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Los Ángeles Aparecidos (Angels Revenant en inglés) fueron un Capítulo de Marines Espaciales creado a partir de los Ultramarines durante la 8ª Fundación. Al final, los Ángeles Aparecidos encontraron su fin cuando la Dinastía Necrona de los Maynarkh se alzó en el sector Orpheus del Segmentum Tempestus en el 991.M41. Se cree que no sobrevivieron más de unos pocos centenares de Ángeles Aparecidos tras el asalto Necrón contra su mundo natal, básicamente aquellos miembros del Capítulo que estaban luchando en Cruzadas lejos del sector Orpheus.

Historia[]

De reputación noble aunque distante, incluso para los guerreros del Adeptus Astartes, este Capítulo de la 8ª Fundación, y del orgulloso linaje de los Ultramarines, había pasado gran parte de su larga historia librando cruzadas en todo el Imperio occidental. Durante este tiempo había conseguido gran fama en las batallas de la Gran Purga del Cúmulo de Jakart y de la Plaga del Oclusianismo, y la fortuna del Capítulo creció y decreció a lo largo de los milenios hasta que se le dio un hogar en Libethra tras su glorioso papel en la Guerra de Fe Orpheana del 903-922.M39.

Los Ángeles Aparecidos aprovecharon esta oportunidad para reconstruir sus fuerzas tras las pérdidas sufridas contra las fuerzas de los renegados del Caos y las hordas degeneradas que habían pasado a cuchillo en la Guerra de San Marduk, y al ser firmes defensores de la Eclesiarquía y el Culto Imperial, el Ministorum del sector Orpheus puso todas sus riquezas a su disposición para la construcción de la Fortaleza-Monasterio del Capítulo, mientras que los duros salvajes de Patara fueron la base de las nuevas generaciones de Neófitos del Capítulo. La presencia de los Ángeles Aparecidos en el sector fue apreciada como una bendición del Emperador, y contribuyó enormemente a su estabilidad y a la defensa y expansión de las colonias humanas periféricas. Aunque eran completamente independientes de la autoridad sectorial, sirvieron como protectores, guardando las rutas de peregrinaje del Velo Frío mientras sus Cruceros de Asalto y escuadrones Cobra surcaban incansablemente las fronteras de la Nebulosa de Hesod y las Estrellas Yermas, cazando y masacrando a los corsarios y merodeadores xenos que habían hecho hacía mucho sus guaridas en la inexplorada región.

Durante los dos milenios siguientes fueron una pieza clave del mantenimiento de la autoridad imperial en el sector, y en especial en la Marea de Tormentas que asoló el Segmentum entre el 672 y el 990.M41, durante la cual solo la vigilancia de la Flota de Batalla Orpheus y el Capítulo de los Ángeles Aparecidos, que se arriesgaron a atravesar los peligros de la Disformidad, mantuvieron en pie el gobierno imperial y lograron mantener a raya los resurgentes ataques de los Corsarios Eldars de la Nebulosa de Hesod contra los sistemas exteriores. Sin embargo, justo después de este período dio comienzo la Guerra de Orpheus, y los misteriosos invasores silenciaron muchos de los mundos del sector, incluyendo Libethra, lo que provocó el pánico de los Comandantes Imperiales.

Sobre el destino final del Capítulo de los Ángeles Aparecidos, poco se puede decir con seguridad. Libethra, donde un centenar de basílicas habían sido alzadas en honor de los benditos muertos, y donde los Ángeles Aparecidos habían servido como centinelas de todo el sector, era ahora un negro mar de ceniza, hendido por ríos de horrible lava y despojado de todo rastro de la presencia del Imperio. Las pistas dispersas y fragmentadas descubiertas sobre su hora final sugieren, como era previsible, que lucharon hasta el fin contra las abrumadoras fuerzas desatadas contra ellos, pues el sistema Libethra quedó salpicado con la radiación fantasma de los letales combates espaciales y crecientes nubes de microescombros. Además, el antiguo casco de al menos una de las vastas naves necrópolis Necronas que fueron avistadas posteriormente sobre Amarah mostraba marcas recientes que encajaban con la inconfundible firma de los disparos de cañones de bombardeo Astartes a distancias extremadamente cortas. De hecho, puede que la resistencia planteada por los Ángeles Aparecidos fuese tan inflexible que los invasores recurriesen a penetrar la corteza de Libethra y desatar el núcleo fundido del planeta para sellar definitivamente su destino.

Cuando la noticia del martirio del Capítulo alcanzó al Sínodo Tempestus, se decretó un día de requiem en todo el Segmentum, y las campanas de un millar de mundos doblaron en señal de luto. Ahora se cree que no más de unos pocos cientos de Ángeles Aparecidos pueden haber sobrevivido, al encontrarse de cruzada lejos del sector Orpheus.

Acciones notables[]

  • Guerra de Fe Orpheana (903-922.M39) - Con las clases militar y gobernante enfrentadas entre sí en un sangriento conflicto interno, y con el propio sector Orpheus al borde del abismo, una flota destartalada llegó al mundo capital del sector trayendo una ayuda inesperada: una cruzada de fanáticos imperiales, milicianos, Guardias Imperiales y peregrinos llevados a un fervor marcial por la predicación de las visiones extáticas del Archiconfesor Marduk de Helvamon. Marduk declara una Guerra de Fe por las almas del Sector Orpheus, afirmando que el mismo Dios-Emperador le había advertido de una gran y terrible amenaza para toda la Humanidad. Refuerzos adicionales, compuestos por la totalidad del Capítulo de los Ángeles Aparecidos, las Órdenes Militantes del Corazón Valeroso y del Sepulcro Negro del Adepta Sororitas, y un destacamento del Ordo Malleus de la Inquisición aumentan el poder de la causa imperial. Las fuerzas imperiales también contaron con incontables voluntarios de entre los ciudadanos de aquellos mundos aún sin trabar por la guerra, animados por la oratoria religiosa de Marduk. Así comenzó la Guerra de Fe Orpheana, un amargo conflicto que duraría casi 20 años estándar y provocaría la muerte de la quinta parte de la población del sector Orpheus, así como la ruina, la mutilación y el desplazamiento forzoso de incontables personas más.
  • Ruina de San Marduk (921.M39) - A pesar del éxito de la Guerra de Fe Orpheana, que logró reconquistar o destruir casi todos los mundos controlados por Traidores, aún quedaba uno sin derrotar: el bastión del Caos de Colkasth. Este mundo colmena había sido fortificado y corrompido hasta convertirlo en un infierno viviente, cuya población era usada como materia prima por los Herreros de la Disformidad de los Traficantes de Muerte para fabricar bioarmas y carne de cañón mutilada y enloquecida con la que defender su trofeo. A pesar de la presión continua ejercida por las fuerzas del Archiconfesor Marduk, los imperiales fueron incapaces de reconquistar el recalcitrante planeta. Se sabe a partir de las últimas señales recibidas del escenario de los combates que las fuerzas de Marduk estaban lanzándose a la carga, igualando la furia de los impuros defensores de Colkasth con fe y llamas, y que habían conseguido despejar múltiples cabezas de playa en la superficie del planeta, cuando las comunicaciones astropáticas con la flota asediante se cortaron abruptamente y se dio la alarma. El Crucero de Asalto Intercesor de los Ángeles Aparecidos fue el primero en responder a la alerta. Fue atacada y gravemente dañada a su llegada al borde del sistema por dos pequeñas pero extremadamente poderosas naves espaciales de origen desconocido (que ahora se sabe que eran de manufactura Necrona). No obstante, logró destruir a un atacante y rechazar al otro. Los que estaban a bordo del casi paralizado Intercesor presenciaron la furia de una gran batalla estelar en el interior del Sistema a través de sus Augurios de largo alcance, pero fueron incapaces de intervenir. Para cuando lograron arrastrarse hasta Colkasth, la desconocida fuerza xenos ya había partido de nuevo, dejando atrás un retorcido campo de pecios ardientes girando en la órbita del planeta, cuyas ciudades han quedado destrozadas y hierven con fuego radiactivo. A pesar de todo, quedaban grupos dispersos de supervivientes entre los escombros y la lluvia radiactiva. Aquellos que portaban el estigma del Caos y la traición fueron pasados a cuchillo por los Ángeles Aparecidos, mientras que los que lucharon por el Emperador, heridos y a menudo catatónicos por el horror, fueron puestos a salvo antes de que un invierno negro y ceniciento se apoderase del planeta. A partir de entonces, Colkasth fue conocido como Ruina de San Marduk, ya que el Archiconfesor fue canonizado poco después por el Santo Sínodo de la Eclesiarquía.
  • Reconstrucción del sector Orpheus (010-619.M40) - Tras el éxito de la Guerra de Fe Orpheana, el sector es reconstruido por sus Comandantes Imperiales supervivientes. Por una dispensa especial, muchos regimientos de la Guardia Imperial y los supervivientes del peregrinaje de San Marduk son autorizados a asentarse en sus mundos, bien abandonando las armas, bien integrándose completamente en las FDP, que quedan ampliamente reforzadas. La Inquisición impone un fuerte control sobre el traslado de los refugiados y la purga de la corrupción sospechada en los mundos sometidos a la conquista renegada, y Apollyon, en el que habían tenido lugar varias brechas Disformes e incursiones frustradas de Demonios, es cedido a perpetuidad a los Sagrados Ordos. De un modo similar, la colonia menor de Libethra, favorecida por el santo, es convertida en un mundo santuario en honor de Marduk y acoge un cementerio para los millones de gloriosos y benditos difuntos de la guerra. El dominio sobre el planeta es entregado a los Ángeles Aparecidos, que hasta ahora habían estado basados en su flota, junto con un encargo sagrado de proteger sus relicarios y mortajas, y la residencia permanente de los Astartes refuerza aún más al sector Orpheus. La consolidación y reconstrucción se alargaron durante siglos, y a pesar de la constante amenaza de los incursores exteriores y de las insidiosas conspiraciones y actividades cultistas del interior, el sector y sus mundos prosperan de nuevo. Sus amos y guardianes permanecen siempre vigilantes, tanto ante los peligros conocidos como ante los desconocidos, que habían surgido de la oscuridad una y otra vez dejando una amenaza informe a su paso. Sin embargo, con el paso de las décadas y siglos, la memoria viviente se desvanece, y los "Durmientes de Orpheus" (como eran llamados en susurros en la corte de Amarah) se desvanecen de nuevo en los mitos y leyendas oscuras.
  • La Marea de Tormentas (672-990.M41) - El sector Orpheus, como muchos otros del Segmentum Tempestus, sufre un repentino e impredecible aumento de las tormentas Disformes, disrupciones etéricas y fenómenos malignos en estos años. Esto provoca a su vez un incremento dramático en las pérdidas de naves en la Disformidad en la región, y ni siquiera las rutas más importantes y estables proporcionan una gran protección frente a la furia del Empíreo. Con esto llega también un crecimiento de los desastres de origen natural y antinatural por todo el sector, y los casos de psíquicos rebeldes, incursiones demoníacas y actividades cultistas alcanzan su máximo histórico desde los oscuros días de la Época de las Revueltas. En muchos mundos los psíquicos latentes y personas sensibles informan de pesadillas recurrentes en las que aparecen ciudades muertas, oscuridad creciente, figuras pálidas caminando por el polvo de mundos silenciosos e infinitos laberintos acechados por una maldad invisible. La difusión de noticias sobre esta epidemia de pesadillas es suprimida sin piedad, y el número de agentes activos del Ordo Hereticus y el Ordo Malleus es aumentado donde es factible. Los mundos del sector Orpheus se quedan cada vez más aislados en este tiempo y el control de Amarah sobre el sector se reduce, a pesar de sus esfuerzos por mantener su supremacía. Solo la vigilancia de la Flota de Batalla Orpheus y el Capítulo de los Ángeles Aparecidos, que se arriesgan a atravesar los peligros de la Disformidad, mantienen en pie el gobierno imperial y logran mantener a raya los resurgentes ataques de los Corsarios Eldars de la Nebulosa de Hesod contra los sistemas exteriores.
  • Guerra de Orpheus - Caída de Libethra (3716991-3806991.M41) - Durante la fase inicial de la invasión Necrona del sector Orpheus, los invasores golpearon varios planetas y puestos avanzados, exterminando completamente a la población local de allí donde atacaran. El planeta Harrow Watch, gobernado por el Adeptus Mechanicus, y los mundos fronterizos de Pallasite, Khatris y Borrus vieron a su población eliminada casi instantáneamente. En el planeta Libethra, se perdió el contacto con la Fortaleza-Monasterio del Capítulo de los Ángeles Aparecidos. Que Libethra también hubiese quedado silenciada por esta misteriosa perdición provocó un frío pánico en los corazones de los Comandantes Imperiales de Orpheus, que no se atrevieron a reconocer pero que les empujó a una política de preparación febril de defensas en lugar de hacerles responder con el habitual contraataque a ciegas. Aunque el Imperio esperaba que se produjeran nuevos ataques tras la devastadora oleada inicial, los meses pasaron sin ninguna señal del enemigo. El Lord Inquisidor Hiram Ntshona del Ordo Malleus creía firmemente que la naturaleza del enemigo era demoníaca, no herética o xenos. Sin embargo, después de varios meses de espera, en los que el Gobernador del Sector Calibron Laan y el Lord Inquisidor vetaron varios planes de contraataque y hasta un intento de rescate de los Ángeles Aparecidos, que se creían atrapados y asediados en Libethra, el enemigo se dio a conocer de nuevo en forma de una masiva señal pulsante que atravesó el sector sobrecargando la mente de los Astrópatas. La señal mezclaba sonidos de gritos agonizantes, susurros y una lengua desconocida, y lo más inquietante de todo, la palabra Maynarkh pronunciada en gótico. Aún peor, pronto se conoció que Libethra, el mundo capitular de los Ángeles Aparecidos, había sido reducido a cenizas. Libethra, donde un centenar de basílicas se habían alzado para honrar a los muertos benditos y donde los Ángeles Aparecidos habían servido como centinelas, era ahora un mar negro de cenizas, surcado por espeluznantes ríos de lava roja, en el que no quedaban restos de la obra del Imperio. Rápidamente el terror y el pánico se adueñaron de todo el sector y se descubrió la verdadera magnitud de los enemigos que habían perpetrado los misteriosos ataques iniciales.

Reclutamiento[]

Los Ángeles Aparecidos fueron durante mucho tiempo un Capítulo basado en su flota, pero desde el M40 se establecieron en el mundo santuario-cementerio de Libethra. No se conocen datos sobre cómo los Ángeles Aparecidos obtenían aspirantes, aunque sí se sabe que estos procedían de los duros habitantes del mundo salvaje de Patara.

Doctrina de combate[]

Los Ángeles Aparecidos tenían ya un largo historial de Cruzadas independientes antes de asentarse en el sector Orpheus, y aun después de hacerlo siguieron librando campañas de patrulla y vigilancia desde su potente flota capitular.

Organización[]

Los Ángeles Aparecidos seguían firmemente los principios del Codex Astartes en su organización y armamento, como sus fundadores los Ultramarines. Gracias a su largo historial de Cruzadas independientes, en las que el reaprovisionamiento era incierto, el Capítulo prefería depender de los modelos más comunes del equipo Astartes, y daba gran importancia tanto a la restauración y reparación de las armas y armaduras de sus caídos, como a la veneración de sus muertos. Esto servía para crear un fuerte lazo espiritual entre las sucesivas generaciones de guerreros del Capítulo. Se sabe que el Capítulo mantuvo un reverenciado conjunto de servoarmaduras Mk. IV Maximus, reliquias procedentes de los días de la Gran Cruzada y la Herejía de Horus, durante toda su larga historia.

Creencias[]

Los Ángeles Aparecidos daban una gran importancia a la veneración de sus muertos, y se sabe que eran firmes defensores de la Eclesiarquía y el Culto Imperial. Es probable que, al ser descendientes de los Ultramarines, venerasen también al Primarca Roboute Guilliman.

Semilla genética[]

Empleaban la semilla genética del Primarca Roboute Guilliman heredada de sus Fundadores, los Ultramarines. La semilla genética de los Ultramarines es, con mucho, la más pura de todas y no se conocen aberraciones en su estructura. Cada uno de los órganos esotéricos utilizados en la ardua creación de un Marine Espacial es totalmente funcional.

Heráldica[]

Vestían servoarmaduras de color azul cobalto oscuro con bordes dorados y hombreras blancas. También pintaban de blanco la parte central de la mochila y la rodillera derecha, mientras que la iconografía de escuadra y Compañía era negra. Su emblema era un cráneo blanco envuelto por llamas negras.

Elementos conocidos[]

Miembros[]

Flota[]

  • Intercesor (Crucero de Asalto) - El Intercesor fue la nave de los Ángeles Aparecidos que presenció la destrucción de la flota imperial que asediaba el mundo Caótico de Colkasth, ahora conocido como Ruina de San Marduk. El Intercesor fue dañado por dos naves que ahora se reconocen como astronaves Necronas.

Leer más[]

Lista de Ejércitos de Marines Espaciales.

Lista de Capítulos Sucesores.

Lista de Capítulos Leales.

Fuentes[]

  • Warhammer 40,000: Chapter Approved (2001).
  • Imperial Armour XII.
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