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Veredicto del Certamen de Relatos Wikihammer + Voz de Horus ¡Léelos aquí!

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La Flota Enjambre Ouroboros es una Flota Enjambre Tiránida que se cree que se enfrentó al Imperio cerca del Ojo del Terror antes del 36º Milenio.

Historia[]

En el 36º Milenio, el entonces Cardenal de Thracian Primaris, Miriamulus el Anciano, redactó la historia de la Legión de Ouroboris, que había atacado el Subsector Helicano en una era anterior. Se contaba que la legión estaba compuesta de monstruos alados, vomitados desde las entrañas de colosales bestias, que se abalanzaron desde los cielos y arrasaron la campiña dejándola despoblada y sin vida. Se cuenta asimismo que el Emperador en persona dirigió una Cruzada que logró hacer que las criaturas se volvieran las unas contra las otras, Cruzada que concluyó tras una batalla de doce días cerca de una Fisura Disforme cercana al Ojo del Terror.

Un análisis posterior del Titán clase Warlord Mechanica Cranus, un veterano superviviente confirmado de las Guerras de Ouroboris, reveló quemaduras reveladoras de bioplasma, así como quemaduras de piroácido similares a las causadas por el armamento Tiránido. También se cree que los Lobos Espaciales tienen trofeos de dicha campaña, muy similares a las formas de vida Tiránidas, procedentes de la misma época, como el famoso objeto conocido como el Huevo del Kraken.

No obstante, hay que señalar que las técnicas de datado por augur fechan el daño sufrido por el Titán en un momento posterior a la Herejía de Horus, lo que hace que la supuesta presencia del Emperador en las Guerras de Ouroboris sea considerada cuando menos poco probable.

Otros sabios más versados en las artes biológicas citan la naturaleza primitiva de los organismos de la Flota Enjambre Ouroboris como un indicador de su antigüedad. Las muestras orgánicas recuperadas de batallas contra esta flota enjambre parecen casi primordiales por su gran simplicidad, especialmente comparadas con los biomorfos más refinados de la Leviatán o la Kronos.

Lejos de ser una debilidad de la Ouroboris, los relatos horrorizados de los que han luchado contra ella revelan que esta simplicidad es en realidad una fortaleza. Las estrategias perfeccionadas durante las Guerras Tiránidas resultan ineficaces contra ella. Los ejércitos que esperan explotar puntos débiles anatómicos, comportamientos instintivos ya documentados o vulnerabilidades a toxinas genéticas adaptadas, descubren que estos Tiránidos no los poseen. Las lecciones aprendidas durante siglos de guerra contra la amenaza tiránida deben descartarse apresuradamente en favor de tácticas defensivas mucho más básicas. Esta comprensión llega a muchos mundos presa demasiado tarde para ser de ayuda.

Incluso los que comprenden rápido cómo luchar contra la Flota Enjambre Ouroboris se enfrentan a una lucha desalentadora y horrible por la supervivencia. Sus enjambres de invasión favorecen a los organismos aéreos, llenando los cielos del mundo presa con miles de millones de gárgolas y nubes de esporas descendentes. Figuras más grandes atraviesan estos nubarrones vivientes, monstruosidades aéreas que surcan las masas chirriantes como leviatanes de las profundidades marinas dispersando bancos de peces.

El enjambre de organismos voladores es tan espeso que tapa la luz del día, cayendo en picado para atacar en el crepúsculo antinatural proyectado por sus alas coriáceas, donde el resplandor espeluznante que rodea sus armas biológicas es la única luz. Su ataque llega a una velocidad asombrosa y, siempre que es posible, los organismos de la Ouroboris atacan los puestos de mando y cualquier presa que identifiquen como líder militar o espiritual. Masas de monstruos que chillan, arañan y aletean derriban los vocomástiles con su peso, inundan las pantallas áuspex en una tormenta de contactos amorfos y arrastran mensajeros hacia los cielos para destrozarlos.

De este modo, la Ouroboris arranca los ojos de su presa, cegándola estratégicamente a escala planetaria y sumergiendo a los defensores en la ignorancia y el pánico. Arrastrados al mismo nivel primitivo que los monstruos que los atacan desde lo alto, grupos de soldados asustados se apiñan para protegerse. Se esconden en agujeros subterráneos, permanecen dentro de los círculos menguantes de sus fuentes de luz y fuego, y rezan a su dios pidiendo la salvación. Todo lo que llega en respuesta son nuevas oleadas de tropas terrestres tiránidas y horrores que persiguen sistemáticamente hasta el último enclave de presas ocultas, arrojándolas a la superficie donde, en el último momento, las hordas del cielo descienden sobre ellos con gritos de júbilo.

Solo una especie presa en la galaxia permanece imperturbable ante la Flota Enjambre Ouroboris. A la mayoría de los Orkos les importa bien poco la estrategia y no reconocerían la coordinación global aunque le crecieran colmillos y les mordiera. Las bandas de pieles verdes dan la bienvenida al ataque de los enjambres aéreos de la Flota Enjambre Ouroboris con el mismo júbilo que recibirían cualquier otra buena pelea. Más que felices de librar la guerra a un nivel básico y primitivo, los Orkos han derrotado a las hordas de la Ouroboris en más de una ocasión.

Trasfondo Antiguo[]

El Codex: Tiránidos, en su 4ª Edición, señala que la Flota Enjambre Ouroboros pudo ser arrojada a la Galaxia y dejada en el Ojo del Terror, muy por delante de las demás Flotas Enjambre Tiránidas, debido a alguna traicionera corriente de la Disformidad.

Hoy día, sin embargo, el Codex: Tiránidos, en su 5ª Edición, ha establecido que los Tiránidos no emplean el viaje por la Disformidad, al contrario de lo indicado en ediciones anteriores.

Fuentes[]

  • Codex: Tiránidos (4ª y 5ª Edición).
  • Codex: Tiránidos (9ª Edición) pg 35.
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