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22015-1

Acerbus de los Amos de la Noche, en la masacre de Castile V.

El Príncipe Demonio conocido como Lord Acerbus comenzó su vida como un hombre mortal, pero su viaje a la Demonicidad comenzó a una temprana edad entre las calles oscuras y crueles de Nostramo Quintus.

Historia[]

Origen[]

Acerbus nació en un mundo sumido en la ignorancia y la maldad, que dio lugar a la Legión de los Amos de la Noche, y creció hasta la edad adulta entre el salvajismo y el asesinato, por lo que era inevitable que fuera alistado en la Legión cuyo nombre iba a convertirse en el sinónimo del terror.

Konrad Curze, conocido también como el "Acechante Nocturno", era un Primarca oscuro y meditabundo que condujo a su Legión a una serie de campañas contra los enemigos de Humanidad a gran escala durante la Gran Cruzada, reclamando una enorme porción de la galaxia en nombre del Emperador. En todas las batallas de esta cruzada, Acerbus luchó al lado de su Primarca, aprendiendo directamente de su señor el valor del terror como arma. Siguiendo el ejemplo de su Primarca, Acerbus se convirtió en una figura siniestra con una afinidad absoluta con el lado más oscuro del alma humana, y muy poco interés por los altos ideales a los que aspiraban sus hermanos de otras Legiones como los Ultramarines y los Puños Imperiales.

Gran Cruzada[]

Durante la Gran Cruzada, los Primarcas y sus Legiones realizaron muchos actos de heroísmo, pero durante este tiempo, los Amos de la Noche funcionaron en gran parte solos, lanzando ataques de terror e incursiones relámpago que derrotaron a todos los enemigos de la Humanidad con eficacia rápida y brutal. Este método de guerra definió el carácter entero de la Legión: para ellos no había la planificación metódica de los Puños Imperiales, o los ataques quirúrgicos de la Guardia del Cuervo. La Legión de los Amos de la Noche estaban creados para deleitarse con la muerte y el miedo que seguían su estela, y era durante de estas acciones espantosas donde el destino de la Legión, su Primarca y de Acerbus se hizo realmente obvio.

La lista de atrocidades comprometidas por los Amos de la Noche durante la Gran Cruzada es larga y triste. Indudablemente muchos enemigos terribles de la Humanidad fueron derrotados, pero por cada cultista, xenos y rebelde justamente muerto en la batalla, mil inocentes también perdieron sus vidas. En Juno IV, Acerbus condujo un asalto contra un culto de xenófilos que se había infiltrado en el gobierno mundial y hacia el final de la campaña más de medio millón de funcionarios, voluntarios de la milicia y civiles habían muerto a sus manos o de sus hombres junto con los cultistas. En Plaga Secondus, Acerbus cumplió la orden del Acechante Nocturno de bombardear con bombas víricas el continente principal para destruir un culto del Caos; tal advertencia serviría para inspirar el horror mas atroz solo con la mera mención del nombre de la Legión.

Tales barbaridades en nombre del Emperador no podía seguir incontestada, y cuando la protesta llegó, era demasiado tarde: Acerbus conducía a su compañía de asalto durante la sangrienta campaña de Tsagualsa en la que la Legión se puso del lado Horus y comenzó la Herejía de Horus. Con todas las coacciones quitadas como algo incómodo y todo el pretexto de la lucha por el bien de humanidad evaporado, Acerbus y sus hermanos fueron soltados en la Galaxia como una tormenta que solo dejaba a su paso derramamiento de sangre y masacres gratuitas.

Las matanzas de la Herejía demostraron ser el crisol de Acerbus. Mientras el Acechante se hizo una figura retirada y malhumorada, atromentada por sus visiones proféticas de su propio final, Acerbus se deleitó con las mutilación de una guerra civil galáctica de dimensiones sin precedentes. Acerbus condujo su compañía contra aquellas Legiones que permanecieron leales al Emperador, disfrutando de la destrucción gratuita hecha en su nombre. Mientras el final de la Herejía se acercaba, Acerbus y sus seguidores empujaron a sus enemigos hacia Terra, y cuando la noticia de que Horus había fallado le llegó Acerbus, cuentan, apeló al poder no dividido del Caos para ayudarlo en su venganza. El Caos oyó su súplica, y contestó.

A la vez que el Acechante encontraba su muerte autoprofetizada en las manos de un Asesino Imperial, Acerbus obtenía la bendición de Caos, y conducía un contingente importante de Amos de la Noche. Acerbus y sus tropas se convirtieron en una plaga para el Imperio, y en el milenio siguiente a la Herejía fueron los responsable de la caída de más de 30 mundos Imperiales. Acerbus condujo estos ataques sin ningún motivo más que sembrar el miedo más abyecto en sus víctimas, y ofrecer sus almas al Caos Absoluto.

Tras la Herejía[]

En el año 832. M33 Acerbus cometió su acto más atroz hasta el momento, y recibió la recompensa última por ello: su elevación a Príncipe Demonio. Con la reunión de la fuerza más grande de los Amos de la Noche para congregarse bajo un líder desde la Herejía, Acerbus decidió dedicar sus atenciones hacia el mundo santuario de Castile V. El mundo era el hogar de un convento de Adepta Sororitas, desde la cual las hermanas de las Órdenes Hospitalarias lanzaban sus misiones de piedad en los sectores circundantes. Las Hermanas de la Penitencia recientemente habían evacuado la población del cercano Sistema Antillas, después del inicio de una plaga terrible, y aquellos con mayor necesidad de su cuidado fueron alojados en y alrededor de la capital mundial de Castile V. Acerbus y su ejército cayeron sobre estos inocentes, perpetrando a la matanza más sangrienta alguna vista en aquel sector y en una sola noche se ofrecieron más de dos millones de almas inocentes al Caos. Cuando el alba rompió a la mañana siguiente, Acerbus escaló las ruinas del convento de las Adepta Sororitas y aullando su triunfo recibió el regalo de la Demonicidad y fue transformado en la horrible criatura horrible que es hoy.

Acerbus sigue, al día de hoy, planteando una amenaza terrible para el Imperio, y muchas misiones Inquisitoriales han sido enviadas para asesinarlo. Cada una de estas misiones ha terminado con la muerte de un Inquisidor valioso, cuya alma Acerbus ha ofrecido al poder del Caos.

Fuentes[]

Extraído, traducido y ampliado de Lexicanum Inglés.

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