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Epidemius
La misión de catalogar la potencia de las numerosas y espléndidas enfermedades del Señor de la Plaga le corresponde a Epidemius, el archivista elegido por el Señor de la Descomposición, uno de los siete Supervisores de la Pestilencia que gobiernan sobre los Portadores de Plaga. Transportado sobre un palanquín putrefacto, Epidemius se mueve entre los Daemons de Nurgle anotando las diversas aflicciones y plagas liberadas en el universo. Es una misión que jamás acabará, pues Nurgle es constantemente creativo y sus anárquicas hordas las propagan con gran entusiasmo.
Los Nurgletes actúan como asistentes de Epidemius, secretando tinta para su pluma, creciendo tiras de piel apergaminado en sus espaldas para que su amo pueda arrancarlas y contando en el gran ábaco de la muerte que crece de las planchas del palanquín. Los Nurgletes también sirven de guardias del Archivista, abalanzándose sobre cualquier enemigo que se acerque demasiado. Al contrario del usual parloteo y las risas de la mayoría de Nurgletes, los de Epidemius permanecen en silencio. Entienden la importancia de la misión de Epidemius y sufren su ira cuando una risa o eructo a destiempo rompen su concentración. Únicamente el ligero chapoteo del avance de lo Nurgletes y el mordiente rasgar de la pluma de Epidemius interrumpen su sagrada quietud.
Las enfermedades de Nurgle afligen tanto a las almas como a los cuerpos, destruyendo el sentido en sí mismo y la dirección moral de alguien tan exhaustivamente como destruyen la carne. Epidemius puede rastrear el desmoronado rastro del alma de un cadáver reciente y extraer todo tipo de conocimiento de él, así como desviar parte de la fuerza del espíritu para ayudar a la causa de su señor. Como agradecimiento, el séquito de Epidemius toca campanas, un triste sonido que celebra cómo el espíritu se marcha para dirigirse al abrazo de bienvenida de Nurgle.
Epidemius puede ser encontrado allí donde los pestilentes regalos de Nurgle son abundantes. Su corpulencia, parecida a la de un Portador de Plaga extremadamente hinchado, es vista a menudo en los campos de batalla del espacio real, pues las lesiones infectadas y los cadáveres frescos son un caldo de cultivo ideal para el contagio, y su hedor atrae a Epidemius como una mosca a una herida podrida. En medio del furioso conflicto, Epidemius examina la propagación de la pestilencia y la descomposición desde una posición elevada, tomando buena nota de cada bubón, pústula y llaga. Incluso mientras Epidemius escribe, el Abuelo Nurgle da cuenta de sus hallazgos, destilando la información para futuros experimentos y elaboraciones. Cuantas más notas tome Epidemius, más atraerá la atención del Señor de la Descomposición sobre sí y mayores serán las bendiciones otorgadas a sus pestilentes legiones. Para ver mejor la propagación de una enfermedad, Epidemius ordena que su palanquín sea llevado a las líneas del frente, donde los porteadores Nurgletes y los obesos Heraldos atacan furiosamente a cualquier enemigo que se acerque lo suficiente como para perturbar el trabajo del Archivista.
Si Epidemius llegara alguna vez a cometer un error o no anotara a tiempo alguna observación, el disgusto de Nurgle sería realmente terrible, por lo que Epidemius se concentra totalmente en su misión, incluso en medio de una batalla desesperada. Guiado por su sentido de la plaga, Epidemius sigue el rastro de la obra de su amo, tanto en el mundo mortal como en el inmortal, buscando nuevas cepas de virus, especies frescas de bacterias e innovadores síntomas de contagio.
Video trasfondo[]
Acciones notables[]
- Batalla de Calth (007-013.M31) - Se sabe que Epidemius fue invocado en la superficie de Calth por los Portadores de la Palabra al inicio de su traicionero ataque contra la Legión de los Ultramarines en la Herejía de Horus.
Galería[]
Miniatura[]
Fuentes[]
- Codex: Demonios del Caos (4ª y 8ª Edición).
- La Batalla de Calth, por Dan Abnett.