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Veredicto del Certamen de Relatos Wikihammer + Voz de Horus ¡Léelos aquí!

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Khorne medio sin fondo

Cerberus el Rebañacráneos, mascota de los Poderes Ruinosos, patrocina este espacio para honrar a sus demoníacos señores. Pulsa sobre él y te introducirá en los misterios del Caos.

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Hellbrute Bruto Infernal Caos Warhammer 40k wikihammer

Bruto Infernal Mortis Metalikus de los Masacre Carmesí.

"¡No! ¡No! El sarcófago no... Khorne te maldiga, chusma traidora, tan sólo mátame. ¡MÁTAME!"

Khalos el Devastador, últimas palabras previas al internamiento en un Bruto Infernal

Los Brutos Infernales (Helbrutes en inglés) son burlas de los Dreadnoughts de los Marines Espaciales que fueron antaño. Combinan la capacidad de disparo de un tanque pequeño con la mente de un maníaco homicida. Máquinas de guerra biomecánicas con pieles blindadas, estos monstruos caminantes destacan en apoyo de la infantería con su poderosa potencia de fuego y su atroz armamento cuerpo a cuerpo. Cada Bruto Infernal alberga a una criatura viviente dentro de su torso de metal: un Marine Espacial del Caos al borde de la locura por el ciclo infinito de la guerra.

Descripción[]

Hellbrute Bruto Infernal Warhammer 40k Caos wikihammer 6ª edición

Los Brutos Infernales son pilotados por un guerrero que ha sufrido daños extremos en el campo de batalla. El guerrero es obligado a introducirse en un sarcófago blindado amniótico en el corazón del bípode y se conecta a los controles mediante implantes en el sistema nervioso y una Unidad de Enlace Mental. Atrapado para siempre en las entrañas del Bruto, el Campeón se vuelve funcionalmente inmortal. Sin embargo, mientras que los miembros Leales del Adeptus Astartes consideran un honor servir a su Capítulo por toda la eternidad como Dreadnoughts, los Marines Espaciales del Caos consideran ese destino como poco más que la muerte en vida: un castigo burlesco de los Dioses Oscuros. El hecho de pasar una existencia miserable aprisionados en un útero húmedo y claustrofóbico, y la agonía de su encarcelamiento donde no podrán gozar de la vista de la batalla con sus propios ojos, ni sentir el retroceso de un bólter en sus manos, pronto conspiran para volverlos locos. Los Brutos Infernales pronto se convierten en poco más que bestias furiosas bramando mentiras sin pensar mientras entran en la batalla, desesperados por infligir tanto sufrimiento al enemigo como puedan en una vana esperanza de dar una medida a su constante tormento antes de ser destruidos para siempre. Para ellos sería mejor morir y encontrar la liberación final en el torbellino de la Disformidad, antes que pasar toda la eternidad encerrados en un cascarón de adamantio.

La mayoría de Brutos Infernales están completamente locos, incluso antes de que la Disformidad una su carne con el metal de su prisión. Una creciente enajenación alimentada por la desesperación y la furia les devora durante los largos milenios. Entre batallas, los sarcófagos que contienen a los pilotos se desconectan y se separan de su caparazón blindado que yace inerte en la oscuridad. Cuando no está luchando, el Bruto Infernal está encadenado como una bestia por miedo a que algún residuo del alma del piloto pueda llevarlo a un desenfreno violento. Conforme la flota de los Marines Espaciales del Caos se acerca a su presa, las armas pesadas del Bruto Infernal se preparan y cargan, sus flagelos de energía y sus puños se embadurnan de sangre y su sarcófago es instalado. La locura del Marine Espacial del Caos arde aún con más fuerza cuando se alza de su letargo. Cuando las tropas aterrizan, se da rienda suelta al Bruto Infernal, que desata su ira sobre todo lo que encuentra en su camino.

Variantes por legiones[]

"Son guerreros poderosos cierto, pero también malditos más allá de lo imaginable. Estar atrapado en una caja que se descompone. Sin brazos ni piernas. Solo oscuridad y hedor para la eternidad, hasta que al fin, la muerte llegue a reclamarte. No hay duda de porque estos pobre bastardos se vuelven locos. Prefiero la muerte más dolorosa que puedas imaginar a ese destino."

Dolgoth el Rancio, Campeón de la Guardia de la Muerte

Guardia de la Muerte[]

Death guard helbrute final port by akimblya-dbnkdfa

Bruto Infernal de la Guardia de la Muerte

Los Brutos Infernales son una imagen común entre las filas de la Guardia de la Muerte. Los hijos de Mortarion son tan resistentes que la muerte no les llega tan fácilmente. Su antinatural fecundidad mantiene con vida al campeón más herido, el tiempo necesario para ser transplantado al sarcófago del Bruto Infernal asegurando que los injertos y las soturas se administren con éxito. Los Cirujanos de Plaga de Mortarion se deleitan perversamente al sellar a rivales y superiores en estas infernales prisiones mecánicas, cantando las bendiciones de decadencia y renacimiento de Nurgle mientras lo hacen. Es prueba de la determinación de la Guardia de la Muerte que en su mayoría sobrellevan el encarcelamiento con estoicismo, tardando más tiempo en caer en la locura que los campeones de otras legiones traidoras. 

Cuando no están en batalla los Brutos Infernales de la Guardia de la Muerte se mantienen encadenados en las cubiertas más bajas de las naves de la Flota de la Plaga, envueltas en los retorcidos zarzillos de carne resbaladiza de las máquinas que lo alimentan parasitariamente de las energías de la nave, mientras curan sus heridas y crecen fuertes y abotargados. Para cuando son transportados a la batalla, los Brutos Infernales  de la Guardia de la Muerte están saturados con las bendiciones de Nurgle. Alimentados por una profana vitalidad asaltan las líneas enemigas como arietes vivos, propagando el aire con asquerosas plagas y contagiando incluso mientras desgarran miembro a miembro a sus enemigos.  

Mil Hijos[]

Los Brutos Infernales son mirados con odio por los guerreros todavía vivos de los Mil Hijos, pues cada uno es un instrumento de tortura eterna, una máquina diseñada para transformar el sufrimiento de su involuntario huésped en una rabia inextinguible.

El primero de los Brutos infernales de los Mil Hijos se creó cuando estos Legionarios Traidores que estaban encerrados en los Dreadnoughts fueron atacados por la mutación sufrida en el Planeta de los Hechiceros.

Pero la carne es ahora difícil de encontrar en la Legión. Los incorpóreos Rúbrica carecen de la sustancia física y espiritual necesaria para alimentar a los hambrientos motores de los Brutos Infernales. Como tal, los Hechiceros tejen complejos hechizos para atraer Marines Espaciales del Caos de otras Legiones a sus cábalas. A estos guerreros extranjeros se les prometen poderes más allá de la imaginación y el dominio sobre la amplia gama de conocimientos que los Mil Hijos han cosechado. Reciben tutela en los caminos del psíquico, o eso creen. En realidad, cada prueba que emprenden, es un paso más en la atadura ritual de su alma a la maquinaria del Bruto Infernal. Las oleadas de poder que siente el esperanzado aspirante son, de hecho, las primeras sacudidas de la conectividad con la disformidad entre sus neuronas mutantes y los arcanos servo-relés del caminante del Caos. Solo cuando el ritual está más allá de la reversión, toma conciencia la víctima de su ineludible destino.

El guerrero sacrificado es despedazado y reducido con llamas disformes a una masa pulposa de órganos, huesos y tejido nervioso. A lo largo de este proceso, el Hechicero mantiene a su sujeto atado psíquicamente a los rugientes motores del Bruto Infernal obligándolo a permanecer consciente a través de la agonía de su transformación. A continuación, la víctima es colocada en un saco amniótico, que a su vez es insertado en el ataúd del Bruto Infernal. Esta es la tumba en la que el guerrero sacrificado experimentará una agonizante existencia, aparentemente sin fin.

Donde el guerrero enterrado alguna vez buscó el conocimiento, ahora se le niega todo pensamiento excepto la conciencia de su miserable existencia llevándolo a niveles cada vez más altos de locura y a actos de violencia cada vez más brutales en el campo de batalla.

Entre batallas, el Bruto Infernal es encerrado en las profundidades de las armerías de los Mil Hijos, donde el saco de carne es dolorosamente extraído de su sarcófago. A través de una red de guardas mágicas, el necio tiene suficientes sensaciones como para sentir el horror en estado puro de las corrientes empíricas que fluyen a través de su celda en las mazmorras y el dolor de reconectar al guerrero con su cuerpo a la máquina, aumenta exponencialmente con cada iteración. De esta manera, la locura del Bruto Infernal se mantiene incluso cuando no está en la batalla, siendo una necesidad para garantizar que su psicosis violenta nunca se enturbie.

Brutos Infernales conocidos[]

Miniaturas[]

Galería[]

Fuentes[]

  • Codex: Marines Espaciales del Caos (6ª y 8ª Edición).
  • Codex: Guardia de la Muerte (8ª Edición).
  • Codex: Mil Hijos (8ª Edición).
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