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Veredicto del Certamen de Relatos Wikihammer + Voz de Horus ¡Léelos aquí!

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ArgelTal

Argel Tal el Señor Carmesí y la Dama Bendita.

Argel Tal, el Señor Carmesí de los Marines Espaciales del Caos Poseídos conocidos como los Gal Vorbak, era nativo de Colchis, mundo natal del Primarca Lorgar. El nombre de Argel Tal significa "el último ángel" en el dialecto de Colchis, pues fue el último niño en nacer dentro de su familia. Tal fue introducido en la Legión de los Portadores de la Palabra por el Primer Capellán Erebus, quien lo eligió para convertirlo en un Capellán, pero él rechazó tal honor. En su lugar, Argel Tal consiguió convertirse en el Capitán de la 7ª Compañía del Capítulo del Sol Serrado de los Portadores de la Palabra. Mientras estaba a bordo del Crucero Ligero Lamento de Orfeo junto con la sacerdotisa cadiana y futura Príncipe Daemon Yngethel el Ascendido, Argel Tal estuvo entre los primeros humanos del Imperio de la Humanidad en descubrir el Reino del Caos que existe en el Inmaterium dentro del Ojo del Terror mientras el Capítulo del Sol Serrado llevaba a cabo la Peregrinación de Lorgar. Tanto antes como después de eso tuvo una relación de amistad muy estrecha con Cyrene Valantion, la Dama Bendita, a quien abrió su corazón en muchas ocasiones.

Argel tal

Argel Tal, Señor Carmesí de los Gal Vorbak, tras el inicio de la Herejía.

En el Inmaterium Tal fue poseído, sin saberlo, igual que sus compañeros del Sol Serrado, por Daemons, en su caso, por uno llamado Raum. A diferencia de las posteriores posesiones llevadas a cabo por malvadas entidades del Empíreo, esta posesión fue menos un brutal sometimiento del cuerpo del huésped que una fusión simbiótica a nivel espiritual de ambos seres. Lorgar declaró que Tal y sus compañeros supervivientes del viaje al Ojo del Terror como ejemplos de lo que toda la Humanidad podría ser si Horus conseguía aplastar el mandato del Emperador y llevar a toda la Galaxia al servicio de los Dioses del Caos. Tal retornó a su Legión tras un viaje de 7 largos meses en el Ojo del Terror, que duró solo unos momentos para aquellos que estaban en el Espacio Real esperando el retorno del Capítulo del Sol Aserrado.

Como detalle interesante, fue justamente Argel Tal quien, habiendo sido trasladado místicamentea a los Laboratorios del Himalaya al tiempo de la creación de los Primarcas por Yngethel, destruyó el enorme generador de campo Geller que permitió a los daemons entrar y dispersar las cápsulas de los Primarcas aún no nacidos.

Durante el interrogatorio de Lorgar, Tal detalló lo que había experimentado en el Ojo del Terror, procurando valiosa información usada luego como la base del herético Libro de Lorgar. En honor a sus logros, Lorgar nombró a Argel Tal Capitán de sus Gal Vorbak (los "Hijos Benditos" en la lengua de Colchis), una élite de Astartes formada por los supervivientes del Capítulo del Sol Serrado, quienes fueron los primeros en llevar el color carmesí en sus servoarmaduras que acabaría por convertirse en el color estándar de toda la Legión cuando se unieron al Caos durante la Herejía de Horus.

Liderando a los Gal Vorbak, Argel Tal combatió en Istvaan V durante la Masacre del Desembarco contra la Guardia del Cuervo y sus aliados Leales, las Legiones de los Salamandras y los Manos de Hierro. Argel Tal era el único Portador de la Palabra en el que confiaban los guerreros de la Legio Custodes que tenían la misión de vigilar a Lorgar después de que el Primarca traicionara la Verdad Imperial en el mundo de Khur. Esto hizo su traición definitiva hacia el Imperio tanto más triste cuando fue él quien se encargó de matarlos después de que descubrieran que los Portadores de la Palabra habían traicionado al Imperio. En algún momento durante los primeros 40 años de existencia de los Gal Vorbak antes de la Batalla de Istvaan V, Argel Tal pasó a ser conocido como el Señor Carmesí entre los Astartes de la XVII Legión y más tarde, por todo el Imperio. El grupo de 100 Rememoradores enviados con los Portadores de la Palabra antes del Desembarco en Istvaan V ya llamaba a Argel Tal el Señor Carmesí.

La muerte de Argel Tal fue profetizada por su padre, que dijo que Argel Tal "moriría bajo la sombra de unas grandes alas". Esta predicción persiguió a Argel Tal en sus batallas, pues siendo tan abstracta podía significar cualquier cosa. Por esto mismo, pensaba que moriría a manos del Primarca Corax en Istvaan, pero no fue así.

Argel Tal nunca fue un fanático ni un hombre con mente estrecha. Siempre cuestionó todo lo dicho por el daemon Yngethel; y su lealtad a Lorgar le llevó por caminos que quizá él, por propia iniciativa, no hubiera tomado. En contraste, el capellán Xaphen siempre fue dogmático y se implicó fuertemente en las conspiraciones previas a la Herejía de Horus. Argel Tal detestaba estas conspiraciones, pues enfocaba su giro hacia el Caos como la sincera intención de un hombre de seguir a la definitiva Verdad Primordial y tener una fe. El Imperio, para él, debía ser iluminado, no destruido.

Visiones de muerte[]

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Argel Tal en su forma daemoníca.

Durante La Peregrinación de Lorgar en el Ojo del Terror, cuando el Primarca Lorgar siguió al Capítulo del Sol Serrado a la fisura disforme y este retornó para contarle su experiencia, el Príncipe Daemon Yngethel el Ascendido le mostró muchas visiones caóticas de eventos que ocurrirían pronto en varios futuros posibles. Esto fue especialmente cierto sobre varios eventos que rodeaban el conflicto galáctico conocido como la Herejía de Horus, que ocurrió 40 años terranos después de la Peregrinación. Una de estas visiones incluía la Batalla de Terra, el final de la Herejía de Horus. Lorgar vio en esta visión cómo Argel Tal se convertía en medio de la batalla en un gargantuesco Astartes daemonícamente poseído. En su forma daemoníca, Argel Tal parecía ser bastante poderoso y significativamente más grande y alto que su Primarca. La visión mostraba que el daemoníco Tal arrasaría las filas de una escuadra de los Puños Imperiales en una orgía de destrucción antes de morir finalmente bajo la espada de Sanguinius en el umbral de la puerta interior del Palacio Imperial conocida como la Puerta de la Eternidad, cumpliendo así la profecía de la muerte "bajo la sombra de unas grandes alas".

Cruzada de la Sombra[]

Durante el año que duró la Cruzada de la Sombra en Ultramar, Argel Tal se convirtió en uno de los lugartenientes de más confianza de Lorgar, a la par de Erebus y Kor Phaeron. Estuvo al frente de las fuerzas que actuaron junto a los Devoradores de Mundos, quienes le aceptaron gracias a la relación de hermandad que estableció con Khârn, a pesar de la fricción que existía entre las dos legiones.

Argel Tal marchaba siempre acompañado de su nuevo ejército, los Vakrah Jal. Esta fuerza estaba compuesta de los restos de los capítulos que habían quedado diezmados en la Masacre de Istvaan V, y era completamente fiel al Señor Carmesí, y sobre este, a Lorgar.

Durante todo el año que duró la Cruzada de la Sombra, los cambios que aparecieron en Argel Tal cuando fue poseído por Raum se siguieron manifestando en batalla y, en muchos casos, magnificando: de su armadura aparecieron cada vez más cuernos y protuberancias óseas; su casco Mk IV se deformaba para convertirse en una máscara de aspecto lobuno siempre rugiendo, o en una máscara de plata con rasgos humanos, que eran un reflejo de los de Argel Tal; su piel y su armadura se fundían, sintiendo todo lo que sufría su armadura, pero al mismo tiempo permitiendo a esta regenerarse gracias a su metabolismo mezcla de un Marine Espacial y un Daemon... Pero el cambio más visible, y tal vez el más grotesco, fue la aparición de unas alas membranosas, como las de un murciélago, que usaba tanto para volar como para atacar, y que le otorgaba la apariencia de una criatura de pesadilla.

Sin embargo, Argel Tal estaba perseguido por una gran carga, pues sentía un enorme sentimiento de culpabilidad debido a no haber sido capaz de salvar a Cyrene Valantion de las manos de su amigo Aquillon, y por no haber sido capaz de rescatar los restos de la humana de los cultistas que los profanaron para adorarla. Por esto, y en contra de los consejos de su padre, llegó a un pacto con Erebus en el que este resucitó a Cyrene. Sin embargo, Erebus profetizó que Khârn moriría con una espada clavada en la espalda, y a pesar de que Lorgar le aconsejó que no confiase en Erebus, Argel Tal creyó en esa profecía, y juró que protegería a su único amigo.

Sus acciones fueron indispensables en las batallas que se sucedieron durante la Cruzada, pero tal vez la más importante fuese la última batalla en el planeta Nuceria. En esta, Argel Tal luchó entre las filas de los Devoradores de Mundos con el fin de proteger a Khârn, por lo que no solo tuvo que enfrentarse a los Ultramarines que les atacaron, sino que también tuvo que defenderse de sus hermanos traidores cada vez que estos le atacaban presos de sus Clavos. Esto supuso un gran desgaste en Argel Tal, que acabó la batalla cansado y lleno de heridas. Después del asalto combinado al Titán Imperator Corinto de los Portadores de la Palabra, los Devoradores de Mundos y la Legio Audax de titanes, la batalla terminó.

Argel Tal, satisfecho por haber evitado la muerte de Khârn y la profecía de Erebus, se quedó en la parte más alta del titan mientras el resto de tropas se retiraban. Aquí, volvió a hablar con Erebus, pero sin embargo todo cambió para el Señor Carmesí. La profecía de Erebus había sido una trampa, puesto que mientras Argel Tal le daba la espalda, le clavó una espada Athame. Demasiado tarde, Argel Tal y Raum comprendieron que Erebus solo le había contado la falsa profecía para cansar a Argel Tal y poder acabar con él, puesto que el Apóstol Oscuro les reveló que la verdadera profecía decía que Khârn iba a ser una pieza central en la Batalla de Terra, pero que para ello debía acabar con su humanidad, y que la existencia de su vínculo fraternal con Argel Tal era el único impedimento que tenía.

Aunque Argel Tal fue capaz de resistir durante un corto tiempo los efectos del Athame, lo suficiente para escuchar la traición de Erebus y para darse cuenta de que Raum había sido separado de su cuerpo, pero finalmente sucumbió al toque letal del arma. Sus últimas palabras en vida fueron dirigidas a su antiguo maestro y asesino, al que dijo que no podía morir allí, puesto que debía morir bajo "la sombra de unas grandes alas". Sin embargo, justo a su espalda se encontraba una gran estatua del Aquila Imperial que coronaba el titán. Así, la profecía de su padre se cumplió, y acabó la vida de Argel Tal.

Miniatura[]


Fuentes[]

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