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Veredicto del Certamen de Relatos Wikihammer + Voz de Horus ¡Léelos aquí!

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Khorne medio sin fondo

Cerberus el Rebañacráneos, mascota de los Poderes Ruinosos, patrocina este espacio para honrar a sus demoníacos señores. Pulsa sobre él y te introducirá en los misterios del Caos.

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Los Ángeles Caídos, también conocidos simplemente como los Caídos (Fallen Angels o the Fallen en inglés), son los Marines Renegados que siguieron en su rebelión al segundo al mando de la I Legión Astartes, Luther, a la condenación cuando se separaron de los Ángeles Oscuros hace ya diez mil años, durante los sucesos de la Herejía de Horus. La batalla final entre el Primarca Lion El'Jonson y el architraidor Luther acabó en en la destrucción del planeta natal de los Ángeles Oscuros, Caliban, cuando este se vio envuelto por una tormenta de Disformidad de proporciones titánicas. Aquellos Ángeles Oscuros "Caídos" que sirvieron a Luther fueron absorbidos desde la rota superficie de la realidad y tragados por la Disformidad, siendo dispersados por el espacio y el tiempo. Los Grandes Maestres del naciente Círculo Interior juraron que mientras un solo Caído siguiese vivo ellos vivirían irredentos y autodenominándose "No Perdonados", maldiciendo a sus hermanos por toda la eternidad. Así empezó la secreta misión que sería la fuerza que impeliría el avance de los Ángeles Oscuros y con ello el motivo de sus acciones. Los Caídos son el secreto enemigo de los No Perdonados, los actuales Ángeles Oscuros y sus Capítulos Sucesores que persiguen implacablemente a sus antiguos enemigos.

El nacimiento de los Ángeles Caídos[]

El origen del oscuro secreto tras la milenaria vergüenza de los Ángeles Oscuros es difícil de descubrir. Para los extraños esta misión es imposible ya que el Capítulo de los Ángeles Oscuros esconde con mucho cuidado sus secretos, encubriendo todas sus actividades en un velo de ritualismo y operaciones clandestinas. Incluso en el interior de su propio Capítulo sólo los Señores de Compañía y los más distinguidos veteranos, el autodenominado Círculo Interior, son conocedores de la verdad. Los orígenes de los Caídos se remontan a los últimos días de la Gran Cruzada, a finales del 30º Milenio. Sar Luther una vez fue un aclamado caballero de una hermandad monástica tecnomedieval conocida como la Orden, que descubrió al joven y salvaje Primarca Lion El'Jonson viviendo en los bosques del Mundo Letal de Caliban. Luther era un hombre sobresaliente, puede que más incluso ya que el resto le respetaba por ello. Poseía un talento fenomenal en un gran número de campos, no solo como líder, sino como guerrero y cazador. Con la excepción de Lion El'Jonson, Luther había completado más misiones contra las Grandes Bestias que cualquier otro hombre en la historia de Caliban.

En cualquier otra era, Luther habría sido aclamado como el mayor hombre su época. Era un incansable defensor de la gente de Caliban, conocido tanto por sus cualidades inherentes como su humor y su frío y calmado liderazgo en tiempos de crisis así como el valor de sus hazañas. Pero la tragedia de Luther fue nacer en la misma era en la que todos sus esfuerzos serían comparados y siempre encontrados inferiores. El día en que encontró a Lion en las profundidades del bosque de su mundo y decidió llevarlo a la civilización, Luther pronunció la sentencia de muerte de su leyenda. Desde aquel momento se condenó a vivir a la sombra del León. Para algunos de sus hermanos caballeros, esto decía aún más en su favor ya que su afecto por Lion era genuino y no forzado; muchos hombres en su situación habrían estado tentados de sucumbir a los celos y a guardar resentimiento contra los logros del Primarca, pero no Luther, él estaba hecho de otra pasta.

Cuando Lion El'Jonson ascendió al rango de Gran Maestre de la Orden juró eliminar a las Grandes Bestias, que habían asolado su mundo y aterrorizado a su población hasta entonces. En el décimo y último año de la genocida campaña de Lion contra las Grandes Bestias, prácticamente todas habían sido exterminadas, y las únicas supervivientes se encontraban en las zonas más inhóspitas y menos pobladas del planeta. Al tiempo que las noticias de las victorias de la Orden se extendían por todo el planeta, sus fortalezas se vieron inundadas por deseosos reclutas. Pronto otras órdenes de caballería se unieron a la Orden, fundiéndose, convirtiendo a la Orden en la única y plenipotenciaria orden monástica de Caliban. Solo había una excepción, los Caballeros de Lupus. Tras la revelación de evidencias que probaban que los Caballeros de Lupus habían estado protegiendo a las Grandes Bestias en su porción de Caliban, a la Orden no le quedó otro remedio que eliminar a la obstinada orden.

Los logros de Luther durante la subsiguiente batalla quedaron empañados frente a las hazañas guerreras de Lion. Entre las celebraciones y honores posteriores al combate, Luther sintió la primera punzada de celos. Esa pequeña brecha en la armadura de su psique se convertiría en un profundo abismo que partiría a la Primera Legión en dos.

Sarosh[]

Poco después de la reunión entre Lion El'Jonson y el Emperador de la Humanidad, el primero recibió el mando de la I Legión Astartes. Recién llegados a la Gran Cruzada la 4ª Flota Expedicionaria de los recién renombrados Ángeles Oscuros llegó a la órbita del planeta Sarosh, una misión que antes estaba asignada un oficial de la Legión de los Cicatrices Blancas. Los saroshi estaban dirigidos por una inmensa burocracia, que había expresado su interés por unirse pacíficamente al Imperio tras el primer contacto con los servidores del Emperador y el Imperio estaba ansioso por dejarles unirse, creyendo que estas gentes poseían las mismas creencias seculares que aquellas expresadas en la Verdad Imperial. En realidad los saroshi adoraban secretamente a malvadas entidades del Caos denominadas Melachim y veían en la antirreligiosa Verdad Imperial un terrible mal que amenazaba su modo de vida y sus más profundas creencias.

El Lord Alto Procurador, líder de la burocracia saroshi, censuró al Emperador y a Lion El'Jonson ante el mismo Primarca a bordo del buque insignia de la 4ª Flota Expedicionaria, la Barcaza de Batalla Razón Invencible, y el señor de los Ángeles Oscuros respondió atravesando con su Espada de Energía al fanático líder saroshi. Sin embargo, los habitantes del planeta habían conseguido introducir en secreto una ojiva nuclear en la nave de los Ángeles Oscuros sin que estos lo supieran, con la intención de eliminar a la totalidad de la cúpula de mando de la Legión. Sin embargo Luther y un joven Bibliotecario llamado Zahariel El'Zurias se las compusieron para expulsar la lanzadera al espacio, consiguiendo así que solo se causasen daños menores en el exterior de la nave. Tras este incidente Luther, Zahariel y otros 500 Ángeles Oscuros fueron enviados de vuelta a Caliban caídos en desgracia y castigados por permitir a un enemigo introducir un arma tan peligrosa en la nave insignia del Primarca. En honor a la verdad, Luther había estado al tanto de la existencia de la ojiva desde el principio y estuvo tentada de dejarla explotar con la esperanza de que así muriera el León y así poder tomar su lugar como el mayor guerrero de Caliban, un destino que le había sido negado con la llegada del Primarca al planeta, décadas antes. Solo en el último momento Luther fue presa de la vergüenza de ceder a la tentación y reclutó a Zahariel para que le ayudara a librarse de la bomba. Pero el incidente rompió la confianza que una vez existió entre Luther y Lion. Luther y su nueva guarnición fueron enviados de vuelta a Caliban para supervisar el reclutamiento de nuevos Marines Espaciales para la I Legión de entre la población del planeta.

Exilio[]

Oficialmente, Luther y sus 500 Astartes habían sido enviados de vuelta a Caliban porque la Gran Cruzada estaba a punto de entrar en una nueva fase operacional y la I Legión estaba en una terrible necesidad de nuevos reclutas para alcanzar las metas que el Emperador había planeado para ellos. El León declaró que hacían falta guerreros veteranos en su hogar para acelerar el proceso de entrenamiento y una lista de nombres se creó y circuló por la flota. Supuestamente era un gran honor, pero Luther sintió que él y sus Marines habían sido exiliados por el hombre que él había criado como a su propio hijo. La partida de Luther y el resto había sido repentina, casi formal y en aquel momento se asumió que estarían de vuelta con el resto de sus hermanos en poco tiempo. Pero pasaron cincuenta años y Jonson no había vuelto a hablar de ellos, ya ni siquiera leía los despachos regulares de Caliban, delegando en miembros de su equipo. Luther y el resto parecían haberse desvanecido de la mente del Primarca y cuando los años se transformaron en décadas, rumores y especulación empezaron a circular por toda la escala de mando.

Luther se involucró en cada aspecto de la administración planetaria, desde las estructuras del diezmo hasta la construcción de arcologías y el hermano Bibliotecario Zahariel se vio arrastrado con él. Los antaño extensos bosques calibanitas se redujeron, siendo reemplazados por minas, refinerías y complejos industriales. Enormes arcologías se alzaron como montañas artificiales por todo el paisaje y la población del planeta aumentó. La civilización se expandió por todo el globo, los reclutas de la Legión aumentaron gracias a las ideas de Luther que redujeron el tiempo de entrenamiento para los nuevos Ángeles Oscuros de ocho años terranos a solo dos. Mientras tanto los informes y botines de las victorias del León iban llegando a Caliban, inundando el corazón de los calibanitas con orgullo pues los Ángeles Oscuros marchaban de victoria en victoria. Los miembros del cuadro de entrenamiento admiraban todos y cada uno de los trofeos que enviaban sus hermanos de la Flota Expedicionaria y hacían votos y promesas de superar lo que sus hermanos habían logrado cuando el Primarca los llamara de nuevo al combate.

Pero las décadas pasaban y no se les convocaba. El Primarca nunca volvió a Caliban, dos visitas planeadas fueron canceladas en el último momento debido a nuevas órdenes del Emperador o a imprevistos en la campaña. Con cada año que pasaba la promesa de Luther hecha al cuadro de oficiales sonaba más hueca pero ningún guerrero le culpó por ello. Si acaso, su lealtad a Luther aumentó durante el exilio, pues él había compartido con ellos cargas y alabado sus éxitos, inspirándolos mediante trabajo duro, humildad y carisma personal, aunque lo negarían si les preguntasen algunos de sus Hermanos de Batalla sentían mayor lealtad hacia Luther que hacia su distante Primarca.

Nadie podía saber por qué era tan importante para Luther volver junto a Lion. Ellos soportaban el exilio con estoicismo y dedicación a su deber, como lo haría cualquier Astartes y Luther lo hizo más que la mayoría. Por supuesto el hermano Zahariel sabía por qué: el segundo de la Legión estaba buscando la redención por lo que había estado a punto de hacer en la Razón Invencible. Luther había descubierto la bomba que los saroshi habían introducido en el interior de la nave insignia de los Ángeles Oscuros y no había hecho nada. Por un breve período de tiempo dejó que sus celos por los logros de Lion El'Jonson nublasen su naturaleza aunque en el último momento entró en razón e intentó hacer las cosas bien.

Si Luther dejara Caliban para ir al encuentro del Primarca para reclamar su vuelta al frente, estaría violando directamente las órdenes de Lion El'Jonson y eso habría sido considerado como una rebelión abierta contra su oficial superior. El semblante de Luther no podría contener esa expresión, pero si el León no hacía nada, si iba a permitir que esa herida en su hermandad de verdad no se cerrase nunca... Esas heridas tienden a infectarse hasta que la totalidad del cuerpo está envuelta en un cáncer mortal.

Traición[]

"Maldito seas Luther, ¿cómo has podido traicionarnos? Éramos tus hermanos, y ahora nos has llevado a la condenación eterna"

Lion El'Jonson, Primarca de los Ángeles Oscuros

Después de la Herejía de Horus, los Leales supervivientes se reunieron en el tambaleante Imperio. Los Ángeles Oscuros tomaron una parte significativa en esas batallas, en lo que más tarde se llamaría la Gran Purga. Conforme perseguían a los rebeldes, la Legión se desvió cerca de Caliban, que había estado aislado por las Tormentas Disformes desde la traición de Horus. Pero para Lion El'Jonson aún quedaba un último acto de traición por ser descubierto. Los Ángeles Oscuros llegaron demasiado tarde para tomar parte en la épica Batalla de Terra, donde Horus fue derrotado y el Emperador gravemente herido, con su cuerpo destrozado confinado en los mecanismos de soporte vital del arcano dispositivo conocido como el Trono Dorado. Apesadumbrado, el León volvió a Caliban.

En el momento en que la flota de los Ángeles Oscuros entró en la órbita se encontró con una devastadora descarga de las baterías láser de defensa planetaria. Paralizado por el feroz ataque, el León retiró a sus naves de la órbita e intentó enterarse de qué le había ocurrido a su mundo natal. Un navío mercante de paso pronto disipó esta duda, al parecer Luther había ordenado abrir fuego sobre la flota. Las razones de esta acción eran desconocidas para el Primarca pero se sospechaba que Luther, como tantos otros, había sucumbido a las tentaciones del Caos. La furia de Lion El'Jonson y sus Ángeles Oscuros no conoció límites al enterarse de esta tremenda traición. El León ordenó de inmediato un bombardeo orbital sostenido sobre las posiciones traidoras y dirigió personalmente un ataque contra el baluarte de Luther. En la batalla resultante los dos adversarios intercambiaron golpe tras golpe, acabando con la Fortaleza-Monasterio de la Legión a su alrededor, víctima del furor de su pelea. Mientras tanto las masivas armas de la flota Leal arrasaron el planeta, hasta que la propia superficie de Caliban se empezó a resquebrajar ante el bombardeo de saturación.

A la vez el planeta se empezaba a desgajar, la batalla entre Luther y Lion alcanzó el clímax. Luther, aparentemente ayudado por los Poderes Ruinosos, desató un furioso ataque psíquico que puso al León de rodillas y al borde de la muerte, pero mientras el moribundo Primarca luchaba para ponerse en pie, con sus nobles rasgos contraídos y desfigurados por el dolor, el velo se levantó de los ojos de Luther y se dio cuenta de toda la extensión de lo que había hecho y de la duplicidad de los Dioses del Caos. Devastado, esta revelación sacudió la cordura de Luther provocando que se derrumbase junto a su Primarca, sin ganas de luchar. Coincidiendo con el momento en que Luther cayó, una Tormenta de Disformidad de una furia sin precedentes engulló Caliban en una arrebato de los Dioses Oscuros que desencadenaron su ira por el fallo de Luther a la hora de matar a Lion El'Jonson. En una inundación de energía psíquica incontrolable, la Disformidad invadió el Espacio Real. La inconmensurable presión de las fuerzas desatadas sobre el planeta, unida a la tensión y destrucción tectónica provocada por el bombardeo orbital, causó la horrible destrucción del planeta entero; Caliban entero se resquebrajó y rompió convirtiéndose en pedazos de roca muerta.

Los Ángeles Oscuros Caídos que habían servido a las órdenes de Luther fueron succionados de la superficie de Caliban al interior del Empíreo siendo dispersados por el espacio y el tiempo por efecto de la Tormenta de Disformidad. Para gran frustración de los Ángeles Oscuros Leales no había ningún tipo de lista o recuento de quiénes o cuántos habían prestado oídos a los susurros de los Poderes Ruinosos y se habían vuelto contra sus hermanos. El propio Caliban se rompió ante la presión, dejando tan solo una minúscula porción del planeta en la que se alzaban las ruinas de la Fortaleza-Monasterio. Los Ángeles Oscuros reclamaron esta fortaleza y con la ayuda de la ingeniería imperial la transformaron en la Fortaleza-Monasterio móvil conocida como La Roca. Lo ocurrido en estos eventos se mantiene en secreto para el resto del Imperio y solo es conocido por el Círculo Interior de los Ángeles Oscuros, los Señores de los Capítulos de los No Perdonados y el propio Emperador de la Humanidad encerrado en su Trono Dorado. Incluso entre los propios Capítulos muy pocos Hermanos de Batalla conocen la totalidad de la historia, pues solo cuando un Astartes entra a formar parte del Ala de Muerte aprende que muchos de los Ángeles Caídos que siguieron a Luther siguen con vida.

Un Oscuro Secreto[]

Los días tras la Herejía de Horus fueron muy turbulentos, pues el Imperio galáctico de la Humanidad se tambaleaba al borde del colapso. A pesar de la derrota de Horus y de la desbandada de sus fuerzas, los ejércitos del Imperio estaban llenos de amargura y recriminación. La inesperada traición de Horus provocó unos profundos efectos secundarios que se siguen apreciando en la actualidad. Privados de la guía del Emperador, la condena a los culpables fue totalitaria y atroz y el Imperio se volvió aún más represivo. La triste revelación de que los Marines Espaciales, los mejores guerreros de la humanidad, habían resultado ser vulnerables a la corrupción fue un shock tremendo. La mitad de las Legiones Astartes habían traicionado al Emperador, y si los Ángeles Oscuros hubieran admitido que algunos de sus miembros habían caído, la totalidad de su Legión habría sido condenada. En esta atmósfera paranoide, los Ángeles Oscuros supervivientes sopesaban sus opciones, incluso mientras rendían homenaje a su perdido Primarca. Al final llegaron a la conclusión de que no había otra opción que ocultar la verdad sobre la traición de sus hermanos. Se decretó desde los miembros más antiguos de la Legión que ningún extraño a su hermandad debía conocer la terrible verdad, nadie debía saber que los Ángeles Oscuros habían resultado corruptibles y podían convertirse en esclavos de los Poderes Ruinosos.

Tras la Caída de Caliban había mucho por hacer y muchos secretos que mantener. Los Ángeles Oscuros descubrieron que era mucho más fácil evadir preguntas mediante una dedicación absoluta al deber. Sin embargo, a veces estaban forzados a explicar la desaparición de su Primarca y mundo natal una y otra vez, contando una historia ensayada a los Altos Señores de Terra y de vez en cuando a la recién creada Inquisición. Pero no había una unidad militar que se mantuviera en la lucha contra los rebeldes con más furiosa resolución que los Ángeles Oscuros, por ello nadie presionó a los afligidos guerreros en demasía. Los hijos del León continuaron la lucha, persiguiendo a los restos de los ejércitos de Horus hasta el Ojo del Terror y perpetrando muchos actos de salvaje venganza.

Al principio se creía que todos los traidores habían muerto en la Caída de Caliban, pero no era así. De vez en cuando los Bibliotecarios de los Ángeles Oscuros recibían soplos y encontraban trazas de sus hermanos perdidos. Así se reveló que los Ángeles Oscuros Traidores, conocidos como los Ángeles Caídos o solo los Caídos, no fueron destruidos al ser absorbidos por la Disformidad. En su lugar, los Caídos habían sido dispersados por todo el espacio y el tiempo y era el deber de los Bibliotecarios el encontrar pruebas de que los Traidores vuelven y sus marcas psíquicas aparecen dispersas intermitentemente por toda la galaxia. Los Caídos que escaparon a la venganza de sus hermanos Leales fueron un tormento para los Ángeles Oscuros supervivientes, por ello mientras un solo Caído siga vivo la gran vergüenza de la Legión vivirá también. Pueden esparcir rumores y conocimientos de la traición de los Ángeles Oscuros. Cualquiera que se haya encontrado a un Caído no sólo habría destapado la traición original, sino también el concienzudo encubrimiento de la Legión.

Los Caídos[]

En un determinado momento, cuando Caliban se estaba viniendo abajo por la cataclísmica batalla, los Caídos fueron aspirados al interior de la Disformidad. En cualquier parte desde unos segundos después hasta miles de años en el futuro, muchos de los Caídos se encontraron en algún lejano y desconocido planeta. Los caminos de la Disformidad son inescrutables, pues en la realidad del Caos el tiempo no sigue ninguna regla, el tiempo transcurrido para los Caídos puede haber sido percibido como meros segundos aunque en la realidad hayan sido milenios. En cambio otros Caídos pueden haber pasado eones en el Inmaterium sufriendo innombrables tormentos y larguísimos viajes a través de paisajes de pesadilla, para despertarse tan solo unos segundos después de la destrucción de Caliban. Aun en este día, aún quedan algunos Caídos que no han sido devueltos a la galaxia. Sin duda, los Poderes Ruinosos son crueles y sus planes, caprichosos y más allá del entendimiento de los mortales.

No todos los Ángeles Oscuros Caídos han sucumbido a los Dioses del Caos en el mismo grado. Algunos se han vuelto completamente locos por su exposición a la Disformidad, otros han perdido la cordura tras su vuelta al Materium. Después de todo, para algunos Caídos, han sido sacados de la superficie de Caliban hace solo unos instantes (aunque este hecho ya quede a milenios de distancia). Algunos Caídos, como los más fervientes seguidores de Luther, no son nada más que Marines Espaciales del Caos. Estos rebeldes no se han reunido como hicieron las Legiones Traidoras de la Herejía de Horus, como por ejemplo los Devoradores de Mundos de Angron. En su lugar los Caídos son grupos fragmentados de individuos que se mueven en pequeños grupos o en solitario por todo el Imperio. En un parpadeo, han sembrado el vasto Imperio de la Humanidad de nuevas células cancerosas que expanden la traición a su paso, ya que muchos de los Caídos empiezan a formar sus propias partidas de guerra.

A pesar de que algunos de los Caídos eran meros novicios en proceso de entrenamiento en el momento de la destrucción de Caliban, la mayoría eran veteranos de mil batallas. Entre ellos se encontraban tropas de primera generación, reclutadas por el mismísimo Emperador en la Primera Fundación. Estos curtidos guerreros habían sobrevivido a múltiples acciones durante la Gran Cruzada. Con su vasta experiencia en combate y sus habilidades sobrehumanas, estos individuos encontraron muy fácil abrir su propio camino a la grandeza en la inmensidad de la galaxia. Algunos se dedicaron a erigir y gobernar imperios planetarios, otros buscaron de inmediato la venganza sobre el Imperio, envolviendo por todo el espacio planetas, Sistemas e incluso Sectores enteros en guerra. Pero lo más ominoso para los Ángeles Oscuros era que contaban a los cuatro vientos esos secretos que los Hijos de Lion El'Jonson habían jurado mantener ocultos. Esos Caídos siguieron fielmente las enseñanzas de Luther, creyendo que el Emperador es falso y que sus propias habilidades sobrehumanas les daban el derecho de tomar lo que quisieran y gobernar sobre los débiles. No veían motivo alguno para no luchar por sus propios intereses, pues estos al menos ofrecían un mejor destino que el actuar como sicarios de un régimen represivo y desagradecido.

No todos los Caídos habían sido presa de la corrupción. Algunos, al quedar libres de la ardiente oratoria de Luther, se dieron cuenta en plenitud de hasta dónde habían seguido los caminos de la traición. Una vez devueltos a la galaxia, disgustados por su propia caída, intentaron encajar en la sociedad humana. Algunos solo se escondieron, otros buscaron formas de redimirse. No pocos se convirtieron en mercenarios, hombres sin señor que vagaban por la galaxia como soldados de fortuna, no como cruzados defendiendo una causa. En las abundantes fronteras del Imperio era fácil desaparecer, entre las estrellas hay incontables colonias, asentamientos perdidos, instalaciones mineras, espaciopuertos sin ley... Todas estas comunidades se habían escurrido entre las grietas del monolítico Imperio de la Humanidad. Pero las subsiguientes acciones de los Caídos son irrelevantes a ojos de los Ángeles Oscuros, que creen que la única forma de borrar su vergüenza y restaurar su honor y confianza a ojos del Emperador es encontrar a todos los Caídos y hacer que se arrepientan de sus pecados antes de su muerte. Esta no es una tarea fácil, pues los Caídos están dispersos por todo el espacio y el tiempo como individuos aislados o como pequeños grupos y los Ángeles Oscuros pueden tener que esperar años hasta oír rumores que les puedan llevar a más Traidores.

Los Caídos que son capturados son llevados de vuelta a la Fortaleza-Monasterio móvil de los Ángeles Oscuros, La Roca, donde los Capellanes Interrogadores intentan hacer que se arrepientan de sus pecados. A veces lo hacen pronto y mueren rápido. Lo más normal es que los Caídos se nieguen y sufran mucho con muertes largas y agónicas a manos de aquellos que quebrantan sus cuerpos para salvar sus almas.

El Oráculo Oscuro[]

En el corazón de la Roca hay una solitaria celda, está en lo más profundo de las entrañas del asteroide, donde solo los Vigilantes de la Oscuridad y el Supremo Gran Maestre tienen permitido el paso. Se halla más allá de docenas de puertas selladas, sus muros inscritos con poderosas runas de protección que evitan la entrada a entidades hostiles y también mantienen algo terrible dentro. En ella, durante casi nueve mil años estuvo Luther aprisionado, mantenido con vida mediante extrañas y tortuosas ciencias. Al final de su encarcelamiento era un hombre loco, demacrado y roto debido a los milenios en soledad salvo por la oscuridad y los diminutos Vigilantes.

A través del tiempo, cada Supremo Gran Maestre ha usado a Luther como oráculo, intentado extraer una confesión o buscado penetrar la locura que nublaba su razón. La mente contaminada por la disformidad de Luther divagaba, a veces tratando de engañar a sus captores, aún así, pese a todos sus desvaríos, tenía momentos de lucidez en los que hablaba de eventos que sucedieron, o que aún podían llegar a suceder. Dejaba caer pistas sobre reliquias escondidas en los túneles subterráneos de la fortaleza monasterio, o daba nombres y rangos de los Caídos entrenados por él. Normalmente, sin embargo, Luther solo gritaba. Cuando era coherente decía que no tenía nada que confesar o de que arrepentirse, o afirmaba que, algún día, Lion El'Jonson regresaría para absolverlo de sus pecados. Incluso afirmó que el León estaba cerca y que podía sentir crecer su presencia. Desde su liberación durante el ataque a la Roca que siguió a la Noctis Aeterna, el paradero de Luther es desconocido.

Descenso a la Oscuridad[]

"Es mi sagrado deber salvar tu alma de los oscuros Poderes del Caos, y salvaré tu alma, incluso si mueres en el proceso"

Asmodai, Capellán Interrogador de los Ángeles Oscuros

Durante la milenaria y secreta caza de los Caídos, los No Perdonados han localizado y capturado a centenares de sus condenados hermanos. Para ayudarse en esta tarea, se ha modificado la estructura de los Capítulos. A pesar de que el Ala de Muerte y el Ala de Cuervo son exclusivos de los Ángeles Oscuros, muchos de los Capítulos Sucesores tienen sus equivalentes. Los No Perdonados capturarán a cualquier Caído, sospechoso de ser un Caído, o incluso a todo aquel sospechoso de haber mantenido contacto con un Caído. Serán colocados en las criptas de estasis de un Espolón del Ala de Cuervo y transportados hasta la Roca. Una vez allí, son llevados en solemne procesión hasta los fuertemente custodiados calabozos. En las profundidades de la Fortaleza-Monasterio de los Ángeles Oscuros, en las catacumbas donde solo aquellos miembros de rango más alto del Círculo Interior pueden entrar, allí es donde los prisioneros encuentran su perdición.

Los Capellanes Interrogadores, ayudados por los poderes psíquicos del Gran Maestre de los Bibliotecarios, buscan dos cosas de los Caídos. Primero quieren oír la totalidad de lo que tiene que decir el traidor, su historia, su propósito y sus acciones antes y después de la Caída de Caliban. Segundo y más importante, buscan el arrepentimiento de la parte culpable, pues solo a través del arrepentimiento el Ángel Caído será finalmente libre. Los tormentos y torturas son largas y los métodos, brutales. Con el paso de los años, los Ángeles Oscuros han ido un poco más allá, aunque algunos individuos son peores que otros. Los crueles y despreciables actos de antaño ahora son parte estándar del método de cualquier Capellán Interrogador. Para obtener una confesión, no hay tormento alguno que Asmodai, el actual Maestre de los Capellanes Interrogadores, no esté dispuesto a infligir a un prisionero. Este es el destino que aguarda a Cypher, el más odiado de todos los Caídos, si alguna vez es capturado.

La perspectiva de los Caídos[]

Astelan[]

Existe un relato de las motivaciones aparentes y las acciones de los Ángeles Oscuros que se convertirían en Caídos: la confesión de Merir Astelan, antes Señor de Capítulo de la I Legión. Este testimonio, extraído por el Capellán Interrogador Boreas, contiene las siguientes afirmaciones: Astelan en persona ordenó atacar a la flota de Lion El'Jonson cuando volvían a Caliban con el apoyo de Luther, porque los Ángeles Oscuros que estaban en Caliban creían que el León había caído bajo el influjo de los Poderes Ruinosos. Astelan dijo que cuando el Primarca estuvo perdido en los bosques calibanitas de niño, tuvo un roce con el Caos y nunca había perdido del todo la marca de la oscuridad tras el incidente. Señaló que mientras conducía a sus fuerzas a Terra por la Disformidad para unirse a la Defensa del Palacio Imperial se aseguró de ir lo bastante despacio para que cuando llegase pudiera determinar quién iba a ser el vencedor del conflicto antes de comprometer sus fuerzas en un bando. En otras palabras, Astelan creía firmemente que Lion El'Jonson no habría titubeado en unirse a Horus si hubiese estado seguro de que este iba a ser el vencedor en la Herejía. ¿Por qué si no iba a haber esperado tanto Lion El'Jonson, famoso por su brillantez estratégica y veloces ataques, a liderar a sus fuerzas a Terra? Astelan creía que atacando a su flota, los Ángeles Oscuros guarnecidos en Caliban estaban sirviendo al Emperador.

Astelan llegó a afirmar que Luther nunca cayó bajo el influjo del Caos, sino que actuó movido por su deber hacia el Emperador, temiendo la traicionera naturaleza de Lion El'Jonson. Además también reveló que aparentemente todos los acantonados en Caliban eran los miembros originales de la Legión de los Ángeles Oscuros, terranos reclutados para la Legión por el Emperador en persona antes del descubrimiento del León en Caliban y su reconocimiento como Primarca. Esta falla cultural que dividía la Legión también fue un factor que contribuyó al conflicto calibanita. Finalmente, Astelan aseguró que con la batalla en ciernes entre los aparentemente leales Ángeles Lutheranos y los sospechosos Ángeles Leonitas, Luther intentó negociar con el Primarca antes de que nadie más muriese. Negándose a hablar, el León rápidamente ordenó el bombardeo de Caliban y bajó al planeta para acabar con los Caídos en combate. Al parecer Luther luchó contra Lion solo como último recurso y lo hirió mortalmente porque no tenía otra opción. Lo único que Astelan no pudo explicar fue la Tormenta de Disformidad que dispersó a los Caídos por toda la galaxia.

La totalidad de este punto de vista, como todo lo contado por un Caído, debe ser considerado sospechoso en el mejor de los casos y una completa invención en el peor. Esto puede ser una serie de maliciosas mentiras meticulosamente unidas, o tan solo una confusa e imprecisa visión del incidente. A menudo aquellos que caen bajo el influjo del Caos no saben que sirven a sus fines.

Al final de la novela Angels of Darkness, Boreas solicita que se transmita a una solitaria celda en las profundidades de la Roca el siguiente mensaje: "Tenías razón". De la novela se deduce que esta celda puede ser la de Astelan o (menos probablemente), la de Luther. Esto, proviniendo de un Ángel Oscuro Leal, arroja un velo de dudas sobre los Ángeles Oscuros, los Caídos y el propio Primarca Lion El'Jonson.

Interrogatorios de Uzziel y Bareus[]

"Ante esta hermandad eres un renegado y un traidor. Tus actos han traído la vergüenza sobre el Primarca y los No Perdonados. Tu sufrimiento no será más que el principio de tu penitencia y tus gritos serán el presagio de tu contrición"

Uzrael, Capellán Interrogador de los Ángeles Oscuros, a un Caído anónimo

En otro registro, el Capellán Interrogador Uzziel estaba intentando conseguir una confesión de un Caído en las profundidades de la Roca. El Caído despreció todas las tentativas de Uzziel, diciendo que los Ángeles Oscuros enviados a Caliban con Luther fueron abandonados por Lion El'Jonson y el Emperador y se les robó la gloria de la Gran Cruzada. En un determinado momento el Caído hizo un falso arrepentimiento que embarcó a Uzziel en una cruzada para recuperar la Espada de Lion. Uzziel se dio cuenta con profundo arrepentimiento que el arma que había recuperado era en realidad la Espada de Luther.

Esta perspectiva se encuentra respaldada por el registro de otro Caído llamado Cephesus. Cuando el Capellán Interrogador Bareus lo rastreó, empleó el mismo razonamiento, que era que los Ángeles Oscuros en Caliban habían sido abandonados con Luther mientras Lion reclamaba las glorias de la Gran Cruzada. Bareus recibió una herida mortal de Cephesus, pero el Caído fue ajusticiado por el hermano Kaelan de los Ángeles Oscuros que recibió un ascenso de campo al rango de Capellán Interrogador por el moribundo Bareus.

Esto también encorda con la imagen de la novela Fallen Angels, donde Luther declara que el León ha olvidado a los Ángeles Oscuros en Caliban. Entonces se secesiona del Imperio y es seguido por muchos de los Astartes allí acantonados como el Señor de Capítulo Merir Astelan y el Bibliotecario Zahariel El'Zurias.

Ángeles Caídos destacados[]

Artículo principal: Miembros conocidos de los Ángeles Caídos

Galería[]

Saber más[]

Wikihammer-LVDH v2

Leer más[]

Lista de Ejércitos de Marines Espaciales.

Lista de Legiones Traidoras y Capítulos Renegados.

Fuentes[]

Extraído y traducido de Wikihammer 40K UK.

  • Citadel Journal nº 19,.
  • Codex: Ángeles Oscuros (Ediciones 4ª, 6ª y 8ª)
  • Codex: Marines Espaciales del Caos (8ª Edición)
  • Dataslate: Cypher - Lord of the Fallen (6ª Edición).
  • White Dwarf 281, 326 (Edición inglesa) y 327 (Edición estadounidense).
  • Angels of Darkness, por Gav Thorpe.
  • En el Torbellino - Perla Negra (Relato Corto), por Chris Pramas.
  • Ojo del Terror, por Barrington J. Bayley.
  • Fallen Angels, por Mike Lee.
  • Sons of Fenris, por Lee Lightner.
  • Deathwing - Unforgiven, por Graham McNeill.
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