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Veredicto del Certamen de Relatos Wikihammer + Voz de Horus ¡Léelos aquí!

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PoulMarlin

El Sargento Marlin armado con su Pistola Bólter.

Poul Marlin fue un Sargento del 10º Regimiento de la Guardia Imperial de Slavok. Él y sus hombres estuvieron implicados en las operaciones en el Mundo Helado de Shadrac, y en la subsiguiente huida del planeta. Durante los combates contra los Tiránidos librados en ese mundo, Poul fue rescatado por Skold Greypelt del Capítulo de los Lobos Espaciales, con quien acabaría por entablar amistad.


Historia[]

Perdición en Shadrac

Ultima Defensa del 10º

Última defensa del 10º de Slavok

"¡No quiero oíros decir eso nunca más, soldados! ¡Vamos a salir de esta! ¡El Emperador protege!" - Poul Marlin, arengando a sus soldados.

Cuando el Mundo Helado de Shadrac fue atacado por los Tiránidos, el 10º Regimiento de Slavok de la Guardia Imperial se desplegó para detener a los letales xenos. Sus esfuerzos resultaron insuficientes, y un mes estándar después de su despliegue, Poul Marlin reunió a las dos veintenas de supervivientes de su Regimiento y los llevó en retirada hacia el puesto de avanzada imperial más cercano. Habiendo perdido todo contacto con sus superiores, marchando a pie por la mortal helada y con sus raciones de comida críticamente bajas, los soldados de Slavok estaban desmoralizados. Pero el Sargento Marlin les hizo continuar, cubriéndose con una fachada de optimismo para evitar que sus hombres desesperaran y simplemente se tendieran para morir, llevados por la suave pero mortal mano de la hipotermia.

Los Tiránidos no les dejarían morir tan fácilmente, sin embargo, y los supervivientes pronto se encontraron bajo ataque por el rápido movimiento de los enjambres de Devoradores y Hormagantes. Poul Marlin dirigió a sus tropas en una defensa en marcha, manteniendo a sus hombres en movimiento, y lograron hacer retroceder al pequeño enjambre mientras perdían sólo a dos de los suyos. Las cosas todavía se veían funestas, sin embargo, pues los Tiránidos tenían su rastro, y los humanos pronto tendrían que detenerse para pasar la noche. Marlin reunió a sus hombres en un afloramiento rocoso, y los hizo formar un semicírculo. Esperando que esta fuera su última resistencia, los soldados de Slavok comieron su última comida y consumieron sus últimas reservas de combustible, esperando que los Tiránidos se acercaran para la matanza. Cuando el combustible se apagó del todo, los humanos encomendaron sus almas al Emperador de la Humanidad cuando cayó una oscuridad total. Sin embargo, en lugar de escuchar los siseos y el crujir quitinoso de los Tiránidos en movimiento, los supervivientes fueron ensordecidos por el fuerte rugido del fuego de Bólter. Los desconcertados Guardias Imperiales escudriñaron en la oscuridad circundante, captando parpadeos de gigantes con servoarmaduras grises masacrando a los Tiránidos a través del efecto estroboscópico de los fogonazos de las bocachas de sus Bólteres. Ningún Tiránido logró llegar hasta los humanos, y cuando horas más tarde salió el sol, los Guardias se quedaron asombrados al ver la escena de matanza que se desplegaba ante ellos. La llanura congelada estaba llena con cuerpos Tiránidos machacados, destripados y reventados. Pero de sus salvadores Astartes, no había ni rastro.

Persiguiendo a los Lobos Espaciales[]

"No soy ningún Marine Espacial, ninguno de nosotros lo es, pero hay una línea... Una línea de coraje, y de hermandad, ¡y maldito sea yo si la cruzo!" - Diario personal del Sargento Poul Marlin, antes de volver a ayudar a los Lobos Espaciales contra un Cárnifex.

Marlin obligó a sus hombres y a sí mismo a ignorar el extraño comportamiento de los Astartes. Sin combustible ni comida, ahora tenían que llegar al puesto a toda prisa, antes de que la mortífera noche cayese de nuevo y los congelase a todos hasta la muerte. Reuniendo a sus hombres, Marlin partió lo más rápido que pudo, y al final los supervivientes alcanzaron la base por los pelos. Aunque la marcha forzada se había cobrado las vidas de otros tres soldados, las cosas empezaron a pintar mejor para los demás, pues el puesto seguía intacto y les proporcionaba refugio, agua y combustible para quemar y calentarse. Sin embargo, las reservas de comida se habían podrido, por lo que la alimentación seguía siendo un problema para los hombres de Slavok. El calor y el descanso restauraron parte de la moral de los Guardias Imperiales, y cuando uno de los soldados informó de la presencia de varios Chimeras en perfecto estado dentro de la base, Marlin se alegró y decidió que a la mañana siguiente partirían en busca de los Astartes que habían visto el día anterior.

La noche resultó amarga, sin embargo, pues uno de los hambrientos soldados decidió comerse las podridas reservas, y perdió la cabeza. En su locura, hirió gravemente a dos de sus camaradas antes de huir del puesto. Marlin ordenó a sus hombres que preparasen los Chimeras mientras él iba tras el enloquecido soldado. Su intento de rescate fue inútil, sin embargo, pues un Hormagante había encontrado al hombre primero. Siseando de furia, el Gante se lanzó contra Marlin, pero fue impactado a mitad de salto por una bala de Bólter bien apuntada, y un estupefacto Marlin apartó la vista de los restos del que habría sido su asesino para encontrarse con su salvador, un gigantesco guerrero en servoarmadura que le asintió con la cabeza antes de desaparecer de nuevo.

Marlin regresó al puesto e hizo que sus hombres montasen en los Chimeras. Los tres vehículos salieron con sus Auspex en marcha, esperando encontrar al Astartes. En vez de eso, se encontraron con otro enjambre de Gantes, que intentaron asaltar a los Chimeras. Esta vez, sin embargo, los Guardias contaban con suficiente potencia de fuego y mantuvieron su posición, abriendo huecos entre las filas de criaturas Tiránidas, y cuando de repente tres Astartes en Motocicleta salieron disparados de la niebla y añadieron su habilidad en el combate cuerpo a cuerpo, el enjambre fue rápidamente destruido. Marlin ordenó que los Chimeras se detuviesen, y saltó del suyo para saludar y dar las gracias a los Marines Espaciales, pero su líder solo le ladró que huyese rápidamente. Confundido, Marlin miró en la misma dirección que los otros dos Marines, y contempló con horror cómo un Cárnifex cargaba desde las brumas: los Gantes se habían sacrificado para retrasar a los humanos y permitir a la criatura mayor unirse a la refriega.

Marlin se montó en su transporte de nuevo, observando con fascinación cómo los Lobos Espaciales se preparaban para enfrentarse al "Aullador Asesino". Al principio dio la orden de huir, pero la decisión se le atragantó, y poco después ordenó que los tres Chimeras diesen la vuelta y cogió el último Lanzamisiles. Uniéndose de nuevo al combate, ajustó con calma el arma y lanzó un Misil Perforante directamente a las fauces del Cárnifex, reventando la parte posterior del cráneo del Tiránido y matándolo al instante.

Última Defensa de Shadrac[]

Batalla Lobos Espaciales Slavok Tiránidos en Shadrac

Última defensa de Shadrac por los Lobos Espaciales y el 10º de Slavok contra los Tiránidos.

"¡Slavok! ¡Slavok! ¡Lograrlo o morir!" - Grito de guerra del 10º de Slavok.

Marlin se presentó al líder de los Lobos Espaciales, quien dijo llamarse Skold Greypelt. Los soldados de Slavok siguieron entonces a los Astartes de vuelta a su campamento. Para su sorpresa, fueron invitados a un tradicional festín fenrisiano, en el que los Marines Espaciales levantaron una gran hoguera y destaparon muchas barricas de cerveza fenrisiana. Los Lobos Espaciales explicaron que este era un festín funeral en honor del motorista que había sido herido de muerte por el Cárnifex. Cuando Marlin se atrevió a preguntar si no tenían miedo de que el fuego atrajese a los Tiránidos, fue respondido con rugidos de risa, gruñidos de que los Lobos Espaciales no temen a nada, y comentarios "tranquilizantes" de que atraer a los Tiránidos era precisamente la razón de la presencia de los Lobos Espaciales en Shadrac. Greypelt explicó a Marlin la forma de ser de los Lobos Espaciales, y que aunque Shadrac estuviese perdido para el Imperio, aún podían hacer pagar un caro precio a los Tiránidos por hacerse con él.

Tras el banquete, los Lobos Espaciales y los restantes Guardias Imperiales tomaron posiciones defensivas, y pronto comenzó la batalla. Oleada tras oleada de Biomorfos Tiránidos menores se arrojaron sobre los testarudos defensores, que los masacraron a docenas con descargas de sus Rifles Láser y Bólteres antes de cortar en pedazos a los pocos que consiguieron llegar hasta ellos.

Sin embargo, al final los valerosos defensores se quedaron sin munición, y Greypelt llamó a su Thunderhawk, a la que subieron apresuradamente los supervivientes Astartes y humanos. Mientras los últimos defensores abandonaban el condenado planeta, el moribundo motorista se tumbó en su túmulo funerario, y con un último grito de desafío detonó la cabeza nuclear que había sido enterrada con él. Una explosión cataclísmica que pudo ser vista por los supervivientes desde la órbita arrasó a los enjambres cercanos, incinerando a miles de Tiránidos y negando su biomasa a la Mente Enjambre para siempre. Shadrac había caído, pero la Mente Enjambre había pagado en sangre e icor por ello.

Huida de Shadrac[]

Las pruebas de los supervivientes aún no habían acabado, sin embargo: la Flota Enjambre había obligado a la Flota Imperial y a la nave de los Lobos Espaciales a abandonar el Sistema, dejando abandonada a la Thunderhawk sobre el moribundo planeta. La perspectiva de una lenta muerte por asfixia hizo ponerse nerviosos y agitados a los Guardias Imperiales, y el Sargento Marlin tuvo que intervenir y restaurar la disciplina para evitar que estallasen peleas. Marlin envió a sus hombres a atender las estaciones de Auspex de la nave, con órdenes de avisar si veían algo de utilidad.

Una vez más, el Emperador pareció proteger a los supervivientes del 10º de Slavok, pues pronto identificaron una posible solución para su terrible destino. Escaneando un Pecio Espacial que de alguna forma había seguido a la flota Tiránida al Sistema, identificaron una Gabarra modelo Eurus de la Flota Imperial que se había estrellado contra él recientemente. Los Auspex mostraban que el puente y los motores de la Gabarra estaban intactos, así que los Guardias pensaron que si lograban separarla de la masa principal del Pecio Espacial mediante cargas de demolición sin dañar demasiado la nave, podrían usarla para saltar a ciegas a través de la Disformidad hacia el mundo imperial más cercano.

Marlin se dio cuenta de que era su mejor esperanza de supervivencia, y presentó los hallazgos de sus hombres a los Lobos Espaciales. Se encontró con la reticencia del Sacerdote de Hierro Trunglas, quien admitió que el plan era factible, pero tenía serias preocupaciones sobre el enfado que provocaría en el Espíritu Máquina de la Gabarra. Manteniendo la calma, Marlin plantó cara al refunfuñante Astartes, y decidieron que los Guardias instalarían las cargas y después esperarían a que el Sacerdote de Hierro completase los rituales necesarios antes de detonarlas.

Reuniendo a sus hombres, Marlin pronunció un arrebatador discurso, diciendo que solo tendrían una oportunidad para escapar, y asignándoles tareas. Su discurso pareció divertir a Skold Greypelt, pero cuando Marlin le preguntó qué le hacía tanta gracia, el Lobo Espacial solo le pidió que siguiese. Entonces los Guardias y los Astartes se pusieron rápidamente manos a la obra, pero los problemas estallaron cuando se encontraron un grupo de Orkos de otra parte del Pecio Espacial. Los pielesverdes pretendían saquear esta nueva adquisición, y aprovecharon con entusiasmo la posibilidad de entrar en combate.

La pequeña partida de Marlin se defendió poderosamente, pero uno tras otro fueron cayendo ante las Rebanadoras Orkas, hasta que solo quedó vivo el Sargento Marlin, que a duras penas mantenía a los pielesverdes a raya con descargas de su Pistola Bólter. Fue salvado justo a tiempo por su amigo Greypelt, quien se unió a la batalla blandiendo salvajemente su Hacha de Energía y cortando a los xenos en pedazos. Greypelt estalló en carcajadas cuando Marlin le recordó que solo tenían una oportunidad para tomar la nave, y le respondió alegremente que la vida representaba una única bala en el cargador, y que lo único que importaba era hacer que ese disparo contase. Entonces ambos guerreros se retiraron luchando hacia la escotilla de acceso a la Gabarra, ganando el tiempo necesario para que Trunglas completase los rituales necesarios. Una vez terminados, saltaron por la escotilla y detonaron las cargas, liberando así su nueva nave de la masa del Pecio Espacial.

Mientras la Gabarra se alejaba gracias al empuje de sus propios motores, Marlin se derrumbó de puro cansancio, y se dio cuenta de que solo le quedaba una bala en el cargador de su Pistola Bólter. El Lobo Espacial le dijo divertido una vez más que un disparo era lo único que iba a necesitar en su vida.

Personalidad[]

Poul M Retrato

Retrato de Poul.

"¡Solo tendremos una oportunidad en esto!" - Frase favorita de Poul Marlin al arengar a sus hombres.

El Sargento Poul Marlin fue un miembro honorable y competente de la Guardia Imperial. Como suboficial, sabía cómo liderar y motivar a su pelotón de hombres, pero era también muy humanitario e hizo todo lo que pudo para mantener a sus hombres con vida y fuera de peligro. Como veterano, era plenamente consciente de que la desesperación es el peor enemigo del soldado, por lo que se aseguró de mantener a sus hombres tan concentrados y motivados como le fue posible. Marlin también fue un hombre valiente, sin inmutarse ante los horrores de los Tiránidos, ni vacilar ante un Astartes para defender su opinión. Su rango y antigüedad exactos se desconocen, pero a juzgar por sus cicatrices, su parche en el ojo, y el hecho de que posee una preciada Pistola Bólter, normalmente reservado a los oficiales y Comisarios de la Guardia Imperial, era probablemente el Sargento de una Escuadra de Veteranos.

Fuentes[]

Extraído y traducido de Wikihammer 40K UK.

  • Lobos Solitarios (Novela Gráfica), por Dan Abnett y Karl Richardson.
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