiones Titánicas[]

Artículo principal: Legiones Titánicas.

Los Titanes Imperiales son inmensas máquinas de guerra de forma humanoide que son construidas y desplegadas por el Collegia Titanica del Adeptus Mechanicus. Son dioses de la guerra que caminan y pelean a lado de las fuerzas del Emperador de Terra. Las Legiones Titánicas son ejércitos que contienen estas formidables máquinas para atacar o defender un objetivo importante. Los Mundos Forja del Mechanicus suelen contar con dos o más de estas Legiones para proteger el preciado conocimiento del Culto Mechanicus. La sola silueta de estos gigantescos guerreros puede provocar júbilo en las tropas aliadas y terror indescriptible en sus enemigos.

Armada Imperial[]

Artículo principal: Armada Imperial.

La Armada Imperial es la congregación de naves encargada de vigilar y proteger los dominios astrales del Emperador. Dividida en cinco Segmentae Majoris, es capaz de desplegar una potencia de disparo impresionante sobre los enemigos que intenten profanar los bordes del Imperio. Las naves de la Armada Imperial son enormes construcciones barrocas armadas con centenares de armas de fuego, así como misiles, naves caza y de asalto. Algunas son máquinas milenarias que han estado en servicio prácticamente desde el inicio del Imperio, pero a pesar de esto, seguirán peleando eternamente para mantener a salvo al reino de la Humanidad.

Inquisición[]

Artículo principal: Inquisición.

La Inquisición, una organización dedicada a purgar a los traidores, herejes, mutantes y alienígenas que atacan a la Humanidad. Estas amenazas son tan peligrosas que la Inquisición tiene un control total del poder del Imperio, desde los incondicionales Marines Espaciales y la Guardia Imperial hasta facultades para ordenar un Exterminatus. La Inquisición siempre está vigilando para que la Humanidad se encuentre en un estado puro y de obediencia total hacia al Emperador.

Ordo Malleus[]

Artículo principal: Ordo Malleus.

Es el primero de los tres grandes Ordos de la Inquisición. El Ordo Malleus, formado por los llamados Cazadores de Demonios, se encarga de luchar contra los Demonios de la Disformidad. Los Demonios y sus seguidores son y siempre han sido la mayor de las amenazas del Imperio. Su influencia puede escurrirse a cualquier Sector, a cualquier individuo, no importa lo seguro o leal que sea. Si se dejase que acamparan a sus anchas, estas fuerzas del Caos podrían profanar a toda la Humanidad en cuestión de años. Por supuesto, este hecho se mantiene al margen del conocimiento de los ciudadanos del Imperio.

Caballeros Grises[]

Artículo principal: Caballeros Grises.

Son la fuerza de combate principal de los Cazadores de Demonios. Son Marines Espaciales con excelentes habilidades físicas y psíquicas que les permiten luchar contra las aberraciones de la Disformidad. Además de sus fulgurantes y potentes Armas Némesis, algunos miembros pueden llevar Cañones Psíquicos o Incineradores, aumentando aún más su potencia de fuego. Aquellos Caballeros Grises que destacan en combate durante siglos y dominan sus talentos psíquicos son honrados con los Honores de Exterminador y van al campo de batalla en venerables Armaduras Tácticas Dreadnought. Se encuentran entre las mejores tropas de la Galaxia y pueden aguantar y ocasionar gran cantidad de daño.

Ordo Hereticus[]

Artículo principal: Ordo Hereticus.

Es el segundo de los tres grandes Ordos de la Inquisición. Conocidos como los Cazadores de Brujas, estos Inquisidores se encuentran entre los individuos más temidos de la Inquisición. Se dedican a luchar contra el mutante, el psíquico renegado y el hereje. La mutación es una afrenta a la pureza de la Humanidad que puede manifestarse en cualquier momento. Los psíquicos renegados pueden retorcer el curso natural de las cosas e incluso invocar Demonios de la Disformidad. En definitiva, la herejía no conoce límites y esto requiere una intensa vigilancia por parte de la Inquisición para descubrirla y eliminarla. Algún día, estos múltiples enemigos podrían destruir el Imperio si no se les vigilara.

Hermanas de Batalla[]

Artículo principal: Adepta Sororitas.

Son la fuerza de combate principal del Ordo Hereticus, feroces luchadoras similares a sus hermanos Marines Espaciales. Lo que las Hermanas no tienen en mejoras genéticas lo suplen con fe y devoción. El Adepta Sororitas no solo se encarga de ser una fuerza de combate, si no que también está compuesto por órdenes no militantes, como las Dialogantes, Famulatas y Hospitalarias, aunque cualquiera de estas hermanas está dispuesta en cualquier momento a empuñar el Bólter y eliminar a los enemigos de la Humanidad. Nadie es más devoto a la causa y culto del Dios-Emperador que ellas.

Ordo Xenos[]

Artículo principal: Ordo Xenos.

Es la tercera de los tres grandes Ordos de la Inquisición. El Ordo Xenos se encarga de investigar, catalogar y destruir a las especies alienígenas que amenazan al Imperio. Sus funciones también implican decomisar y arrestar a los comerciantes que obtienen tecnología alienígena o que mantienen tratos con estas razas, al igual que los individuos que protegen a seres de otras especies que son buscados por las fuerzas imperiales.

Vigías de la Muerte[]

Artículo principal: Vigías de la Muerte.

[En construcción, disculpen las molestias].

Fuentes[]

  • Warhammer 40,000: Reglamento (Ediciones 4ª y 5ª).
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